En las elecciones municipales de 2008, el equipo de Gobierno del PP en el ayuntamiento de Santander, que tan drásticas decisiones había tomado contra la práctica del autocaravanismo en la ciudad, no se presentaron a las reelección y fue sustituido por otros nuevos candidatos los cuales, como casi siempre ocurre en la ciudad cántabra, salieron elegidos por mayoría absoluta.
Lo cierto es que los nuevos ediles del equipo de gobierno municipal, al ser gente nueva y personas jóvenes, crearon en mi una nueva expectativa, pero que va, está a la primera de cambio y en la primera toma de contacto se disipó, los nuevos ediles en principio no estaban por la labor de mejorar la situación de las autocaravanas en Santander, alegaban que había una ordenanza municipal, que ellos no habían creado y que había que cumplirla, que esta no se podía estar cambiando todos los días, también pensaban que después del desmadre de antaño por parte de los autocaravanistas y caravanistas en el Sardinero, tenían que proteger esa zona para no volver a las andadas.
Desde el año 2002 y hasta finales de 2009, solo en dos ocasiones he visto una intención clara de hacer algo por parte del ayuntamiento. Cuando en el año 2008 me llamaron para comentarme que estaban estudiando la posibilidad de hacer un aparcamiento con área de servicio para las autocaravanas en la zona del barrio de la Albericia a unos 5 Km del Sardinero y del centro ciudad, con la condición de que no querían ver una autocaravana en el resto de la capital cántabra, les comenté que hiciesen lo que les viniese en gana, pero que esa intención era un abuso y no se podía aceptar, ya que las autocaravanas su destino no era en la Albericia, sino el Sardinero que entre otras cosas es lo que les motivaba para viajar a Santander. La propuesta hubiese sido aceptable si estos contemplasen en la misma la posibilidad de poder aparcar en otros aparcamientos de la ciudad, pero reducir la misma a la Albericia me pareció un auténtico despropósito inaceptable.
Cada vez los problemas en Santander eran mayores, cuando salía a pasear por la ciudad, veía un nuevo episodio protagonizado por la policía local y los autocaravanistas, hasta que en el último trimestre de 2009 me llamaron por teléfono para que acudiese a una entrevista con el concejal de movilidad el Sr, Eduardo Arasti, al que ya conocía, porque su mujer ha sido compañera de trabajo de Senia, mi mujer, durante varios años.
En la fecha fijada acudí a la entrevista, en la cual estaban presentes, el concejal de movilidad, el jefe de la policía local y el responsable de los servicios jurídicos del ayuntamiento, en la misma me expusieron que estaban dispuestos a buscar una solución para el asunto de las autocaravanas, proponiendo crear un grupo de trabajo con los autocaravanistas para ver qué solución se podía buscar. Por aquel entonces ya no pertenecía a ninguna asociación y mis planes eran el mandar todo esto a freír monas, ya que estaba en trámites de comprar un apartamento en Tenerife y en pocas semanas pensaba trasladarme a las Islas Canarias, aun así les facilité alguna documentación que llevaba en un DVD y en papel escrito, comprometiéndome a facilitarles el contacto con la FEAA, la PACA etc.
En aquel momento un autocaravanista de León, residente este en Santander, Daniel, alias "cañonero" en los foros de internet, aprovechando que otros compañeros habían organizado a través del foro de acpasion.com una manifestación de autocaravanistas en Gijón, el también habia organizado una manifestación en Santander. Los munícipes, que al parecer estaban al tanto de esto, me comentaron que si las asociaciones participaban en la manifestación, les contesté que yo no estaba asociado, pero por lo que sabía NO apoyaban la manifestación, que esta estaba organizada por una persona que residía en Santander al margen de las asociaciones, comentaron que la Delegación del Gobierno había denegado el permiso para la manifestación, que si yo lo sabía, les comenté que no y que conocía al convocante, que si querían hablar con el, ya que disponía de sus datos, les podía poner en contacto con el.
En los días siguientes lo llamé por teléfono para comentarle, que tal día y a tal hora el concejal de movilidad del ayuntamiento de Santander quería hablar con él, que si le interesaba. Quedé con esta persona en el ayuntamiento con la intención de que, como me había prometido, les explicase a los ediles municipales los motivos de la manifestación y la situación en que esta se encontraba.
Quedamos en la puerta de ingreso al ayuntamiento y como ya preveía con quien me estaba "jugando los cuartos", solicité a un compañero autocaravanista, que si me hacia el favor de acompañarme, lo cual aceptó y por ello le estoy agradecido por su gesto conmigo.
El personaje no se presentó solo, el también trajo a otra persona a pesar de que no estaba invitada y a la que yo no conocía de nada.
Pedro Ansorena.
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