El pasado día 5 de marzo y dentro de las jornadas de senderismo organizadas por el aula de naturaleza del Ayuntamiento de Arona, como en anteriores ocasiones, tuve la oportunidad de participar junto con otros compañeros en una nueva ruta senderista.
Km. de recorrido 10.
Dificultad media.
Tiempo del recorrido 4 horas con varias paradas.
Esta vez la ruta discurría por una parte del Camino Real del Sur, comenzando en la población de Charco del Pino y finalizando en el mirador de La Centinela en las proximidades del Valle de San Lorenzo. Quedamos a las 08 de la mañana en el lugar habitual, el Centro Cultural de Los Cristianos, donde después de los saludos de rigor y la comprobación, por parte de los guiás José Pedro Matín y Nicolás Trujillo, de las personas admitidas a la ruta tomamos el autobús y nos trasladamos a Charco del Pino.
La mañana se presentaba con algunos nubarrones, incluso llovía débilmente, aunque también comenzaban a abrirse grandes claros por el oeste, lo cual presagiaba una buena jornada en lo tocante a la climatología. Nada mas acceder a la autovía, el paisaje al fondo y hacia el norte se mostraba espectacular con las partes altas de Vilaflor y Abona por encima de los 1500 mt. ligeramente nevadas en contrate con el cielo azul y el mar oceánico al sur.
Iniciamos la ruta en Charco del Pino pasadas las 09 de la mañana, dejando atrás la población y tomando el Camino Real del Sur, nada mas adentramos por él se nota la falta de una señalización adecuada y aunque en algunos tramos se conserva perfectamente el antiguo empedrado del suelo, la vegetación invade gran parte de la calzada, por lo que, a no ser que se conozca bien la ruta como la conocen los guiás, no es fácil localizar los accesos y el trazado.
Al igual que la anterior ruta, la naturaleza en plena floración de algunas especies y el paisaje nos ofrece todo un abanico de color y belleza.
Inmediatamente acedemos al barranco de La Orchilla, donde desde lo alto el Guía José Pedro,mientras Nicolás tomaba alguna panorámica con su cámara de fotos ayudado por el ingenioso e improvisado trípode bastón de senderista, nos explicaba algunas de las características de la calzada, del barranco y de la existencia de La Orchilla, un liquen muy preciado que antaño fue utilizado como fuente de obtención de pigmento para colorear o teñir y que dio nombre al barranco. El comercio y explotación de la orchilla en las islas Canarias duro unos 350 años.
A juzgar por las abundantes cuevas y por los vestigios encontrados en la zona, la ocupación prehistórica y aborigen de estos barrancos debió de ser importante, imaginando una vida dura y llena de carencias o necesidades en pos de la supervivencia, muy distinta a la actual donde algunas de las mayores preocupaciones que tenemos parece ser que son las de ir al volante de un coche a 170 Kmh. con el teléfono móvil en una mano y con el cigarrillo en la otra.
El entorno es maravilloso y natural, de antigüedad milenaria, que esconde grabados Petroglifos de los llamados “dameros” de los antiguos aborígenes pobladores de la isla.
El entorno es maravilloso y natural, de antigüedad milenaria, que esconde grabados Petroglifos de los llamados “dameros” de los antiguos aborígenes pobladores de la isla.
Destacando la nula protección de la que dispone este maravilloso legado del pasado. No entiendo que hoy en día estas cosas no dispongan de la protección adecuada para su conservación.
La ruta discurre y cruza por poblaciones como San Miguel con arquitectura canaria de casas con las características ventanas aguillotinadas de origen portugués, donde hicimos una paradita frente a la iglesia y la casa nativa de el Doctor D. Juan de Bethencourt Alfonso, donde los guiás nos explicaron algunas de las aportaciones a la vida canaria y al mundo de tan relevante personaje .
Fue fundador del Gabinete Científico en Santa Cruz de Tenerife, donde desarrollará y organizará los trabajos de Antropología y Arqueología prehistórica de Canarias. También se le considera como el fundador del folklore canario. La importancia e interés de esta persona radica en la dedicación de su vida a las investigaciones y estudios que llevó a cabo.
En la ruta se encuentran algunas sorgentes de agua con rústicas canalizaciones, represas, lavaderos y abrevaderos para los ganados, excavados en la roca volcánica, que como nos comentan los guías, antaño dieron un gran servicio a las poblaciones de la zona.
Con estas sensaciones llegamos al momento del descanso del día, la sentada al pie del camino para comer nuestro bien merecido bocadillo. Antes habíamos parado en una dulcería de las poblaciones que cruzamos para tomarnos un café. Estos momentos, a mi modo de ver, son imprescindibles para disfrutar de la armonía y la convivencia de los participantes ya que los comentarios, las anécdotas y las expresiones, son un añadido más al disfrute de la ruta y del día.
Después de pasada la una de la tarde llegamos al mirador de la montañita de la Centinela, extraordinario enclave paisajista, finalizando la ruta.
Desde la cafetería del mirador y mientras esperábamos el autobús, aparte de disfrutar de una merecida cerveza en compañía de todos, también se puede disfrutar de unas excelentes vistas de la zona que ya he comentado En otro relato de este blog .
La jornada nuevamente ha sido estupenda en todos los sentidos, destacando la buena convivencia y armonía del grupo.
Mi mas sincero agradecimiento a todos ellos, esperando encontraros en la próxima ruta.
Pedro Ansorena.
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