lunes, 18 de agosto de 2025

✅ Autocaravanas, verano y medio ambiente: reflexiones desde el norte.

Nuestra nueva forma de viajar;

Durante más de 25 años. Nuestros viajes en autocaravana nos han llevado por gran parte de Europa y más allá. Desde la jubilación, hemos preferido movernos fuera de los meses de julio y agosto: demasiada saturación en la ruta y en los lugares de visita, calor excesivo y, en definitiva, menos comodidad para disfrutar del viaje.

También hemos recorrido buena parte de España, prácticamente todas las regiones, aunque en trayectos más cortos. Sin embargo, ahora las circunstancias han cambiado. La edad, algunas patologías y la necesidad de atender consultas médicas nos hacen sentirnos un poco “atados” a casa. El espíritu viajero sigue vivo, pero el modo de viajar se ha transformado y es distinto.

El atractivo del norte en verano:

Este verano, condicionados también por las altas temperaturas que soporta gran parte de la meseta y del sur peninsular, hemos optado por salidas cercanas, principalmente por Cantabria y la vecina Asturias hasta los confines con Galicia. Y lo cierto es que ha sido un acierto: aquí el clima es privilegiado y las poblaciones, aunque ya conocidas, siempre sorprenden al volver. Naturaleza, playas, arquitectura rural, patrimonio artístico, tradiciones y una gastronomía envidiable hacen de cada parada un reencuentro agradable.

Sin embargo, la presencia de autocaravanas este verano en la cornisa cantábrica es espectacular. Nunca habíamos visto tantas. Esto, unido al incremento general del turismo en la zona, hace que en algunas localidades la situación resulte incómoda. Probablemente, el calor en el resto del país haya empujado a muchos a buscar refugio en el norte.

Lo curioso es que, aunque por cada autocaravana circulan cientos de coches, son precisamente estas las que llaman la atención y, a menudo, generan rechazo. Incluso se escuchan comentarios como “los autocaravanistas lo llevan todo en sus vehículos y no gastan nada”. Esa percepción de “estorbo” hacia las autocaravanas parece crecer cada día, aunque la constante presencia de autocaravanas no hace más que demostrar que es una buena parte de la sociedad quien elige está forma de disfrutar del tiempo libre y las vacaciones, por lo tanto con más de cien mil autocaravanas fabricadas y comercializadas en Europa cada año, con un montante económico de más de 7.000 millones de €, esto es imparable y lo que mejor podemos hacer, tanto la administración como la ciudadanía, es que en vez de ir contra la realidad y contra corriente, es organizarse.

La realidad también nos indica: que como cualquier viajero, comemos, repostamos, pagamos aparcamientos, visitamos museos o espectaculos y cuando nos apetece tomamos un helado . Y, más allá del manido típico del gasto económico o lo que nos gastamos ( que no es ninguna obligación, si no una consecuencia)  lo importante son los derechos y obligaciones que compartimos, y el valor que aportamos en convivencia, comunicación y conocimiento.

 Los problemas que persisten:

Uno de los aspectos más preocupantes sigue siendo la escasez de puntos ecológicos para vaciar y repostar depósitos. En toda la ruta de la costa cantábrica, desde Santander hasta Galicia, apenas encontramos media docena de lugares habilitados. Si pensamos en los miles de autocaravanas que circulan en verano o a lo largo del año, el resultado es evidente: colas de horas para realizar unos servicios básicos que deberían resolverse en minutos o desplazamientos innecesarios de muchos kilómetros fuera de la ruta o del punto de destino, hasta un lugar en donde hay un punto ecológico para hacer los servicios.

Sorprende esta carencia en un país que presume de vivir del turismo. Mientras se multiplican los puntos de recarga para coches eléctricos o incluso para teléfonos móviles, los puntos ecológicos para autocaravanas siguen siendo prácticamente inexistentes. Y sin embargo, también los autocaravanistas contribuimos con nuestros impuestos al sostenimiento de estas infraestructuras.

En cuanto a la pernocta o el aparcamiento, aunque existen dificultades, no resulta tan problemático: en zonas de playa como San Vicente de la Barquera y otros lugares se han habilitado fincas —de pago o gratuitas— donde se puede estar de día, y después trasladarse a una población cercana para pasar la noche. También hay municipios, como Potes, Colunga, La Isla o Foz, entre otros, que han habilitado espacios amplios para todo tipo de vehículos. Pero el verdadero cuello de botella sigue estando en los servicios.

La falta de visión de la administración provoca que muchos viajeros tengan que “buscarse la vida” para vaciar y repostar, con el riesgo que ello implica para el entorno. Y resulta contradictorio que, mientras se predica el respeto al medio ambiente, no se ofrezcan las herramientas básicas para hacerlo posible.

   La solución no está en poner más trabas:

Si de verdad queremos un turismo sostenible, la solución no está en poner más trabas a las autocaravanas, sino en saber adaptarse a los tiempos y dotar de infraestructuras adecuadas. Porque si nos organizamos y nos respetamos, en este mundo cabemos todos. Solo así se protegerá no solo a las personas y sus modos de entender la vida, también aquello que todos valoramos: nuestro entorno natural y cultural.

Además, no debemos olvidar que las administraciones públicas de nuestro país al igual que las del resto de Europa —especialmente las locales— están adheridas a la política marco europea de protección ambiental. Y no es solo un compromiso político: reciben fondos europeos para aplicarla. Por ello, crear y mantener puntos ecológicos de servicio para autocaravanas no es un capricho, sino una obligación derivada de esos compromisos europeos. Cumplirlo sería la mejor forma de alinear el discurso del turismo sostenible con la práctica diaria.


Pedro Ansorena Antón.



viernes, 15 de agosto de 2025

✅ Nuevo área de autocaravanas de Liérganes (Cantabria): ¿avance o retroceso?.

Por Pedro Ansorena Antón.

Introducción:

Liérganes está construyendo un nuevo área de autocaravanas de 27 plazas con fondos europeos y la colaboración del Gobierno de Cantabria. Este proyecto, de pago y posiblemente gestionado por una empresa externa, pretende sustituir a la instalación que lleva más de 20 años funcionando con éxito en el centro del municipio.

Como impulsor de aquella primera área en 2004, y tras dos décadas observando sus beneficios, creo necesario reflexionar sobre el cambio de modelo que supone esta nueva infraestructura, especialmente cuando incluso desde el propio ayuntamiento hay voces que la consideran una inversión descabellada, técnica y económicamente inviable.

El área pionera de 2004:

En el año 2004, siendo delegado en Cantabria de la PACA (Plataforma de Autocaravanas Autónoma), me reuní con el alcalde de Liérganes para proponerle la creación de un área de autocaravanas. El resultado fue un proyecto sencillo y funcional:

  • Punto de descarga de aguas grises y negras.
  • Recarga de agua limpia.
  • Aparcamiento abierto compartido con otros vehículos, gratuito y con permiso de pernocta.
  • Ubicación céntrica, en un aparcamiento de FEVE gestionado por el ayuntamiento.

En aquel momento, España apenas contaba con este tipo de infraestructuras. La de Liérganes fue una de las primeras al ser la segunda área municipal del país, después de la de Tui (Pontevedra), y supuso un impulso enorme para nuestro proyecto asociativo.

La inversión fue mínima —unos 2.000 €— y la rentabilidad social y turística, enorme. Miles de autocaravanistas de toda España y Europa la han utilizado desde entonces. Muchos británicos la eligen por la proximidad a Santander y su conexión en ferry con Plymouth, convirtiéndola en un punto estratégico para esperar el embarque.

Además, el área ha contribuido ha dinamizar el comercio local y ha dado a conocer internacionalmente los atractivos del valle del Miera, en un municipio que desde 1978 es Patrimonio Artístico Nacional y que hoy forma parte de la red de “Los pueblos más bonitos de España”. Todo ello sin conflictos con los vecinos: en más de 20 años de uso compartido, la integración ha sido ejemplar.

 El nuevo proyecto de 2025:

Hoy, el mismo alcalde que apoyó aquella iniciativa ha optado por un modelo muy diferente. Resulta curioso, pero después de más de dos decadas viendo el resultado de la anterior iniciativa, creo qué, con esta decisión, demuestra no haber entendido nada, al embarcarse en una aventura de dudosa rentabilidad para el municipio que administra, desconociendo las necesidades reales que requiere la actividad autocaravanista y que sí han demostrado beneficiar a su pueblo.

El nuevo proyecto, financiado con fondos europeos y colaboración autonómica, se construye en un terreno municipal a las afueras de la localidad, a aproximadamente un kilómetro del centro, con un acceso en cuesta que resulta incómodo para muchos viajeros y especialmente para las personas mayores o con movilidad reducida.


  Características anunciadas:

  • 27 plazas de estacionamiento.
  • Posible gestión externa, con reservas online y control de acceso automatizado.
  • Instalaciones con servicios completas, incluida electricidad.
  • Uso de pago.
  • Inversión prevista aproximada: unos 300.000 €.

El lugar elegido ha generado alegaciones en el periodo de exposición pública, tanto por su ubicación de impacto paisajístico y medioambiental —no dispone en el la proximidad de red de saneamiento ni de red de presión para bocas de incendios— como por la dudosa viabilidad económica del proyecto para la inversión que se realiza, al contar solo con 27 plazas de aparcamiento.

Por qué considero que es un error:

La experiencia de más de 20 años del área actual demuestra que lo que funciona para los viajeros es la proximidad al destino y la simplicidad en los servicios, no las instalaciones apartadas ni los sistemas complejos de gestión que requieren de un elevado coste económico.

En este caso, la ubicación lejana, el acceso poco cómodo y el previsible coste ( aunque el pago por un servicio prestado, los autocaravanistas estamos acostumbrados y eso no representa ningún problema) para el usuario restarán atractivo. Además, el gasto de dinero público es muy elevado para una infraestructura cuya rentabilidad social y turística es, como mínimo, incierta.

Ante instalaciones mal ubicadas y de gestión de acceso compleja por medio de reserva online, es muy probable que los autocaravanistas opten por acogerse a la Instrucción de la DGT PROT 2023/14 y estacionen en cualquier aparcamiento del municipio lo más próximo a su lugar de visita.

Los autocaravanistas no necesitamos instalaciones cerradas y complejas. Necesitamos áreas de aparcamiento y servicios sencillas, funcionales, abiertas y bien ubicadas, con los servicios básicos, que nos permitan estacionar y pernoctar sin alejarnos de aquello que queremos visitar, sean estas de pago o gratuitas, como proceda.

 Conclusión:

Tras más de dos décadas de uso exitoso, el área de Liérganes ha demostrado que un modelo sencillo, económico y céntrico beneficia tanto a los viajeros como al municipio.

El nuevo proyecto, costoso y alejado, rompe con esa filosofía y plantea dudas sobre su utilidad real. Creo sinceramente que es un destino poco justificado para 300.000 € de fondos públicos, aunque la inversión si se le suman los viales de acceso y otras cosas, no está muy clara, al final podría llegar al doble del coste presentado.

En un artículo anterior de este blog ya advertí sobre las consecuencias que, a mi entender, tiene para el futuro del autocaravanismo la proliferación de este tipo de áreas cerradas y de pago. Puedes leerlo aquí: Áreas de servicio para autocaravanas de gestión privada.

lunes, 11 de agosto de 2025

✅ Áreas de servicio para autocaravanas: cuando la comodidad se convierte en pérdida de libertad y derechos.

Cuando empecé a viajar en autocaravana, a principios de los 2000, las rutas por Francia e Italia me sorprendieron con algo que aquí no conocíamos: las áreas de servicio para autocaravanas. Eran sencillas, prácticas y cercanas a los lugares de interés.

Permitían vaciar el váter químico, descargar aguas grises, llenar el depósito de agua potable y aparcar en plazas adaptadas. Algunas eran gratuitas y otras de pago, pero eso no era lo importante: lo esencial era que ofrecían el servicio que necesitábamos para viajar y visitar lugares.

Por aquella época, en España no existía nada similar. Por eso, cuando me impliqué en la P.A.C.A junto a otros compañeros delegados en distintas regiones, siguiendo el ejemplo de otros países europeos, uno de nuestros primeros objetivos fue convencer a alcaldes y concejales para que crearan este tipo de áreas: espacios tranquilos, discretos y funcionales, pensados para facilitar el viaje.


 Primer plano utilizado como modelo para la creación de las áreas de servicio:

Ver documento.

Los inicios:

En principio, no fue una tarea nada fácil. La falta de referencias claras hacía que muchos responsables municipales dudaran y desconfiaran de lo que le proponíamos.

Además, las autocaravanas se seguían asociando casi exclusivamente a los campings (visión que, a pesar de todo lo trabajado, aún hoy persiste en parte de la sociedad y también en algunos de nuestros administradores públicos).

Con la creación de las primeras áreas municipales —Tui (Pontevedra), Liérganes (Cantabria) y Bermeo (Vizcaya)— se establecieron puntos de referencia y la desconfianza inicial empezó a ceder. Ese fue el punto de partida de lo que hoy tenemos.

Han pasado más de veinte años y hoy contamos con más de 1.200 áreas públicas y privadas repartidas por todo el país, muchas gratuitas y otras de pago. Un avance que, sin duda, ha mejorado la vida de miles de autocaravanistas y ha animado a miles de familias a comprar una autocaravana.

Cuando la buena idea se tuerce:

En los últimos tiempos, quizá motivado por cierta resistencia que por extrañas razones o motivos nuestra sociedad manifiesta al asumir nuevas formas de viajar, ha surgido un retroceso preocupante.

Todavía hay quien no acepta ver a estos vehículos —y a sus usuarios— fuera del camping, y esa mentalidad se traslada también a algunos administradores públicos.

En consecuencia, algunos ayuntamientos, al crear un área, aprovechan para prohibir el aparcamiento de autocaravanas en el resto del municipio, incluso sancionando a quien aparque fuera de ese espacio. Ofreciendo una imagen al ciudadano distorsionada de la realidad. Una imagen de que al aparcar nuestros vehículos fuera de las áreas, estamos cometiendo un acto ilegal, una situación que aparte de no ser cierta, es carente de rigor y una injusticia.

Y no solo eso: en muchos casos, las áreas se ubican —como si hubiera algo que ocultar— en las afueras, lejos de los lugares de interés, con escasa o nula conexión con el transporte urbano y, a veces, con capacidad insuficiente para la demanda real.

Hay que tener en cuenta que muchos usuarios de autocaravanas son personas de edad avanzada que, en los últimos años de su vida, han decidido cumplir el sueño que no pudieron realizar durante su etapa laboral: viajar.

Entre ellos, algunos tienen problemas de movilidad. Si las áreas están alejadas, sin buen transporte público, o si al desplazarse con el vehículo para acercarse al destino reciben una sanción, el panorama es desalentador. 

La sensación es clara: se nos aparta de la vista. Se nos relega a un espacio periférico y se ignora un derecho que ha sido reconocido hasta en cuatro ocasiones en iniciativas parlamentarias aprobadas en las Cortes Generales —uno de los pilares legislativos del país—, y ratificado en documentos como la instrucción de la DGT PROT 2023/14.

Esta instrucción después del estudio por el órgano competente de las leyes que nos afectan aclara, que el derecho a aparcar en igualdad de condiciones que cualquier otro vehículo de hasta 3.500 kg se mantiene incluso si los ocupantes están dentro del vehículo, siempre que no se viertan líquidos, no se produzcan ruidos y no se saquen elementos al exterior que excedan su perímetro. En ese caso, el vehículo está aparcado y no acampado, por lo que se rige por las normas de tráfico, no por las de acampada.

 Del servicio público al negocio controlado:

A este problema se suma la nueva tendencia de algunos ayuntamientos de encargar la instalación de áreas a empresas que usando las ultimas tecnologías, las ubican en recintos cerrados tipo camping, de pago, con control de acceso por tarjeta o reserva online, y que externalizan su gestión como negocio privado. Como el caso de Santander donde se pretende utilizar suelo publico y fondos europeos para crear un área para autocaravanas y después privatizar su gestión.

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No se trata de rechazar el pago por un servicio, sino de lo que este modelo implica: un regreso al escenario del turismo tradicional —para eso ya están los campings—, con temporalidad, reservas, horarios y pérdida de espontaneidad.

Precisamente de ese escenario nos alejamos cuando decidimos adquirir una autocaravana.

El estímulo de viajar así está basado en aprovechar mejor el tiempo libre. Una familia que viaja en autocaravana la mayoría de las veces no sabe con certeza dónde pasará la noche: depende de los atractivos o contratiempos que encuentre en su ruta. Cuantas menos ataduras haya en el camino, mejor podrá disfrutar del viaje.

Para cumplir una etapa solo se necesita un lugar discreto y tranquilo donde aparcar, lo más cerca posible del destino o del lugar visitado.

Muchos hemos invertido en una autocaravana precisamente para huir de esas ataduras y recuperar la libertad de movimiento, disfrutando del viaje como actividad principal. Ahora, con la creación de este tipo de áreas ''gueto'', se nos empuja de nuevo al punto de partida.

Comodidad vs. libertad:

Si aceptamos sin cuestionar estas áreas de diseño y acceso controlado, estamos renunciando a una parte fundamental de la filosofía autocaravanista.

Durante años hemos defendido que nuestro vehículo es eso: un vehículo, no un producto turístico al margen del Reglamento General de Circulación, que por prejuicios o intereses económicos deba encerrarse en un “redil” vigilado y apartado de su esencia.

Cambiar comodidad por libertad puede parecernos un pequeño sacrificio, pero a la larga es una pérdida de principios difícil de recuperar.

La solución está en lo básico:

Lo que necesitamos no son macroáreas periféricas controladas —que, además, con muchas autocaravanas juntas, impactan visualmente y refuerzan el prejuicio que muestran muchos ciudadanos de que pertenecemos a los camping—, sino puntos ecológicos de servicio repartidos por el territorio, al igual que ya se están creando para la recarga de coches eléctricos.

En ellos podríamos hacer vaciados, llenados y mantenimiento básico.

Después, deberíamos poder aparcar o pernoctar en el lugar de destino: en un aparcamiento público, en una zona habilitada o, si es necesario, en un área próxima pero no impuesta. Quienes no respeten las normas deben ser sancionados con las herramientas legales que ya existen. Pero a los que sí cumplimos, que nos dejen en paz.

Áreas restrictivas tipo “redil”: NO.

Puntos de servicio y libertad de estacionamiento: SÍ cuantos más mejor.

Ese es el camino para un autocaravanismo que crezca sin perder su esencia.


📌 Recuadro legal: Instrucción PROT 2023/14 de la DGT

Ver instrucción.

La Instrucción PROT 2023/14, emitida por la Dirección General de Tráfico, reafirma que las autocaravanas de hasta 3.500 kg son vehículos a motor y, como tales, tienen derecho a aparcar en las mismas condiciones que cualquier otro vehículo de igual o menor peso.

  • No se puede prohibir su estacionamiento en vía pública solo por el hecho de ser autocaravana.
  • Las únicas restricciones válidas son las que afectan también a otros vehículos (peso, dimensiones, seguridad vial, etc.).

 Sentencia del TSJA: ver documento.

 Modelo de ordenanza recomendado por la FAMP: ver documento.

Las ordenanzas municipales deben respetar estos principios y no imponer zonas exclusivas de aparcamiento para autocaravanas si no existe justificación técnica o de seguridad.

 En resumen: las iniciativas parlamentarias aprobadas en Las Cortes Generales y las leyes estudiadas por el departamento de normativa y recursos de la DGT. están de nuestro lado. El reto está en que los ayuntamientos las apliquen de forma coherente y no utilicen las áreas como pretexto para a nuestra costa y en nuestro detrimento, alimentar prejuicios o intereses económicos que limiten derechos.

Pedro Ansorena Antón.

viernes, 8 de agosto de 2025

✅ Autocaravanismo: auge social, rechazo local. Una reflexión desde el verano de 2025.


En pleno agosto, con las carreteras a rebosar y la temporada alta en marcha, las autocaravanas se han convertido —una vez más— en protagonistas del paisaje turístico español. Su número no deja de crecer, confirmando una tendencia que ya es estructural: el autocaravanismo está en auge. Familias, parejas, jubilados y jóvenes eligen cada vez más este modo de viajar por su libertad, aprovechamiento del tiempo libre, autonomía al no tener que depender de las ataduras de las reservas del turismo convencional  y contacto con el entorno.

Pero también, como cada verano, resurgen las voces que expresan malestar, rechazo o directamente hostilidad hacia esta forma de viajar. El crecimiento del fenómeno va acompañado de una respuesta social y mediática que se repite año tras año, como si el país por su manera   de ver las nuevas formas que aparecen para un mejor aprovechamiento del tiempo libre o vacacional, le da la espalda y no terminara de entender qué significa convivir con este tipo de turismo. No se entiende muy bien lo que molesta de él: si es el vehículo, (cabe recordar que, por mucha presencia que tengan, estos vehículos representan hoy menos del 0,2% del parque nacional censado y como mínimo pagan el doble de impuestos que un turismo convencional) si son las áreas de servicio, también se están creando zonas para autobuses turísticos, motos, bicicletas o carga de coches eléctricos, puertos deportivos para barcos de recreo y nadie protesta por ello. Eso, sinceramente, debería hacernos reflexionar.

 El caso de Mataleñas: cuando una infraestructura pública se convierte en problema:

En Santander, en la zona de Mataleñas, a unos 6 Km. del centro de la ciudad, el ayuntamiento ha proyectado un área de estacionamiento y pernocta para autocaravanas, financiada con fondos europeos. Tendrá unas 30 plazas de pago, una zona amplia de aparcamientos para automóviles, zonas ajardinadas y buena conexión con el transporte público. Una iniciativa lógica para adecentar la zona y canalizar el flujo creciente de vehículos vivienda.

Pero la reacción de algunos vecinos ha sido airada: pasquines, lazos negros, manifestaciones y protestas en medios. Se oponen a una infraestructura pública que, lejos de ser una amenaza, representa una solución ordenada y sostenible.

Los titulares lo dicen todo:

Una actividad legal que aún se percibe como sospechosa:

Gracias al trabajo del colectivo autocaravanista y su interlocución con las Cortes Generales ( uno de los lugares en donde reside el poder legislativo de nuestro país), la DGT, las CCAA y la FEMP, hoy:
  • El estacionamiento de autocaravanas está regulado legalmente.
  • Se han publicado instrucciones claras como la 08/V-74 o la actual PROT 2023/14.
  • Muchas CCAA ya tienen normativas específicas.
  • Algunos ayuntamientos han promovido y aprobado OOMM conforme a los contenidos de las instrucciones de la DGT.
Y sin embargo, todavía hay ayuntamientos que no las aplican, imponiendo restricciones arbitrarias o expulsando a las autocaravanas del municipio. Eso alimenta ante sus vecinos la idea de que están fuera de lugar, de que estamos frente a una actividad ilegal, lo cual no solo no es cierto, es erróneo: es injusto.

Una sociedad reacia al cambio: ¿rechazo o desconocimiento?:

Mucho del rechazo parece responder al miedo a lo desconocido: ¿quiénes son?, ¿ a qué vienen, ¿qué traen?, ¿qué se llevan? Algunos creen que el espacio público es solo suyo y los de fuera no tienen derecho a él. Por eso es clave una pedagogía social que explique qué es el autocaravanismo, qué aporta y por qué no es un enemigo. Esa pedagogía no solamente es responsabilidad de los autocaravanistas, lo es mucho más de nuestros administradores públicos.

Con la intención de hacer pedagogía, artículo publicado en el año 2.011.

“Cada vez es más necesario encontrarnos con las exigencias que requiere transferir recursos turísticos sobre el territorio sin comprometer la integridad medioambiental de este con estructuras y obras costosas de incierto futuro... con la creación de las primeras áreas de servicio y descanso para este tipo de turismo.”

No es un fenómeno nuevo: Italia, 2011:

Ya en 2011 publiqué una reflexión sobre Italia y el autocaravanismo. El tristemente fallecido Raphaelle Giannuzzi, uno de los considerados "padres" de la Ley Fausti, figura destacada del sector, advertía entonces de lo mismo: expansión de la actividad y rigidez institucional o social.

Conclusión: una llamada a la convivencia:

El marco legal ha avanzado, el poder legislativo con la aprobación de cuatro iniciativas parlamentarias, ya ha hecho su labor, es el poder ejecutivo en un claro desprecio a lo aprobado por el el legislativo y conforme a nuestra constitución, quien no cumple. Por lo tanto no es de extrañar que la aceptación social siga pendiente. Ganar esa batalla pasa por convivir, comunicar y normalizar. Porque el problema no está en las autocaravanas, sino en nuestra forma de verlas.

Pedro Ansorena Antón.