Con nuestro regreso para disfrutar del invierno en la isla de Tenerife, el pasado dia 3 de diciembre, participé junto con otros senderistas, y al igual que en otras ocasiones, en la ruta de senderismo que organiza el Aula de Naturaleza del Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Arona.
En esta ocasión la ruta transcurrió desde la población de Ifonche (Arona), situada ésta en la parte alta del conocido Barranco del Infierno, dando un amplio rodeo a éste, por un terreno de pequeñas subidas y bajadas, para descender por un empinado sendero hasta la localidad de Adeje, final del recorrido.
Como de costumbre, a las 8 de la mañana nos reunimos los participantes en los accesos del Centro Cultural de Los Cristianos, algunos ya nos conocíamos de otras participaciones y otros no. Después del control de las hojas de inscripción por parte de los guías, nos trasladamos en autobús, hasta la localidad de Arona, donde realizamos la parada habitual para tomar un café, continuando ruta con el autobús hasta Ifonche, punto de partida de la ruta a pie.
El dia estaba radiante con un poco de viento sur, lo que motivaba que la temperatura a esas horas de la mañana fuese más alta de lo habitual para esta época del año.
Sobre las 9 de la mañana iniciamos la ruta que discurre por una pista y un paraje de formaciones de lava, principalmente con formaciones de basaltos y algunas cenizas fosilizadas, bosque de pino canario y abundante vegetación compuesta en su mayor parte de jaras, que nos recibían con el característico aroma.
Conforme trascurre la ruta, las vistas que se nos ofrecen sobre el Barranco del Infierno, el sur de la isla y los roques de Imoque y El Conde, son extraordinarias. Continuamos el sendero desviándonos hasta el fondo de un pequeño barranco con destacadas formaciones de basalto para ver una charca de agua rodeada de frondosos y esbeltos pinos, que progresan con fuerza gracias a la humedad que les proporciona el barranco, situación que contrasta notablemente con la falta de agua y la sequía que por la falta de lluvia se percibe este año en todo el sur de la isla.
No me canso de destacar siempre que hago alguna ruta por estos parajes en compañía de la gente canaria, la alegría y el buen ambiente que estos generan en el grupo con sus constantes notas de buen humor, situación que junto con el paisaje, hace las rutas muy amenas y que uno disfrute mucho de estas salidas senderistas.
Volviendo sobre nuestros pasos, continuamos ruta para tomar un sendero ascendente encaminando nuestros pasos en dirección oeste. La mayor parte de los senderos o caminos que comunican y discurren por la isla y que hoy los senderistas los usamos en nuestras rutas para trasladarnos de una parte para la otra, forman parte del antiguo y gran entramado de caminos utilizado por los antiguos pobladores de la isla, muchos años antes que se abriesen las vías de comunicación actuales mas próximas a la costa.
Circulando por estas sendas uno percibe el gran esfuerzo, que con los entonces medios que disponían, debió de suponer para los habitantes el excavar estos en plena roca volcánica, cruzando para comunicar unos con otros, impresionantes barrancos y empinadas laderas.
Destacar también, la formación de bancales y eras en inhóspitos e increíbles parajes para el aprovechamiento de los recursos y desarrollar cultivos, la mayor parte de ellos hoy abandonados, pero que aun se perfila muy bien en el territorio la ubicación de estos y que a buen seguro gracias a este esfuerzo las poblaciones lograron sobrevivir en tiempos de dificultad, trasmitiéndonos una imagen y una información en la que nos podemos imaginar la dificultad para la supervivencia que soportaron en la isla las gentes que nos han dejado este espectacular legado.
Con todas estas sensaciones y con la alegría del grupo, sobre las 12 de la mañana llegamos al paraje denominado "El Aserradero", lugar elegido por nuestros guías para descansar un rato a la sombra de unos pinos y reponer un poco de fuerza dando cuenta de algunas de las viandas que portábamos a nuestras espaldas.
En "El Aserradero", hay un par de construcciones abandonadas con tejado de cuatro aguas, fruto de la abundante arquitectura de origen portugués, que hoy podemos ver en las islas del Archipielago Canario. Estas construcciones, bastante deterioradas, están ubicadas en una zona de bancales agrícolas, hoy también abandonados, en una zona desde donde parten un trazado de canales excavados en la roca, que trasportaban el agua de una surgente próxima, a las zonas de cultivo mas costeras.
Según nos cuentan los guías, el nombre de la zona proviene, de unos antiguos aserraderos que se ubicaros allí hace ya algunos años.
Después del descanso continuamos ruta desde "El Aserradero" hasta "Boca del Paso". Percibiendo no solo como cambia la vegetación con predominio de jaras, gamonas, escobones, con algunas sabinas intercaladas que progresan tímidamente etc., tambien cambian las impresionantes vistas de las poblaciones turísticas de Adeje, Arona, la isla de La Gomera, La Palma, El Hierro etc. vistas desde lo alto, aunque el dia había cambiado y comenzaba a aparecer la calima.
Continuamos por la ruta al lado de los antiguos y largos canales excavados en la roca, para llegar a "Boca del Paso", desde donde iniciamos un prolongado y serpenteante descenso por un antiguo camino que se encuentra en bastante mal estado de conservación, donde durante el recorrido soportamos bastante calor, ya que por la posición del sol, a las dos de la tarde, nos daba este de lleno.
Al fin, al filo de las tres de la tarde llegamos al final de las ruta y las primeras casas de Adeje, donde al lado de la oficina de Correos, nos recogía el autobús para trasladarnos al punto de partida.
Paramos unos instantes en el mirador que hay junto al acceso al Barranco del Infierno, para contemplar el espectáculo que desde este se nos ofrece, aunque el barranco en este momento y por motivos de seguridad está prohibido el acceso.
Algunos compañeros, se ve que motivados, por la apetecible comida que sirven en el restaurante que está al lado del mirador, se habían adelantado y a nuestra llegada los encontramos, en amor y campaña, dando buena cuenta de algunas carnes asadas acompañadas de las incomparables papas canarias.
A las tres y media de la tarde, tomamos el autobús y dimos por finalizada la ruta.
Distancia de la ruta: unos 12 km
-Dificultad: media baja
-Duración: unas 6 horas a ritmo suave y con paradas.
Como siempre, en este dia nuevamente hemos disfrutado del senderismo en la naturaleza canaria y sobre todo de la agradable compañía.
Para ver otras imágenes Pulsar aquí
Muchas gracias a todos por hacernos vivir estos agradables momentos.
Pedro Ansorena.
Como de costumbre, a las 8 de la mañana nos reunimos los participantes en los accesos del Centro Cultural de Los Cristianos, algunos ya nos conocíamos de otras participaciones y otros no. Después del control de las hojas de inscripción por parte de los guías, nos trasladamos en autobús, hasta la localidad de Arona, donde realizamos la parada habitual para tomar un café, continuando ruta con el autobús hasta Ifonche, punto de partida de la ruta a pie.
El dia estaba radiante con un poco de viento sur, lo que motivaba que la temperatura a esas horas de la mañana fuese más alta de lo habitual para esta época del año.
Sobre las 9 de la mañana iniciamos la ruta que discurre por una pista y un paraje de formaciones de lava, principalmente con formaciones de basaltos y algunas cenizas fosilizadas, bosque de pino canario y abundante vegetación compuesta en su mayor parte de jaras, que nos recibían con el característico aroma.
Conforme trascurre la ruta, las vistas que se nos ofrecen sobre el Barranco del Infierno, el sur de la isla y los roques de Imoque y El Conde, son extraordinarias. Continuamos el sendero desviándonos hasta el fondo de un pequeño barranco con destacadas formaciones de basalto para ver una charca de agua rodeada de frondosos y esbeltos pinos, que progresan con fuerza gracias a la humedad que les proporciona el barranco, situación que contrasta notablemente con la falta de agua y la sequía que por la falta de lluvia se percibe este año en todo el sur de la isla.
No me canso de destacar siempre que hago alguna ruta por estos parajes en compañía de la gente canaria, la alegría y el buen ambiente que estos generan en el grupo con sus constantes notas de buen humor, situación que junto con el paisaje, hace las rutas muy amenas y que uno disfrute mucho de estas salidas senderistas.
Volviendo sobre nuestros pasos, continuamos ruta para tomar un sendero ascendente encaminando nuestros pasos en dirección oeste. La mayor parte de los senderos o caminos que comunican y discurren por la isla y que hoy los senderistas los usamos en nuestras rutas para trasladarnos de una parte para la otra, forman parte del antiguo y gran entramado de caminos utilizado por los antiguos pobladores de la isla, muchos años antes que se abriesen las vías de comunicación actuales mas próximas a la costa.
Circulando por estas sendas uno percibe el gran esfuerzo, que con los entonces medios que disponían, debió de suponer para los habitantes el excavar estos en plena roca volcánica, cruzando para comunicar unos con otros, impresionantes barrancos y empinadas laderas.
Destacar también, la formación de bancales y eras en inhóspitos e increíbles parajes para el aprovechamiento de los recursos y desarrollar cultivos, la mayor parte de ellos hoy abandonados, pero que aun se perfila muy bien en el territorio la ubicación de estos y que a buen seguro gracias a este esfuerzo las poblaciones lograron sobrevivir en tiempos de dificultad, trasmitiéndonos una imagen y una información en la que nos podemos imaginar la dificultad para la supervivencia que soportaron en la isla las gentes que nos han dejado este espectacular legado.
Con todas estas sensaciones y con la alegría del grupo, sobre las 12 de la mañana llegamos al paraje denominado "El Aserradero", lugar elegido por nuestros guías para descansar un rato a la sombra de unos pinos y reponer un poco de fuerza dando cuenta de algunas de las viandas que portábamos a nuestras espaldas.
En "El Aserradero", hay un par de construcciones abandonadas con tejado de cuatro aguas, fruto de la abundante arquitectura de origen portugués, que hoy podemos ver en las islas del Archipielago Canario. Estas construcciones, bastante deterioradas, están ubicadas en una zona de bancales agrícolas, hoy también abandonados, en una zona desde donde parten un trazado de canales excavados en la roca, que trasportaban el agua de una surgente próxima, a las zonas de cultivo mas costeras.
Según nos cuentan los guías, el nombre de la zona proviene, de unos antiguos aserraderos que se ubicaros allí hace ya algunos años.
Después del descanso continuamos ruta desde "El Aserradero" hasta "Boca del Paso". Percibiendo no solo como cambia la vegetación con predominio de jaras, gamonas, escobones, con algunas sabinas intercaladas que progresan tímidamente etc., tambien cambian las impresionantes vistas de las poblaciones turísticas de Adeje, Arona, la isla de La Gomera, La Palma, El Hierro etc. vistas desde lo alto, aunque el dia había cambiado y comenzaba a aparecer la calima.
Continuamos por la ruta al lado de los antiguos y largos canales excavados en la roca, para llegar a "Boca del Paso", desde donde iniciamos un prolongado y serpenteante descenso por un antiguo camino que se encuentra en bastante mal estado de conservación, donde durante el recorrido soportamos bastante calor, ya que por la posición del sol, a las dos de la tarde, nos daba este de lleno.
Al fin, al filo de las tres de la tarde llegamos al final de las ruta y las primeras casas de Adeje, donde al lado de la oficina de Correos, nos recogía el autobús para trasladarnos al punto de partida.
Paramos unos instantes en el mirador que hay junto al acceso al Barranco del Infierno, para contemplar el espectáculo que desde este se nos ofrece, aunque el barranco en este momento y por motivos de seguridad está prohibido el acceso.
Algunos compañeros, se ve que motivados, por la apetecible comida que sirven en el restaurante que está al lado del mirador, se habían adelantado y a nuestra llegada los encontramos, en amor y campaña, dando buena cuenta de algunas carnes asadas acompañadas de las incomparables papas canarias.
A las tres y media de la tarde, tomamos el autobús y dimos por finalizada la ruta.
Distancia de la ruta: unos 12 km
-Dificultad: media baja
-Duración: unas 6 horas a ritmo suave y con paradas.
Como siempre, en este dia nuevamente hemos disfrutado del senderismo en la naturaleza canaria y sobre todo de la agradable compañía.
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Muchas gracias a todos por hacernos vivir estos agradables momentos.
Pedro Ansorena.
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