El pasado dia 8 de marzo, junto con el compañero navarro Antonio, decidimos hacer una ruta de senderismo a uno de los parajes de la isla, del que en varias ocasiones me habían hablado, pero que aunque he estado haciendo senderismo por la zona, todavía no lo conocía.
Tomamos la guagua Nº 342, que parte de Los Cristianos, a las 9.30 de la mañana en dirección al parque nacional del Teide, solicitando al conductor que nos dejase por encima de la población de Vilaflor, en el km 66, donde inicia una pista forestal. A partir de aquí sobre las diez de la mañana iniciamos la ruta, caminando una hora por la pista con poca pendiente hasta encontrar el antiguo sendero que sube de Vilaflor, una vía de comunicación entre la antigua Chasna y La Esperanza, con más de 500 años de historia que comienza en el mismo pueblo de Vilaflor. En el punto que cruza con la pista, hay una cartel que nos indica a la izquierda al paisaje lunar y Chasna - La Esperanza. Al poco de iniciar el camino nos encontramos con dos rutas, 2,7 y 2,3 km de distancia que nos levan al mismo sitio. Nos decidimos por la de la izquierda que es por donde continua el antiguo camino de Chasna a La Esperanza, la ruta continua por un camino en buen estado, está bien señalizada, tira hacia arriba y en algunos tramos tienen bastante pendiente, que sumado esto a la altura por la que caminamos y al sol que pega al medio día, no hay mas remedio que tomársela con calma .
Tomamos la guagua Nº 342, que parte de Los Cristianos, a las 9.30 de la mañana en dirección al parque nacional del Teide, solicitando al conductor que nos dejase por encima de la población de Vilaflor, en el km 66, donde inicia una pista forestal. A partir de aquí sobre las diez de la mañana iniciamos la ruta, caminando una hora por la pista con poca pendiente hasta encontrar el antiguo sendero que sube de Vilaflor, una vía de comunicación entre la antigua Chasna y La Esperanza, con más de 500 años de historia que comienza en el mismo pueblo de Vilaflor. En el punto que cruza con la pista, hay una cartel que nos indica a la izquierda al paisaje lunar y Chasna - La Esperanza. Al poco de iniciar el camino nos encontramos con dos rutas, 2,7 y 2,3 km de distancia que nos levan al mismo sitio. Nos decidimos por la de la izquierda que es por donde continua el antiguo camino de Chasna a La Esperanza, la ruta continua por un camino en buen estado, está bien señalizada, tira hacia arriba y en algunos tramos tienen bastante pendiente, que sumado esto a la altura por la que caminamos y al sol que pega al medio día, no hay mas remedio que tomársela con calma .
Después de 2 horas y 30 minutos de marcha desde nuestro inicio, dejamos el antiguo camino para iniciar un sendero circular con pendiente hacia abajo, que nos lleva en primer lugar a unos miradores, donde había varios senderistas y donde paramos un buen rato a descansar, tomando alguna fruta y agua mientras disfrutábamos de un paisaje con formaciones erosionadas de cenizas fosilizadas, denominado como "Paisaje Lunar".
Las formaciones vistas desde lo alto resultan espectaculares, pero no menos atractivo resulta el paraje de pino canario de toda la ruta y el entorno volcánico de diverso colorido que lo circunda.
Continuamos ruta por el sendero, siempre descendente, que discurre por el pinar hasta encontrar unas antiguas construcciones de piedra y un gran pino, donde bajo su sombra dimos buena cuenta de nuestra despensa, que contenía el habitual bocadillo, que como casi siempre nos supo a gloria.
Con estas sensaciones, continuamos el recorrido circular hasta el final del mismo en el punto del antiguo camino que habíamos tomado por la mañana y que en lugar de ir por la pista hasta el punto de partida en la carretera general, fuimos directamente por el camino viejo hasta Vilaflor, que va a parar por la parte de abajo de la plaza de la iglesia, a la que llegamos al filo de las cuatro de la tarde.
Recorrimos un poco el pueblo y nos acercamos hasta la parada de la guagua o autobús Nº482, al lado de la gasolinera donde dimos por finalizada la ruta tomando unas cervezas en un bar, esperando unas dos horas la guagua que nos trasladó a Los Cristianos.
Como casi siempre que salgo, bien en compañía o solo, a hacer alguna ruta de senderismo por la isla, la ruta ha sido muy agradable y la grata compañía del amigo Antonio mucho más.
Las formaciones vistas desde lo alto resultan espectaculares, pero no menos atractivo resulta el paraje de pino canario de toda la ruta y el entorno volcánico de diverso colorido que lo circunda.
Continuamos ruta por el sendero, siempre descendente, que discurre por el pinar hasta encontrar unas antiguas construcciones de piedra y un gran pino, donde bajo su sombra dimos buena cuenta de nuestra despensa, que contenía el habitual bocadillo, que como casi siempre nos supo a gloria.
Con estas sensaciones, continuamos el recorrido circular hasta el final del mismo en el punto del antiguo camino que habíamos tomado por la mañana y que en lugar de ir por la pista hasta el punto de partida en la carretera general, fuimos directamente por el camino viejo hasta Vilaflor, que va a parar por la parte de abajo de la plaza de la iglesia, a la que llegamos al filo de las cuatro de la tarde.
Recorrimos un poco el pueblo y nos acercamos hasta la parada de la guagua o autobús Nº482, al lado de la gasolinera donde dimos por finalizada la ruta tomando unas cervezas en un bar, esperando unas dos horas la guagua que nos trasladó a Los Cristianos.
Como casi siempre que salgo, bien en compañía o solo, a hacer alguna ruta de senderismo por la isla, la ruta ha sido muy agradable y la grata compañía del amigo Antonio mucho más.
Inicio de la ruta, en la pista forestal situada en el km 66 de la carretera de acceso al Parque Nacional del Teide desde Vilaflor.
Finalización, en la parte baja de la Plaza de Vilaflor.
Longitud del sendero, ida y vuelta, unos 12 Kilómetros aproximadamente.
Tiempo medio de recorrido de 6 a 7 horas caminando tranquilo.
Dificultad, media.
Todo el recorrido se efectúa entre los 1380 y los 1900 metros de altitud, por lo que, aunque no es un sendero con dificultad, se necesita estar en buena forma física.
Pedro Ansorena.
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