lunes, 5 de diciembre de 2011

La Cámara de fotos y la afición a la fotografía.

Deseo comenzar esta entrada comentando que lo que aquí voy a escribir es una experiencia propia sin más pretensiones, ya que aunque a lo largo de los años he practicado la fotografía y leído algunas publicaciones sobre la materia, las cuales me han ayudado bastante a comprender un poco el complicado mundo de la imagen fotográfica. No me considero un experto y lo que aquí trato es solo de dar mi opinión, contrastable con otras que también se publican por los distintos medios, sobre algunos aspectos de la fotografía o las cámaras fotográficas, con el único ánimo de que mi experiencia en estas cosas os pueda ser de utilidad.

Una de las cosas que posiblemente más utilizamos los viajeros en general, entre ellos los autocaravanistas, es una cámara de fotos. Pocos autocaravanistas o viajeros conozco que no dispongan de un elemento tan práctico y útil como una cámara de fotos.

Con la caja mágica, entre otras muchas  cosas, captamos muchos de los momentos que se viven en un viaje, para después de éste y más tranquilamente volver a recordar o rememorar aquellos momentos, que quizás por la gran acumulación de imágenes que se nos ofrecen y presentan cada dia ante nuestra vista, especialmente después de un viaje y sobre todo  si este ha sido largo. Algunos de estos momentos desafortunadamente ya no los recordamos, porque resulta muy difícil para cualquier ser humano el poder sintetizar y recordar cada minuto o cada momento de nuestras vidas, sobre todo si ha trascurrido algún tiempo.

Con la ayuda de nuestra cámara de fotos y el ordenador, en la tranquilidad de nuestro hogar o en cualquier otra parte, la complicada tarea de recordar se vuelve sencilla, con estos elementos, por arte de magia volvemos de nuevo a vivir algunos de estos momentos, que si no fuese por la magia de la tecnología actual, que alberga una cámara de fotos o un ordenador y que hoy tenemos a nuestro alcance, a buen seguro algunos de estos momentos irremediablemente los perderíamos y serian borrados de nuestras memorias  para siempre, ya que por muchas veces que visitemos un lugar, por muchas veces que intentemos ver aquella imagen que un dia nos sorprendió, nunca será lo mismo, cada dia, cada momento, cada estado de ánimo, cada sensación, cada reflejo de la luz y cada lugar, siempre será diferente por muchas veces que este lo frecuentemos, incluso obteniendo otras fotos con una misma cámara, ya nada será igual.

Sin duda, todos esos momentos y esos detalles, nuestra inseparable y silenciosa compañera, la cámara de fotos, los sabe captar como nadie, ejerciendo como una segunda memoria, ofreciéndonos estos en cualquier momento siempre que estemos dispuestos a dedicarle un rato de nuestro preciado tiempo.

Nuestro amigo Pablo Higuera, gran aficionado a la fotografía, sobre todo a la de antaño en blanco y negro, el cual dispone de una más que notable colección de varios cientos de  cámaras antiguas de diversos modelos y técnicas, las cuales repara, cuida y mima con  esmerado cariño. En alguna ocasión lo he oído comentar que por el número de cámaras de fotos por habitante existentes en determinados países en algunas épocas de nuestro pasado histórico, se puede llegar a saber, no solo algunas de las inquietudes que existían en la época, sino también los medios o nivel de vida al alcance de los ciudadanos.

No hay duda que el amigo Pablo lleva bastante razón y su opinión tiene mucho sentido. A mi modo de ver, el gusto por la fotografía va mas allá de la simple obtención de unas imágenes para el recuerdo. Para hacer determinadas fotos hay que tener un cierto gusto y sensibilidad por la composición, la estética o el color, no todo el mundo es capaz de ver una imagen y mucho menos escoger el Angulo o la luz más adecuada para captar con una cámara el preciso momento que esta se nos presenta ante nosotros. Repito,  estoy convencido que determinadas fotografías que hacemos por ahí cuando nos viene una imagen a la mente, unos segundos más adelante ya no serian igual, una sonrisa, un gesto, una nube, una ráfaga de aire, un rayo de sol etc. unido a nuestro estado de sensibilidad o de ánimo para captar estas cosas, son detalles que hacen e inciden puntualmente de una manera determinante para que una fotografía adquiera una personalidad única que destaca sobre otras tomas que podamos hacer.

Podemos disponer de la mejor cámara del mercado o conocer toda la técnica fotográfica que queramos y sin duda, esta nos ayudará y será fundamental para la calidad de la imagen o para algunos efectos que le queramos dar a esta, pero la verdadera imagen fotográfica es una cuestión de gusto e imaginación, esta reside dentro de la persona y su capacidad para observar y  percibir lo que nos rodea disparando el objetivo hacia un lugar determinado que uno a veces no sabe bien porque, nuestra mente hace que nos fijemos en el.

Desde hace muchos años soy un gran aficionado a la fotografía y desde entonces he disfrutado mucho con esta, creo que mi afición me vino cuando aún era un niño de apenas diez años, al observar curiosamente como el párroco de mi pueblo, Santillana del Mar, Don Francisco Navarro, manejaba con destreza una de las pocas cámaras fotográficas que por aquel entonces había en la "Villa de Piedra". Don Francisco, no solo manejaba la cámara, también revelaba los carretes y manejaba el materias de laboratorio. Recuerdo como nos regalaba, a los curiosos niños, que fascinados por lo que hacía, nos acercábamos por los aledaños de su casa, algunos carretes ya usados que entusiasmados por aquel material, reutilizábamos en nuestros juegos.
 
En fin... aquí creo que comenzó mi afición por la fotografía. Mi primera cámara recuerdo que fue una sencilla y compacta cámara de la marca Werlisa con telemetro de la que aún conservo algunas fotos. Desde entonces a esta parte han trascurrido más de 50 años donde he sido testigo de cómo va evolucionando, al igual que otras técnicas, la fotográfica, he utilizado varias cámaras de todo tipo, desde las más avanzadas hasta las más sencillas y con todas he obtenido resultados buenos, malos y regulares.

Viví la incorporación de la cibernética a la fotografía y en uno de mis viajes por América a finales de los años 70 del pasado siglo, adquirí la entonces novedosa cámara Nikon F-3, con un objetivo Nikkor de 50mm f 1:1, una maravilla de objetivo que pagué tanto por él, como por la cámara, pero que por la nitidez y calidad de las imágenes que me ofrecía mereció la pena el desembolso económico.

Otra de las experiencias recientes que os quiero comentar es que por ejemplo, todas las fotos que incluyo en este blog y que están a vuestra disposición, están hechas con una sencilla cámara compacta mod, Fuji Finepix que me ha costado hace cuatro años en el mercado de Canarias 90€. Una cámara de reducido tamaño, cómodo formato y  sencillez de manejo, aunque eso sí, el objetivo que monta es un 28 - 80 mm de F 1:2.2 - 3.8.

La elegí porque después de haber tenido y utilizado algunas cámaras réflex e ir cargado por ahí con todo el equipo, me he vuelto más cómodo y para las necesidades del tipo de fotografía que a mí me gusta y hago y dentro de un precio moderado, queria probar un tipo de cámara compacta, entre otras cosas, para evitar como me ha ocurrido algunas vez " que cuando quieres poner a punto el arma, se te ha ido la liebre". La experiencia y el resultado ha sido satisfactorio y  lo podéis ver en algunas de las imágenes del blog.

Por el lógico desgaste de una cámara de este tipo, después de haber sacado miles de fotos, ahora toca su renovación y por la experiencia vivida con mi cámara compacta Fuji, estoy en plena faena de ver lo que se nos ofrece por el mercado fotográfico de Canarias, que es donde ahora me encuentro, en materia de las últimas innovaciones e incorporaciones de cámaras compactas.

Así que como no quiero alargar esto, en otras entradas os contaré otros aspectos técnicos y prácticos de lo que ya voy viendo por ahí para sustituir y dar relevo  a mi querida cámara y pueda satisfacer mis necesidades de fotografía. Os adelanto que se han incorporado al mercado  verdaderas maravillas que por la técnica y la óptica que incorporan, para determinadas tomas no tienen nada que envidiar a algunas de las  cámaras réflex y sí aventajan a estas en comodidad de trasporte y manejo, con unas prestaciones de calidad de imagen sorprendentes.

Pedro Ansorena.

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