En la asamblea de Consuegra se demostró y vino a confirmar varias cosas, que ya venía observando desde hace mucho tiempo.
Si como se decía entonces la Plataforma la componíamos más de 2000 socios, ¿como se puede explicar entonces que en la sala apenas había unas cuarenta personas?, hay que tener en cuenta que muchos de los asistentes estábamos junto con nuestras parejas, por lo tanto la baja asistencia fue alarmante.
Durante los últimos tiempos y después de la asamblea de Palencia se había aprobado por unanimidad la moción autocaravanista del Senado, se había ya constituido el Gt53 en el Consejo Superior de Tráfico y se estaba trabajando en él, desde mi punto de vista estábamos viviendo un momento histórico del autocaravanismo en nuestro país.
Por otra parte, por el trabajo totalmente abnegado y altruista de algunos compañeros, se continuaba con la creación de áreas de servicio para autocaravanas en distintos puntos de la geografía española y al mismo tiempo en la junta directiva había habido dimisiones y cambios importantes en su organigrama, de las personas que habían sido elegidos en la asamblea de Palencia, estos cambios se habían hecho sin contar con los socios o al menos sin darles a estos una explicación.
Con todo este panorama de hechos y en una asociación que presumía integrar a 2000 socios, se daban todos los elementos de motivación para que la asamblea de Consuegra registrara una afluencia y participación de los socios masiva, evidentemente esto no fue así ¿por qué?.
Desde mi punto de vista creo que él no contar con los socios por parte de las directivas cuando en estas se hacen cambios importantes, quizás influye bastante en el desánimo de estos a su participación, pero yo me inclino más a pensar en el perfil y motivación del socio a la hora de decidir afiliarse a la Plataforma. Aquí volvemos otra vez a lo que ya comenté anteriormente. La política de captación de socios, con la creación de incentivos o descuentos comerciales, que inició la junta directiva asturiana y el resto de juntas continuó con ella, aun si cabe más agresiva, estaba dando sus frutos.
En Consuegra se demostró la casi nula asistencia a pesar de los importantes momentos, que se estaban viviendo, pero lo que aun fue más grave es la reacción de esos socios ante algunos hechos mostrados allí, el pasotismo y la falta de implicación, salvo algunas excepciones, fue abrumadora, o lo que es lo mismo el clima asociativo perfecto para los fines e intenciones de los personajes que en aquel momento componían la junta directiva.
En esa asamblea quedó demostrado que a la mayoría de los socios, no todos, lo único que posiblemente les interesaba de la plataforma eran los gajes que obtenían de ella en forma de descuentos, las excursiones organizadas a las inauguraciones de las áreas, las invitaciones en las mismas por parte de las autoridades, etc y los asuntos reales o los fines para lo que se había creado una plataforma reivindicativa de los derechos y deberes de los autocaravanistas asociados, parece que les importaba un pepino y para los otros fines daba igual quien se sentaba en el banco, ellos a lo suyo.
Con este panorama y la total falta de apoyo por parte de la directiva y los asociados, me planteé que una persona como yo que había luchado tanto y durante tanto tiempo por una causa, no podía estar más en una comunidad de ese tipo.
En la asamblea de Consuegra, con carácter irrevocable, puse a disposición de la asamblea todos mis compromisos con la PACA, después envié mi cese por escrito a la junta directiva y me planteé seriamente darme de baja de esta asociación en la que por mis convicciones ya no pintaba nada en ella, situación que también materialicé a últimos de 2008 en un escrito dirigido a la directiva y desde entonces no me he dado de alta ni pertenecido a ninguna asociación autocaravanista mas.
Pedro Ansorena.
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