El pasado dia 19 de marzo, participé junto con otros compañer@s senderistas en una nueva ruta organizada por el Aula de Naturaleza del Ayuntamiento de Arona (Tenerife).
Como es habitual, nos reunimos los 25 participantes a las 08 de la mañana en el acceso del Centro Cultural de Los Cristianos, donde después de los saludos de rigor y la comprobación de la identidad de los asistentes por parte de los guías y responsables de la ruta, Nicolás Trujillo y José Pedro Martin, tomamos el autobús para trasladarnos al inicio de la ruta.
El día estaba soleado, al menos en el sur de la isla, aunque en las proximidades al Parque Nacional del Teide se veían algunas nubes y nieve en las alturas, fruto de la nevada que cayó al principio de la semana, bajando el blanco elemento a 1.300 metros sobre el nivel del mar, cotas de nieve no habituales por estas latitudes, pero por aquí estas cosas no duran mucho, ya que en apenas un par de días la nieve ya se había desecho y solo el cono del Teide presentaba un paisaje y una vista nevada, que por otra parte, nos ofrecía una imagen preciosa.
En las inmediaciones de Guía de Isora realizamos una parada en una cafetería, en previsión de que mas adelante ya no íbamos a encontrar ninguna instalación hostelera donde poder tomar el habitual y necesario café mañanero antes de comenzar la ruta.
Después del café continuamos ruta hasta la población de Chío, donde nos desviamos por la carretera de acceso al Teide, conforme ascendíamos por la empinada carretera el paisaje se mostraba espléndido con una vista de la isla de La Gomera y de la mayor parte de la costa oeste de la isla de Tenerife, extraordinario. Pero lo más atractivo estaba por llegar, conforme íbamos tomando altura comenzaba a aparecer en las orillas de la carretera y debajo del pinar, un tupido manto de plantas verdes con flores amarillas precioso, con la imagen de los ríos de lava petrificada deslizándose por las laderas y el cono volcánico del Teide nevado al fondo presidiendo el espectáculo.
El traslado en autobús tocó a su fin y este nos dejó en un punto y apartado de la carretera entre lavas y conos volcánicos donde después de colocarnos a nuestras espaldas las correspondientes mochilas y extender los bastones de senderista, a las 09,30 iniciamos el sendero que nos llevaría hasta Garachico.
La ruta comenzaba a unos 1400 metros de altitud, por la reserva natural especial del Chinyero y por un paraje natural que cuenta con una superficie de más de 2 hectáreas alrededor del volcán Chinyero y en dirección también al parque natural de la corona forestal del Teide, primero por una pista bastante bien acondicionada, para desviarnos de ésta por un sendero bien señalizado y perfilado por cantos volcánicos con piso de cenizas y arenas volcánicas para aproximarnos, unos dos Km. a las inmediaciones del cono volcánico del Chinyero, donde José Pedro Martin nos explicó algunos detalles de la erupción del volcán, las características de las lavas y la colonización de estas por los líquenes, la primera forma de vida que se asienta en los territorios volcánicos o mal país, y la colonización de plantas.
Nos estuvo también explicando que en el mes de noviembre de 1909 el volcán Chinyero entró en erupción, un acontecimiento que despertó temor en los municipios limítrofes a lo que ahora es el Parque Nacional del Teide, pero que a pesar del temor que puede representar la erupción de un volcán, los volcanes del archipielago canario, debido a las características de este tipo de vulcanismo, llamado del tipo efusivo y estromboliano, no han producido ninguna muerte conocida.
Según explican los entendidos en la materia, en Tenerife el vulcanismo histórico ha sido de tipo estromboliano y efusivo, con erupciones de magmas basálticos que han dado lugar a piroclastros y coladas lávicas. Han sido erupciones temporalmente cortas, con emisiones a pulsos, en intervalos de pocos segundos o minutos, emitiendo magmas fluidos ricos en hierro y escaso sílice, mediante una actividad fundamentalmente efusiva, con abundantes coladas y explosiones moderadas. Al durar tan poco la erupción, las coladas han solidificado cerca de los focos de emisión. De esta manera, el magma ha llegado en pocas ocasiones al mar, por lo que al solidificarse, se ha ido acumulando aumentando la envergadura de la Isla y reorganizando el espacio geográfico afectado.
Las islas Canarias son la única región de España con vulcanismo activo donde ha habido erupciones volcánicas y hay riesgo de que haya más en el futuro. Tenerife, Lanzarote, Hierro y La Palma han tenido erupciones en los últimos siglos (la última en 1971 el volcán Teneguía en la isla de La Palma) y son volcánicamente activas. Fuerteventura y Gran Canaria hace más tiempo que no han tenido erupciones y el riesgo es menor y en La Gomera la actividad volcánica puede considerarse extinta.
La proximidad en la fecha de erupción hace que el volcán Chinyero sea el mejor documentado de la isla de Tenerife ya que existen fotografías y versiones de testigos sobre el suceso, hay que tener en cuenta que en la zona del volcán había campos de cultivo y en el momento de la erupción se encontraban en el lugar algunas personas atendiendo sus campos y cosechas, que relataron la versión de los hechos acaecidos.
Continuamos descendiendo por el sendero, con un paisaje volcánico de una singular belleza mezclado entre el pinar con algunos ejemplares de pino canario de dimensiones y porte significativas y notables, lamentando un poco que la vista del Cono del Teide nevado se encontraba un poco disturbada por la situación del radiante sol que estaba justo de frente, sobre todo los que somos aficionados a la fotografía.
Resulta muy interesante para un caminante o senderista que no está especialmente habituado a caminar por los parajes volcánicos el momento de atravesar los ríos de lava, o los campos de cenizas con la estructura de los materiales intacta, y con escasa vegetación sobre ellos, volviendo a atravesar alternativamente de nuevo pinares y otras partes de vegetación.
El sendero continúa siempre descendente con algunas pequeñas subidas motivadas por la orografía del terreno, en dirección al volcán Arenas Negras, donde conforme íbamos perdiendo altura iban apareciendo algunas especies de plantas y arbustivas, como la fistilera, el poleo, las vinagreras, los brezos, las fayas, las jaras, los codesos o los corazoncillos etc.
El volcán Arenas Negras o Trevijo entró en erupción en mayo de 1706, en la Dorsal de Teno, la erupción del Volcán que aunque duró sólo 9 días, derramó sus coladas hacia el mar por el cauce de un barranco de gran inclinación, arrasando el antiguo pueblo y puerto de Garachico. Este hecho quizás marco el futuro de la isla de Tenerife en los años venideros y posiblemente en la actualidad.
La ciudad de Garachico con su puerto fue fundada por el banquero genovés Cristóbal de Ponte en 1496. Durante los siglos XVI y XVII en plena conquista y colonización de América, Garachico debido a la espléndida ensenada de su puerto, donde atracaban algunas de las naves que surcaban las aguas oceánicas de ida y vuelta al continente americano, fue el motor de la isla y la ciudad comercial por excelencia, donde por aquellas fechas estaba llamada a ser posiblemente la capital de la isla de Tenerife.
La erupción del volcán Arenas Negras y la destrucción por la corriente de lava de su importante puerto y de parte de la ciudad, posiblemente no solo vino a truncar y cambiar el futuro de la vida en Garachico sino también el de la isla de Tenerife.
Después de este desastre natural los comerciantes pasaron entonces a utilizar el muelle del Puerto de la Cruz y Garachico quedó como un pequeño puerto de pescadores. La colada de lava que llegó al mar hizo ganar al municipio territorio y unas piscinas y charcos naturales, pero quizás le privó de ser capital de la isla, cuyo honor ostentó la bonita ciudad de La Laguna.
Continuamos la ruta donde al llegar a la espléndida área de acampada de Arenas Negras, nos detuvimos un rato para darnos el gusto de comer un poco de nuestras portadas viandas, aunque algun@s por lo que vi casi le meten mano a "la carne fiesta con las papas y el mojo" que parece llevaban en la mochila, pero viendo la cómoda mesa con bancos que teníamos a nuestra disposición, la verdad, es que no me extraña, la tentación no era para menos.
En fin, que con estas anécdotas y otras, continuamos ruta, eso sí, con los simpáticos y alegres compañer@s de las viandas " de la carne fiesta" un poco sorprendidos y acelerados ante la inminente reinicio de la marcha, al verse sorprendidos en el disfrute de su noble faena.
El sendero continúa por una zona de abundante pinar con vegetación de fayal brezal, este último en plena y espectacular floración, cruzando algunas de las canalizaciones de agua provenientes estas de las galerías de captación de aguas que os comentaba en otra entrada de este blog.
La habitual niebla, que frecuentemente aportan los alisios a esta zona del territorio tinerfeño del norte de la isla, como no podía ser de otra forma, hace su presencia y con ello el suelo se nota mas húmedo y fruto de ello la vegetación cada vez es más exuberante.
Ya en las proximidades de Garachico, descendiendo por la pendiente, más o menos por el trazado que siguió la lava del volcán Arenas Negras, invasor de la ciudad, esta se hace cada vez más prolongada hacia abajo y aunque el sendero estaba en excelentes condiciones tanto de señalización como de piso, comienza a aparecer algunos escalones o saltos y con ello las primeras molestias de piernas o articulaciones, especialmente en las mías y mi "talón de Aquiles" que últimamente, el y yo nos llevamos tan mal.
Con la ciudad de Garachico a nuestros pies, colgados sobre ella en una especie de mirador, ante tal cautivadora vista y viendo que la ruta llegaba a su fin, decidimos hacer una sentada en el camino y acabar con los restos de la paseada despensa que llevábamos en la mochila y a nuestras calientes espaldas, la cual nos supo a gloria celestial.
Después del descanso y la frugal comida, aun nos quedaría un último tramo con una sinuosa y quebrada pendiente más que notable por un antiguo camino con una, aún, conservación del empedrado sorprendente y que al fin y a la postre fue la puntilla para los que fruto de nuestra PV. ya llevábamos bastante "alegría en el cuerpo".
Al final llegamos a las cuatro de la tarde a la bonita y más que notable población de Garachico y con ello en su plaza mayor junto a su iglesia y convento y en un marco incomparable, en el chiringuito- cafetería de la plaza, finalmente nos dimos el homenaje de tomarnos una bien merecida y gratificante fría y exquisita cerveza, sentados en la terraza y comentando algunas incidencias y anécdotas de la ruta, para después de un rato levantarnos, algunos con dificultad, y trasladarnos al aparcamiento donde nos estaba esperando el autobús para regresar al punto de partida de Los Cristianos en el sur de la isla.
Durante el traslado de regreso, por un paisaje más que notable, algunos quizás debido a la ruta o porque el cuerpo nos lo pedía, veníamos un poco recostados y adormilados en nuestros asientos, pero inmediatamente la alegría y las risas de las chic@s del fondo del autobús nos sacaron de nuestro particular letargo y de alguna manera, aunque solo fuese el sentir su manifestación de alegría nos hicieron participes de su momento, demostrando con ello que estos canari@s en carnavales lo llevan en el cuerpo y a pesar de la caminata, no hay nada que se les resista.
La jornada ha sido muy agradable y la ruta excelente y aunque de momento y ya que la estancia invernal en la isla toca a su fin, espero encontraros para el próximo retorno, más o menos en el mes de diciembre, mientras tanto desearos que no decaiga el humor y agradecer a todos, especialmente a los guías y al Ayuntamiento de Arona que promueven y facilitan estas cosas, los buenos momentos que hemos disfrutado juntos.
Longitud de la ruta: 14 Kmt.
Altura mínima: 0.
Altura máxima: 1400 Mt. aprox.
Desnivel de subida: 150 aprox.Mt.
Desnivel de bajada: 1250 aprox. Mt.
Dificultad: Media.
Duración: 6,30 horas con muchas paradas.
Gracias amigos, hasta otra.
Pedro Ansorena.
Como es habitual, nos reunimos los 25 participantes a las 08 de la mañana en el acceso del Centro Cultural de Los Cristianos, donde después de los saludos de rigor y la comprobación de la identidad de los asistentes por parte de los guías y responsables de la ruta, Nicolás Trujillo y José Pedro Martin, tomamos el autobús para trasladarnos al inicio de la ruta.
El día estaba soleado, al menos en el sur de la isla, aunque en las proximidades al Parque Nacional del Teide se veían algunas nubes y nieve en las alturas, fruto de la nevada que cayó al principio de la semana, bajando el blanco elemento a 1.300 metros sobre el nivel del mar, cotas de nieve no habituales por estas latitudes, pero por aquí estas cosas no duran mucho, ya que en apenas un par de días la nieve ya se había desecho y solo el cono del Teide presentaba un paisaje y una vista nevada, que por otra parte, nos ofrecía una imagen preciosa.
En las inmediaciones de Guía de Isora realizamos una parada en una cafetería, en previsión de que mas adelante ya no íbamos a encontrar ninguna instalación hostelera donde poder tomar el habitual y necesario café mañanero antes de comenzar la ruta.
Después del café continuamos ruta hasta la población de Chío, donde nos desviamos por la carretera de acceso al Teide, conforme ascendíamos por la empinada carretera el paisaje se mostraba espléndido con una vista de la isla de La Gomera y de la mayor parte de la costa oeste de la isla de Tenerife, extraordinario. Pero lo más atractivo estaba por llegar, conforme íbamos tomando altura comenzaba a aparecer en las orillas de la carretera y debajo del pinar, un tupido manto de plantas verdes con flores amarillas precioso, con la imagen de los ríos de lava petrificada deslizándose por las laderas y el cono volcánico del Teide nevado al fondo presidiendo el espectáculo.
El traslado en autobús tocó a su fin y este nos dejó en un punto y apartado de la carretera entre lavas y conos volcánicos donde después de colocarnos a nuestras espaldas las correspondientes mochilas y extender los bastones de senderista, a las 09,30 iniciamos el sendero que nos llevaría hasta Garachico.
La ruta comenzaba a unos 1400 metros de altitud, por la reserva natural especial del Chinyero y por un paraje natural que cuenta con una superficie de más de 2 hectáreas alrededor del volcán Chinyero y en dirección también al parque natural de la corona forestal del Teide, primero por una pista bastante bien acondicionada, para desviarnos de ésta por un sendero bien señalizado y perfilado por cantos volcánicos con piso de cenizas y arenas volcánicas para aproximarnos, unos dos Km. a las inmediaciones del cono volcánico del Chinyero, donde José Pedro Martin nos explicó algunos detalles de la erupción del volcán, las características de las lavas y la colonización de estas por los líquenes, la primera forma de vida que se asienta en los territorios volcánicos o mal país, y la colonización de plantas.
Nos estuvo también explicando que en el mes de noviembre de 1909 el volcán Chinyero entró en erupción, un acontecimiento que despertó temor en los municipios limítrofes a lo que ahora es el Parque Nacional del Teide, pero que a pesar del temor que puede representar la erupción de un volcán, los volcanes del archipielago canario, debido a las características de este tipo de vulcanismo, llamado del tipo efusivo y estromboliano, no han producido ninguna muerte conocida.
Según explican los entendidos en la materia, en Tenerife el vulcanismo histórico ha sido de tipo estromboliano y efusivo, con erupciones de magmas basálticos que han dado lugar a piroclastros y coladas lávicas. Han sido erupciones temporalmente cortas, con emisiones a pulsos, en intervalos de pocos segundos o minutos, emitiendo magmas fluidos ricos en hierro y escaso sílice, mediante una actividad fundamentalmente efusiva, con abundantes coladas y explosiones moderadas. Al durar tan poco la erupción, las coladas han solidificado cerca de los focos de emisión. De esta manera, el magma ha llegado en pocas ocasiones al mar, por lo que al solidificarse, se ha ido acumulando aumentando la envergadura de la Isla y reorganizando el espacio geográfico afectado.
Las islas Canarias son la única región de España con vulcanismo activo donde ha habido erupciones volcánicas y hay riesgo de que haya más en el futuro. Tenerife, Lanzarote, Hierro y La Palma han tenido erupciones en los últimos siglos (la última en 1971 el volcán Teneguía en la isla de La Palma) y son volcánicamente activas. Fuerteventura y Gran Canaria hace más tiempo que no han tenido erupciones y el riesgo es menor y en La Gomera la actividad volcánica puede considerarse extinta.
La proximidad en la fecha de erupción hace que el volcán Chinyero sea el mejor documentado de la isla de Tenerife ya que existen fotografías y versiones de testigos sobre el suceso, hay que tener en cuenta que en la zona del volcán había campos de cultivo y en el momento de la erupción se encontraban en el lugar algunas personas atendiendo sus campos y cosechas, que relataron la versión de los hechos acaecidos.
Continuamos descendiendo por el sendero, con un paisaje volcánico de una singular belleza mezclado entre el pinar con algunos ejemplares de pino canario de dimensiones y porte significativas y notables, lamentando un poco que la vista del Cono del Teide nevado se encontraba un poco disturbada por la situación del radiante sol que estaba justo de frente, sobre todo los que somos aficionados a la fotografía.
Resulta muy interesante para un caminante o senderista que no está especialmente habituado a caminar por los parajes volcánicos el momento de atravesar los ríos de lava, o los campos de cenizas con la estructura de los materiales intacta, y con escasa vegetación sobre ellos, volviendo a atravesar alternativamente de nuevo pinares y otras partes de vegetación.
El sendero continúa siempre descendente con algunas pequeñas subidas motivadas por la orografía del terreno, en dirección al volcán Arenas Negras, donde conforme íbamos perdiendo altura iban apareciendo algunas especies de plantas y arbustivas, como la fistilera, el poleo, las vinagreras, los brezos, las fayas, las jaras, los codesos o los corazoncillos etc.
El volcán Arenas Negras o Trevijo entró en erupción en mayo de 1706, en la Dorsal de Teno, la erupción del Volcán que aunque duró sólo 9 días, derramó sus coladas hacia el mar por el cauce de un barranco de gran inclinación, arrasando el antiguo pueblo y puerto de Garachico. Este hecho quizás marco el futuro de la isla de Tenerife en los años venideros y posiblemente en la actualidad.
La ciudad de Garachico con su puerto fue fundada por el banquero genovés Cristóbal de Ponte en 1496. Durante los siglos XVI y XVII en plena conquista y colonización de América, Garachico debido a la espléndida ensenada de su puerto, donde atracaban algunas de las naves que surcaban las aguas oceánicas de ida y vuelta al continente americano, fue el motor de la isla y la ciudad comercial por excelencia, donde por aquellas fechas estaba llamada a ser posiblemente la capital de la isla de Tenerife.
La erupción del volcán Arenas Negras y la destrucción por la corriente de lava de su importante puerto y de parte de la ciudad, posiblemente no solo vino a truncar y cambiar el futuro de la vida en Garachico sino también el de la isla de Tenerife.
Después de este desastre natural los comerciantes pasaron entonces a utilizar el muelle del Puerto de la Cruz y Garachico quedó como un pequeño puerto de pescadores. La colada de lava que llegó al mar hizo ganar al municipio territorio y unas piscinas y charcos naturales, pero quizás le privó de ser capital de la isla, cuyo honor ostentó la bonita ciudad de La Laguna.
Continuamos la ruta donde al llegar a la espléndida área de acampada de Arenas Negras, nos detuvimos un rato para darnos el gusto de comer un poco de nuestras portadas viandas, aunque algun@s por lo que vi casi le meten mano a "la carne fiesta con las papas y el mojo" que parece llevaban en la mochila, pero viendo la cómoda mesa con bancos que teníamos a nuestra disposición, la verdad, es que no me extraña, la tentación no era para menos.
En fin, que con estas anécdotas y otras, continuamos ruta, eso sí, con los simpáticos y alegres compañer@s de las viandas " de la carne fiesta" un poco sorprendidos y acelerados ante la inminente reinicio de la marcha, al verse sorprendidos en el disfrute de su noble faena.
El sendero continúa por una zona de abundante pinar con vegetación de fayal brezal, este último en plena y espectacular floración, cruzando algunas de las canalizaciones de agua provenientes estas de las galerías de captación de aguas que os comentaba en otra entrada de este blog.
La habitual niebla, que frecuentemente aportan los alisios a esta zona del territorio tinerfeño del norte de la isla, como no podía ser de otra forma, hace su presencia y con ello el suelo se nota mas húmedo y fruto de ello la vegetación cada vez es más exuberante.
Ya en las proximidades de Garachico, descendiendo por la pendiente, más o menos por el trazado que siguió la lava del volcán Arenas Negras, invasor de la ciudad, esta se hace cada vez más prolongada hacia abajo y aunque el sendero estaba en excelentes condiciones tanto de señalización como de piso, comienza a aparecer algunos escalones o saltos y con ello las primeras molestias de piernas o articulaciones, especialmente en las mías y mi "talón de Aquiles" que últimamente, el y yo nos llevamos tan mal.
Con la ciudad de Garachico a nuestros pies, colgados sobre ella en una especie de mirador, ante tal cautivadora vista y viendo que la ruta llegaba a su fin, decidimos hacer una sentada en el camino y acabar con los restos de la paseada despensa que llevábamos en la mochila y a nuestras calientes espaldas, la cual nos supo a gloria celestial.
Después del descanso y la frugal comida, aun nos quedaría un último tramo con una sinuosa y quebrada pendiente más que notable por un antiguo camino con una, aún, conservación del empedrado sorprendente y que al fin y a la postre fue la puntilla para los que fruto de nuestra PV. ya llevábamos bastante "alegría en el cuerpo".
Al final llegamos a las cuatro de la tarde a la bonita y más que notable población de Garachico y con ello en su plaza mayor junto a su iglesia y convento y en un marco incomparable, en el chiringuito- cafetería de la plaza, finalmente nos dimos el homenaje de tomarnos una bien merecida y gratificante fría y exquisita cerveza, sentados en la terraza y comentando algunas incidencias y anécdotas de la ruta, para después de un rato levantarnos, algunos con dificultad, y trasladarnos al aparcamiento donde nos estaba esperando el autobús para regresar al punto de partida de Los Cristianos en el sur de la isla.
Durante el traslado de regreso, por un paisaje más que notable, algunos quizás debido a la ruta o porque el cuerpo nos lo pedía, veníamos un poco recostados y adormilados en nuestros asientos, pero inmediatamente la alegría y las risas de las chic@s del fondo del autobús nos sacaron de nuestro particular letargo y de alguna manera, aunque solo fuese el sentir su manifestación de alegría nos hicieron participes de su momento, demostrando con ello que estos canari@s en carnavales lo llevan en el cuerpo y a pesar de la caminata, no hay nada que se les resista.
La jornada ha sido muy agradable y la ruta excelente y aunque de momento y ya que la estancia invernal en la isla toca a su fin, espero encontraros para el próximo retorno, más o menos en el mes de diciembre, mientras tanto desearos que no decaiga el humor y agradecer a todos, especialmente a los guías y al Ayuntamiento de Arona que promueven y facilitan estas cosas, los buenos momentos que hemos disfrutado juntos.
Longitud de la ruta: 14 Kmt.
Altura mínima: 0.
Altura máxima: 1400 Mt. aprox.
Desnivel de subida: 150 aprox.Mt.
Desnivel de bajada: 1250 aprox. Mt.
Dificultad: Media.
Duración: 6,30 horas con muchas paradas.
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Pedro Ansorena.
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