Para quienes gusten de los encantos naturales, disfrutar del paisaje tinerfeño, al igual que de otras cosas que nos ofrece el archipielago, la floración de los almendros es un momento mágico. Entre enero y febrero, coincidiendo con su floración, el paisaje adquiere una belleza espectacular. Los almendros en flor, con sus variadas tonalidades blancas y rosadas, tienen un atractivo especial para fotógrafos, pintores y para todo aquel amante de la naturaleza que quiera recrear en él la vista y los sentidos.
En un año malo como este que estamos viviendo por esta latitud, en cuanto a lluvias se refiere, la naturaleza es sabia y, a pesar de la escasez de agua, esencial para la vida de los seres vivos y las plantas, ésta siempre nos sorprende y en las mejores condiciones posible nos muestra su agradable y mejor cara.
Los almendros ya lucen su floración en muchas poblaciones de la isla de Tenerife. En esta ocasión hacemos referencia a Guía de Isora, Chirche, Arguayo, Santiago del Teide etc. Localidades que entre otras, en esta época ven florecer en sus terrenos de medianía y zona alta los almendros.
Los almendros en contraste con la lava y los paisajes volcánicos lucen ahora su manto blanco y cuando uno se desplaza por el territorio, desde lejos se ven donde están situados, ya que en esta época son los únicos árboles que están en flor. Por estos parajes el viajero, además de otras cosas, también puede ver y disfrutar de este mágico momento.
Pero esto no solo se queda en las poblaciones descritas, el Archipielago Canario y Tenerife da para mucho más, en cada barranco, cada esquina, cada costa o cada montaña, nos están esperando verdaderos tesoros para descubrir y disfrutar.
Esta ha sido una de las motivación por la que, mientras se suceden las noticias sobre una ola de frio que se abate en Europa con resultados en algunos casos catastróficos, el pasado día 8 de febrero, una vez más, abandonamos nuestro cálido y tranquilo nido invernal del sur de la isla, junto con unos amigos, para hacer uno de nuestros habituales recorridos diarios de ida y vuelta por Tenerife en busca siempre de nuevas aventuras o sensaciones.
El día conforme nos íbamos moviendo, nos deparó todo tipo de sorpresas y espectáculos, la floración de los almendros, tajinastes y otras plantas y arbustos de la naturaleza isleña, las serpenteantes y espectaculares vías de comunicación que recorren la isla, la arquitectura de los núcleos urbanos de las poblaciones y municipios por los que transitamos, el contacto con las gentes de las localidades y su amigable conversación, la buena y rica gastronomía que amablemente nos ofrecen algunos de los tradicionales y bien acondicionados restaurantes, ubicados al pie del camino con precios y calidad incomparable, el impresionante paisaje volcánico, las abruptas costas y su pujante océano atlántico, la variedad de climas que soporta la isla, pasando de los 24º grados de nuestra partida mañanera en el sur de la isla, a los 2º bajo cero a 2.300 mt. de altitud del atardecer en las proximidades del Parque Nacional del Teide y su observatorio astrofísico de Izaña, rodeado todo ello por las características nubes de aspecto algodonado a nuestros pies, la rojiza puesta de sol por el horizonte, abriendo paso a una nítida y estrellada noche en Las Cañadas del Teide, en este caso de luna llena, como antesala y punto final del día, para regresar a las 21 horas después de un amplio recorrido por la isla a la bonanza de los 18º grados con los que nos recibe el clima de la noche sureña en los núcleos turísticos de Los Cristianos y Las Américas, punto final de nuestra ruta del día.
Entre muchas otras cosas que nos ofrecen las islas del archipiélago canario este es un motivo más que suficiente para acercarnos por aquí a disfrutar, así que si disponéis de la ocasión y podéis, el hacer una escapadita del frio invernal europeo a la isla de Tenerife es altamente recomendable.
Como en otras ocasiones y como a veces unas imágenes valen más que mil palabras, en el siguiente enlace podéis ver algunas de estas que en nuestros desplazamientos por la isla hemos ido recopilando.
Para ver otras imágenes PULSAR AQUÍ
Pedro Ansorena.
En un año malo como este que estamos viviendo por esta latitud, en cuanto a lluvias se refiere, la naturaleza es sabia y, a pesar de la escasez de agua, esencial para la vida de los seres vivos y las plantas, ésta siempre nos sorprende y en las mejores condiciones posible nos muestra su agradable y mejor cara.
Los almendros ya lucen su floración en muchas poblaciones de la isla de Tenerife. En esta ocasión hacemos referencia a Guía de Isora, Chirche, Arguayo, Santiago del Teide etc. Localidades que entre otras, en esta época ven florecer en sus terrenos de medianía y zona alta los almendros.
Los almendros en contraste con la lava y los paisajes volcánicos lucen ahora su manto blanco y cuando uno se desplaza por el territorio, desde lejos se ven donde están situados, ya que en esta época son los únicos árboles que están en flor. Por estos parajes el viajero, además de otras cosas, también puede ver y disfrutar de este mágico momento.
Pero esto no solo se queda en las poblaciones descritas, el Archipielago Canario y Tenerife da para mucho más, en cada barranco, cada esquina, cada costa o cada montaña, nos están esperando verdaderos tesoros para descubrir y disfrutar.
Esta ha sido una de las motivación por la que, mientras se suceden las noticias sobre una ola de frio que se abate en Europa con resultados en algunos casos catastróficos, el pasado día 8 de febrero, una vez más, abandonamos nuestro cálido y tranquilo nido invernal del sur de la isla, junto con unos amigos, para hacer uno de nuestros habituales recorridos diarios de ida y vuelta por Tenerife en busca siempre de nuevas aventuras o sensaciones.
El día conforme nos íbamos moviendo, nos deparó todo tipo de sorpresas y espectáculos, la floración de los almendros, tajinastes y otras plantas y arbustos de la naturaleza isleña, las serpenteantes y espectaculares vías de comunicación que recorren la isla, la arquitectura de los núcleos urbanos de las poblaciones y municipios por los que transitamos, el contacto con las gentes de las localidades y su amigable conversación, la buena y rica gastronomía que amablemente nos ofrecen algunos de los tradicionales y bien acondicionados restaurantes, ubicados al pie del camino con precios y calidad incomparable, el impresionante paisaje volcánico, las abruptas costas y su pujante océano atlántico, la variedad de climas que soporta la isla, pasando de los 24º grados de nuestra partida mañanera en el sur de la isla, a los 2º bajo cero a 2.300 mt. de altitud del atardecer en las proximidades del Parque Nacional del Teide y su observatorio astrofísico de Izaña, rodeado todo ello por las características nubes de aspecto algodonado a nuestros pies, la rojiza puesta de sol por el horizonte, abriendo paso a una nítida y estrellada noche en Las Cañadas del Teide, en este caso de luna llena, como antesala y punto final del día, para regresar a las 21 horas después de un amplio recorrido por la isla a la bonanza de los 18º grados con los que nos recibe el clima de la noche sureña en los núcleos turísticos de Los Cristianos y Las Américas, punto final de nuestra ruta del día.
Entre muchas otras cosas que nos ofrecen las islas del archipiélago canario este es un motivo más que suficiente para acercarnos por aquí a disfrutar, así que si disponéis de la ocasión y podéis, el hacer una escapadita del frio invernal europeo a la isla de Tenerife es altamente recomendable.
Como en otras ocasiones y como a veces unas imágenes valen más que mil palabras, en el siguiente enlace podéis ver algunas de estas que en nuestros desplazamientos por la isla hemos ido recopilando.
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Pedro Ansorena.
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