domingo, 14 de septiembre de 2025

✅ El autocaravanismo en 2025: una reflexión sobre lo conseguido y lo pendiente.

Han pasado ya casi veinticinco años desde que, a comienzos de los años 2000, se iniciaron en España las primeras reivindicaciones autocaravanistas. 



Parece mentira, pero un cuarto de siglo después comprobamos que, aunque se han logrado avances importantes, muchos problemas siguen sin resolverse y han aparecido otros nuevos que en los inicios ni siquiera se imaginaban.

 Avances legislativos en España

En el plano normativo estatal, es justo reconocer que se han dado pasos significativos. La presentación y aprobación de cuatro iniciativas parlamentarias en las Cortes Generales, el trabajo realizado en el Grupo de Trabajo GT-53 Autocaravanas, y la publicación por parte de la DGT de dos instrucciones de tráfico y un manual de movilidad en autocaravana, han supuesto hitos que marcaron un antes y un después.

Estos instrumentos han colocado al autocaravanismo en el mapa legislativo, aportando un marco de referencia hasta entonces inexistente.

La realidad municipal: el gran obstáculo

Sin embargo, pese a esos avances en el plano legislativo, el desarrollo ejecutivo ha sido muy limitado. El principal problema radica en el ámbito municipal: muchos ayuntamientos han aprobado ordenanzas o medidas restrictivas contrarias a lo establecido en las Cortes Generales.

De este modo, ante tal desobediencia el mandato legislativo superior queda desvirtuado por el de inferior rango, generando inseguridad jurídica para los usuarios y evidenciando la dificultad de articular en España una política coherente debido al abuso del sistema de competencias compartidas.

Crecimiento del colectivo y nuevos retos

En los últimos años, el autocaravanismo ha crecido de forma espectacular. La incorporación de nuevos usuarios, ya sea mediante el alquiler o la compra, ha multiplicado la presencia de estos vehículos en nuestras carreteras y ciudades.

Este crecimiento, aparte de la creación de una red de infraestructuras o puntos de servicio, hace cada vez más necesaria una regulación clara y, sobre todo, una mayor información y educación en el uso responsable de nuestros vehiculos. Porque los ciudadanos no solo tenemos derechos, también obligaciones, y en ocasiones estas pesan más que aquellos. La convivencia exige que tanto usuarios como administraciones entiendan y hagan cumplir estas normas.

Las áreas de servicio: luces y sombras

Un indicador del progreso alcanzado (aunque aún insuficientes) es la creación de áreas de servicio y estancia. De no tener ninguna al inicio de los 2000, hemos pasado a contar en 2025 con más de 1.200 áreas en toda España.

No obstante, el crecimiento de estas infraestructuras también plantea problemas en el uso. Por un lado, ante la pasividad de algunos agentes encargados del orden público, éstas cada vez son más utilizadas por vehículos no homologados como vivienda —furgonetas o coches adaptados con un colchón—, que carecen de condiciones mínimas de habitabilidad y recurren al espacio exterior para suplirlas (aunque también algunos autocaravanistas le dan ese uso inadecuado). Este mal uso genera conflictos y proyecta una imagen negativa de los ciudadanos sobre todo el colectivo que nos perjudica.

Por otro lado, algunos ayuntamientos ante nuestra presencia con la creación de areas, aprovechan la existencia de estas  para restringir o prohibir el aparcamiento de autocaravanas en el resto del municipio, confinándonos a espacios que deberían ser una opción, no una obligación.

Mirando a Europa: la referencia italiana

En este camino no estamos solos. Otros países europeos han pasado, o están pasando, por situaciones similares. Entre ellos destaca Italia, cuya trayectoria sigo con especial interés. Ya que su sistema constitucional y administrativo es muy parecido al nuestro, con regiones, provincias y casi 8.000 ayuntamientos.

Sin embargo a diferencia de España los autocaravanistas italianos, aparte de una dilatada experiencia, cuentan con una representación nacional fuerte y consolidada a través de la ANCC (Associazione Nazionale Coordinamento Camperisti), que constituye un ejemplo en Europa. Han llegado incluso a conseguir la unica ley específica para el autocaravanismo en Europa, más tarde derogada y absorbida en el artículo 185 del Código de Circulación italiano que es en donde hoy está dando sus frutos, lo que no deja de ser un logro notable.

Por mi parte, reconozco que del trabajo y la experiencia de los compañeros italianos he aprendido mucho, primero a través del contacto directo con ellos y hoy gracias a su página web y la revista In Camper. Para quien desee profundizar, recomiendo la lectura de este documento orientativo: 

👉Qué hacer ante medidas anti-cámper en Italia (ANCC).

Conclusión: un asociacionismo adaptado a la altura de los tiempos

Después de más de dos décadas desde la creación de la primera área de autocaravanas en España, la constante evolución y situación actual exige un cambio de orientación en el trabajo reivindicativo. Los retos de hoy no son los mismos que los de los años iniciales, y el movimiento autocaravanista debe también evolucionar  adaptándose a una realidad social y normativa cambiante.

Lo que más echo en falta es una representación nacional fuerte y unida, como la que tienen en Italia. En España la falta de una idea común y una visión más amplia hace que el asociacionismo autocaravanista sigue siendo disperso y, a menudo, demasiado centrado en lo local o territorial.

Si queremos garantizar un desarrollo ordenado, sostenible y respetuoso de nuestra forma de viajar, necesitamos un asociacionismo renovado, que aprenda de Europa, exija el cumplimiento de lo ya legislado aquí y mire al futuro con ambición.

✍️ Pedro Ansorena Antón.


lunes, 8 de septiembre de 2025

✅ Reflexiones tras un viaje en autocaravana por Galicia.

A lo largo de los años, mi mujer Senia y yo hemos recorrido muchos kilómetros en autocaravana, tanto por España como por otros países. Da igual que un viaje dure varios meses o, como en esta ocasión, solo diez días: siempre deja sensaciones diversas que, de regreso en casa, invitan a la reflexión.

Para nosotros, el viaje en sí mismo ya es motivo suficiente para ponernos en marcha. No solemos preparar demasiado las rutas y, con frecuencia, decidimos sobre la marcha hacia dónde ir, según el clima u otros imprevistos. Eso sí: tras tanto tiempo viajando, ocurre que vayamos donde vayamos casi siempre encontramos lugares ya conocidos. Pero no importa: aunque repitas destinos, la luz, el estado de ánimo o los pequeños detalles hacen que cada visita sea diferente.

  Galicia tras el verano

Este verano, recién terminado agosto, decidimos huir del calor de la meseta y dirigirnos al oeste, hacia Galicia. Visitamos las cuatro capitales gallegas y, sobre la marcha, también otros lugares que nos atrajeron.

Fue un acierto: pasada la masificación turística de julio y agosto, Galicia se disfruta de otra manera, con más calma y sin aglomeraciones, apreciando mejor su cultura, su patrimonio, sus paisajes, tradiciones y, por supuesto, su gastronomía.

Las áreas de autocaravanas en Galicia

En este periplo hemos utilizado sobre todo la buena red de áreas de autocaravanas que existen en Galicia, gracias al esfuerzo altruista de compañeros autocaravanistas —especialmente de la asociación AGA—, aunque también hemos recurrido a aparcamientos públicos, empleando las áreas principalmente para los servicios.

No hemos tenido problemas ni contratiempos, pero sí hemos observado comportamientos poco adecuados.

Cuando las áreas no se usan como o por quién deberían

En algunas ciudades, como Pontevedra, las áreas resultan claramente insuficientes para el flujo de autocaravanas que llega. A ello se suma la ocupación indebida por vehículos sin homologar (coches o furgonetas con un colchón), que restan espacio a quienes para los que realmente han sido creadas.

Regular el uso correcto de estas instalaciones no nos corresponde a los autocaravanistas: debería ser labor de la autoridad competente. Pero si no se ejerce ese control, el futuro de las áreas se complica.

El problema es que esos vehículos, al no estar preparados para ser habitados, aparte de algunos problemas con la higiene, tienden a sacar enseres al exterior y “acampar”, una práctica prohibida. Y, lamentablemente, no solo lo hacen ellos: algunos autocaravanistas también abusan del espacio, sobre todo viajando en grupo, montando los llamados “corralitos” que ocupan más de lo que les corresponde.

Una conclusión necesaria

Aunque estos comportamientos no son la norma, sí resultan llamativos y preocupantes. Si aumentan, acabarán perjudicando a todo el colectivo.

Por eso, quizá el futuro reivindicativo debería orientarse menos a multiplicar áreas de servicio y estancia —que a veces, por falta de control, acaban fomentando los abusos— y más hacia la creación de puntos de servicio o puntos ecológicos, junto con el derecho a aparcar nuestras autocaravanas como cualquier otro vehículo allí donde nos lleve el viaje.

Viajar, mucho más que desplazarse

Más allá de estas reflexiones, viajar en autocaravana sigue siendo para nosotros un auténtico placer: conocer lugares, reencontrarse con amigos, descubrir gentes y culturas, aprender cosas nuevas…

En definitiva, ampliar horizontes y disfrutar de la vida en plenitud. Viajar no solo te ofrece la oportunidad de contemplar paisajes únicos, sino que aporta beneficios a tu salud mental, a tu estado emocional y a tu capacidad de empatía.

✍️ Pedro Ansorena Antón.



miércoles, 3 de septiembre de 2025

✅ Autocaravanas: entre la hospitalidad y el rechazo.

El turismo itinerante crece, pero también las quejas y restricciones. ¿Qué hay detrás del rechazo a las autocaravanas? Experiencia, argumentos y propuestas para tratar de entenderlo mejor.



  Reflexión sobre el rechazo de una parte de la sociedad y de algunos administradores públicos a la presencia de autocaravanas

Como viajero en autocaravana junto con mi mujer durante 25 años, recorriendo más de 400.000 km por Europa y fuera de ella, me hago hoy una reflexión. Durante todo ese tiempo, el trato y la acogida que hemos recibido por parte de ciudadanos y administradores públicos de los diversos países recorridos, con alguna excepción, ha sido en general positivo.

Sin embargo debo matizar que el 95% de nuestros viajes los hemos hecho solos. Y esto, a la hora de aparcar o pasar la noche con una autocaravana en un espacio público, marca la diferencia: una autocaravana en solitario pasa más inadvertida que varias juntas, aunque desde luego no se trata de esconder nada. Nuestros derechos de aparcar un vehículo —incluso de pernoctar en él— son los que son, y también lo son nuestras obligaciones y las de los demás con respecto a nosotros.

Con esta premisa, a lo largo de los años sí hemos notado en ocasiones cierta desconfianza o extrañeza de algunos ciudadanos que (no solo en nuestro país, también en algunos otros por los que hemos viajado) al ver una autocaravana aparcada o pernoctando cerca de sus casas, ante lo desconocido de nuestra presencia parecen poner "frenos y barreras" y sienten invadido lo que consideran “su territorio”, aunque se trate de un espacio público. Sin embargo, quizá por nuestra forma de viajar y nuestro comportamiento basado en el respeto a las cosas y las personas, nunca hemos sido expulsados ni sancionados en ninguno de los lugares visitados.

La situación cambia cuando viajan conforme a su derecho, varias autocaravanas juntas. Nosotros también en algunas ocasiones hemos viajado en grupo, y por ello tenemos una opinión: la presencia de varias autocaravanas impacta más y suele generar recelos en quienes desconocen nuestros derechos y nuestra manera de viajar y de entender la vida.

Por otra parte, en conversaciones con personas de nuestro entorno ajenas a la autocaravana, también surge con frecuencia la pregunta: ¿con una autocaravana podéis aparcar en cualquier sitio?, ¿no está prohibido?, ¿por la noche vais siempre a un camping? Estas dudas reflejan el desconocimiento que todavía existe en buena parte de la sociedad sobre la realidad de esta forma de viajar.

La sociedad “contra” las autocaravanas

Este concepto describe la aversión o rechazo que algunos sectores sociales manifiestan hacia este tipo de turismo. Las razones son diversas:

 El Impacto ambiental: la crítica al vertido de aguas, la generación de basura o los daños a entornos naturales por masificación es recurrente. Conviene recordar, sin embargo, que las autocaravanas a diferencia de los otros vehículos que habitualmente están en el entorno, están equipadas con váter, ducha, lavabo, fregadero y depósitos para la recogida de líquidos, y quizá sean los únicos vehículos que incorporan de serie hasta un cubo de basura.

 Ocupación de espacios: algunos vecinos o comerciantes se quejan de que ocupamos plazas de aparcamiento público que consideran “suyas” y que dificultamos la circulación, olvidando que las autocaravanas son vehículos como los demás, con los mismos derechos y obligaciones, y que sus ocupantes son también potenciales clientes de sus negocios.

Falta de ingresos: persiste la creencia de que los autocaravanistas no gastan en la localidad porque no usan hoteles o restaurantes y porque “lo llevan todo dentro”. Pero conviene aclarar también que ningún turista o ciudadano está obligado a gastar de una forma determinada: el gasto es siempre una consecuencia y no una obligación, cada viajero lo hace en función de sus necesidades. Y los autocaravanistas también en función de las nuestras gastamos, en gasolineras, supermercados, lavanderías, talleres, bares o en disfrutar de un helado, etc.

Problemas de convivencia: se habla de ruido o de actitudes incívicas. Ante ello aclarar que nosotros también nos regimos por nuestro código de conducta, de todas formas, las administraciones y sus agentes responsables de velar por el comportamiento y la seguridad, disponen ya de herramientas legales para sancionar y reprimir comportamientos inadecuados, como es su obligación. No es responsabilidad de los ciudadanos convertirse en policías de otros.

Este rechazo, trasladado en forma de quejas a las autoridades, aparte de algunas presiones por parte de intereses como los de algunos empresarios de campings, que también reciben éstos, a menudo deriva en restricciones de estacionamiento y pernocta en muchos municipios, injustas y arbitrarias.

La postura de los autocaravanistas

Falta de regulación y persecución: denunciamos prohibiciones arbitrarias y la ausencia de áreas específicas o puntos ecológicos de vaciado y llenado conforme a las obligaciones y el compromiso de las administraciones con el medio ambiente, que faciliten un turismo responsable y ordenado.

Contribución económica: recordamos que nuestro gasto, en gastronomía o servicios, aunque diferente al de otros turistas, es un gasto a tener en cuenta puesto que también contribuye a impulsar la economía local.

Turismo diverso y accesible: el perfil del autocaravanista —hablando siempre de personas que viajan en  vehículos homologados  como vivienda— es amplio y diverso, muy lejos del estereotipo al que por desconocimiento o intereses, algunos nos intentan meter a todos, del “hippie de furgoneta” o del coche con colchón sin homologar. El autocaravanismo regulado no tiene nada que ver con esos otros usos y comportamientos.

Propuestas de solución: pedimos que, allí donde viajemos, como ciudadanos europeos que somos, encontremos una situación unificada y acorde con las necesidades de la actividad: áreas ecológicas de servicio, estacionamiento regulado y una normativa clara y homogénea que permita un desarrollo normalizado del turismo itinerante.

  Una realidad sin resolver

Pese a que el Poder Legislativo ha hecho su labor en el Congreso y el Senado de nuestro país, debatiendo y aprobando hasta cuatro iniciativas parlamentarias sobre autocaravanismo. Pese a que la DGT, como organismo responsable máximo del RGC, reglamento dependiente de la ley de Seguridad Vial, después de estudiar las leyes que afectan a las autocaravanas, ha emitido la instrucción de tráfico PROT 2023/14. 👉 Ver documento. En la que aclara los derechos y las obligaciones que a una autocaravana le asisten como vehículo que es y por lo que se rige. A pesar de las recomendaciones plasmadas en la Ordenanza de movilidad tipo, elaborada y recomendada por la FAMP.👉Ver documento.

La realidad es que el poder ejecutivo —y sobre todo los ayuntamientos— aún no han cumplido el mandato de las Cortes Generales o del poder legislativo, desarrollando una regulación clara y homogénea. La falta de criterios comunes en las ordenanzas municipales considero que es una desobediencia democratica a lo aprobado por el  rango superior, motivando una de las situaciones  que alimentan el conflicto.

La disparidad de criterios en el ámbito municipal, motiva que mientras algunos municipios han apostado por crear infraestructuras y regular positivamente, otros, sin buscar alternativas, se han limitado a prohibir. Esta disparidad genera tensiones y dificulta la convivencia.

La clave está en buscar un equilibrio: reconocer el derecho a la movilidad y al estacionamiento de las autocaravanas, y al mismo tiempo garantizar el respeto al entorno y a los vecinos.

📌 Conclusión: 

El rechazo social hacia las autocaravanas no es un fenómeno generalizado, pero desde la pandemia y el aumento de la presencia de estos vehículos, sí es creciente en algunos lugares. Solo con información, normas claras y un comportamiento respetuoso por parte de todos podremos avanzar hacia una convivencia normalizada.

 ✍️ Pedro Ansorena Antón.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Nota de prensa.

Nota de prensa sobre la problemática de la presencia de las autocaravanas en Santander, publicada en El Diario Montañés, el periódico de más tirada de Cantabria. Es una carta al director, una pequeña reseña, pero algo es algo, ya que en el citado diario es difícil que te publiquen un artículo sobre este asunto, pero al menos en esta nota de prensa en el espacio que te permiten de 200 palabras, un autocaravanista dispone de la oportunidad de poder exponer desde su punto de vista, la opinión que le merecen las medidas discriminatorias y disuasorias que el ayuntamiento está tomando contra los autocaravanistas que se acercan a visitar la ciudad sin buscar otras soluciones que no sean la de la sanción y la exclusión.

Pedro Ansorena Antón.