Después de la presentación de las ponencias y finalizadas estas, la sesión continuó con el normal turno de debate, preguntas y respuestas por parte de los asistentes como suele ser normal en este tipo de actos, para después continuar con una mesa redonda, seguida de una charla coloquio, donde participamos todos los ponentes y las autoridades que habían asistido al evento.
Finalizado este y como estaba previsto, se plasmaron en un documento algunas propuestas, las cuales aceptamos todos los participantes, entre ellas, la que para mi entender fue la más importante. Dado que en la convención habían participado personalidades del mundo de la política y representantes internacionales del autocaravanismo, aprovechando que entre las personalidades estaba presente el presidente de la comisión de turismo del Parlamento Europeo Sr. Paulo Costa etc etc. Saverio Galeota, responsable de turismo del Ayuntamiento de Roma, que por cierto, según me comentó, es autocaravanista y ha visitado el norte de España en una autocaravana, propuso elevar al Parlamento Europeo la siguiente propuesta.
Que el Parlamento Europeo conforme a sus competencias en los países miembros, promueva medidas para que las familias, que viajan por la UE en una autocaravana, como ciudadanos iguales, encuentren tanto en los lugares de origen, tránsito o destino unas condiciones similares y uniformes, en las leyes, en las infraestructuras y en el trato.
El Sr. Costa, nos comentó que la situación del Parlamento Europeo, a la hora de tratar de imponer normas o leyes a los distintos países comunitarios, se encontraba con que en algunas materias no existe una normativa marco clara de obligado cumplimiento, como por ejemplo en algunos aspectos de la circulación de vehículos, ya que estos se rigen por los distintos reglamentos o leyes de cada país. Desde la comunidad estaban trabajando para converger en algunas cosas, pero eso llevaría mucho tiempo.
Con esta explicación nos aclaró que en el Parlamento Europeo, buscando una uniformidad intracomunitaria, se podía recomendar a los países miembros la adopción de algunas medidas de uniformidad con el resto de países, pero no imponer estas.
El Sr. Costa, también comentó que en el asunto de la expansión del turismo en autocaravana, precisamente el departamento de turismo del que era el presidente, estaba recibiendo muchas presiones del sector hostelero, ya que desde este se pensaba que esta modalidad de turismo en auge perjudica a los intereses y el desarrollo del turismo rural de la comunidad.
No obstante el Sr. Costa se llevó esta propuesta para Bruselas, prometiendo estudiar la misma.
En el turno de debate los representantes italianos indicaban a los alemanes, que mientras en Italia se estaba desarrollando una política de creación de áreas de servicio para autocaravanas públicas o privadas, gratuitas o de pago, de las que podían disfrutar los autocaravanistas europeos que viajaban a su país, los alemanes estaban desarrollando las áreas en su mayoría en los camping y esta modalidad de áreas, los italianos no estaban de acuerdo con ella.
En la mesa redonda intervine, comentando que la intención de trabajar en una política autocaravanista uniforme intracomunitaria, me parecía bien y fundamental, pero que para desarrollar esa idea había que tener en cuenta las diferencias existentes en cada país miembro, ya que como por todos es sabido, en estos existen diferentes constituciones y formas de Gobierno y lo que en un país quizás se podía aplicar con facilidad por su forma de gobierno central, como en el caso de Francia, en otros como España o Italia, regidos estos por el Estado de las Autonomías y una forma de gobierno descentralizada, quizás era más complicado lograr esa uniformidad de la que estábamos hablando y si encima esa intención, en las leyes del Parlamento Europeo, como nos comentó el Sr, Costa, no se encontraba una politica adecuada en el respaldo de una normativa marco clara, en la práctica sería muy difícil aplicar esa idea.
Un representante italiano comentó, que efectivamente que no ya en la CEE, en Italia, donde también viven, como en España, en el Estado de las Autonomías, en la práctica y con el devenir de los tiempos y a pesar de que tenían una ley específica, no se estaba dando esa pretendida uniformidad, cada región hace las cosas de una forma y cada asociación de autocaravanistas estaba trabajando por su región y a su forma, sin mirar lo que ocurría en las demás, por ello se encontraban que, por ejemplo, no era lo mismo viajar en una autocaravana a la Toscana, donde esta región, en calidad y en cantidad, dispone de un importante número de servicios para las autocaravanas, que a la Padana la Sicilia o al Friuli, donde se habían desarrollado diferentes instalaciones en cantidad, calidad y uso, y con distintas leyes o normativas.
Al final con estos razonamientos y otros persistía en todos los participantes un sentimiento común. Que una forma de viajar como la que ofrece el autocaravanismo no debería de tener fronteras, por lo menos en la CEE, que se debería abrir más la mente de los autocaravanistas, que estaban trabajando por esta causa y tratar de aunar esfuerzos para no regionalizar o nacionalizar el autocaravanismo, que para lograr que cada familia de autocaravanistas encontrase tanto en los lugares de origen, tránsito o destino unas condiciones similares, como se proponía o se pretende, había que pensar que quizás ciertas formas de trabajo dedicadas exclusivamente a unas regiones eran equivocadas, porque al final desarrollando estas ideas nos podemos encontrar en un escenario donde cuando viajemos en una autocaravana, nos encontremos, como hoy está sucediendo, con comunidades de primera de segunda o nulas en la dotación de servicios y acogida, y esa situación de la idea del "terruño" no es buena, ni para la economía del país, ni para la libertad y disfrute de ciudadanos, ni para las aspiraciones de un autocaravanismo con futuro, ni para nadie.
En esta convención me di cuenta de un importante detalle, mientras en España en cualquier encuentro de este tipo con toda probabilidad nos pasaríamos la mayor parte del tiempo hablado de los camping, sus empresarios o de los campistas, allí apenas se habló de estos, se nota que los participantes esa fase ya la han superado y no forma parte de sus principales preocupaciones, ese es otro aspecto demostrativo de que aquí apenas acabamos de comenzar con esto y también, entre otras cosas, lo que nos diferencia de ellos.
Creo que a pesar de todas las peripecias vividas para llegar a esa convención, la experiencia fue buena, sobre todo la de tener la oportunidad de compartir y dialogar con autocaravanistas, como los italianos de los que tenemos mucho que aprender y por lo que desde ese momento he cambiado algunas de las ideas que tenia en la percepción del autocaravanismo. Desde entonces mantengo algunos contactos con los trasalpinos y de vez en cuando siempre es agradable estar en comunicación con ellos.
Pedro Ansorena
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