domingo, 18 de septiembre de 2011

El respeto al espacio natural o urbano y a los ciudadanos, una máxima para cualquier persona.

De vez en cuando nos quejamos de noticias que aparecen por ahí,  donde se comenta  que tal o cual administración se muestra hostil o falta de sensibilidad contra la práctica del autocaravanismo, una actividad de ocio, que catalogamos como de respeto y no secundaria del turismo, pero que ante algunas prácticas a veces surgen muchas dudas, sobre todo para aquellos que nos ven y todavía no nos conocen.
Estas noticias motivan una lluvia de lamentaciones o razonamientos y, como no decirlo, también de algunos excesos o insultos por nuestra parte en algunos diarios y muy especialmente en los espacios que los  autocaravanistas frecuentamos en internet, contra quienes promueven o ejecutan acciones, que nosotros consideramos agresivas o contrarias a la práctica del autocaravanismo. Ni que decir tiene que algunas de estas quejas están sobradamente justificadas y otras, desde mi punto de vista no tanto, ya que somos todos, nosotros también,  los que debemos mostrar respeto y no solo quienes nos administran o con los que tenemos que convivir.

Si los autocaravanistas ante algunos abusos que se cometen con nosotros nos cabreamos, no nos vendría mal hacer una reflexión o examen de conciencia y darnos cuenta que también otros ciudadanos o administradores ante la imagen que algunos autocaravanistas dan por ahí,  también se cabreen  y en algunos lugares donde hasta ahora hemos sido bien recibidos o tratados, motivados por ciertas prácticas, comiencen a poner frenos o barreras contra nosotros o nuestros excesos.

Ya sé que esto no es justo y que se debe de castigar al infractor y no a quien se comporta bien, pero también tenemos que darnos cuenta que ni siquiera nosotros nos ponemos de acuerdo en cual es el uso que se le debe de dar a una autocaravana y algunos todavía consideran o ven normal que sacar un toldo en un aparcamiento, una mesa y unas sillas, cuando no hacer un corralito tipo western americano con nuestras autocaravanas habilitando un espacio urbano en comedor o sala de estar, es una situación normal la cual no le debe de molestar a nadie ¿ si algunos de nosotros actuamos así, como podemos pretender que precisamente sean quienes nunca han utilizado una autocaravana, ni mucho menos saben para que sirven estas, actúen razonablemente?. Soy de la opinión de que quien quiera hacer comidas en la calle, el espacio urbano o los lugares naturales, además de estar prohibido, no son los más adecuados y para ello están los camping o las áreas de recreo, pero por los visto parece ser que esto  algunos no lo tienen en cuenta o les da igual.

Cualquiera que viaje por ciudades, pueblos o espacios naturales, se dará cuenta y será testigo que no todos los autocaravanistas actúan de igual manera, al igual que algunos ciudadanos que nos encontramos por ahí, utilizan su autocaravana o su medio con respeto, pero otros se pasan "unos cuantos pueblos" en el uso, abuso o exceso de estos.

Asisto con preocupación al espectáculo que nos ofrecen algunos de los autocaravanistas más efusivos de los foros de internet, cuando sin ningún reparo nos muestran los enlaces de internet donde cuelgan las fotos de las salidas que hacen por ahí en compañía de otros y lo bien que se lo pasan por ahi campando a sus anchas, donde nos ofrecen toda una muestra grafica de sus comportamientos y donde los corralitos, el despliegue de toldos y el montaje de sus particulares comedores, por ahí en cualquier parte o espacio, es la nota predominante de esas convivencias y para más inri, quizás orgullosos de ello, no se cortan un pelo al mostrarlo.

Para poner algunos ejemplos, el pasado mes de agosto en el área de Liérganes (Cantabria), un espacio de aparcamiento gratuito, general para todo tipo de vehículos, donde las autocaravanas durante más de siete años han podido aparcar y pernoctar sin ningún problema, situado en la misma población y donde, al igual que para el resto de vehiculos, no hay ningún espacio reservado para las autocaravanas en exclusiva, lo que se ha hecho y puesto a nuestra disposición es instalar un grifo y una rejilla para llenar agua y depositar nuestros residuos y donde hasta el otro dia que lo han arrancado (quizás porque a algunos les estorbaba) existía un cartel con las normas de uso del espacio escritas. Unos "compañeros autocaravanistas", media docena de familias,  no se les ocurre otra cosa mejor que al mediodía y hasta bien pasada la tarde, en el único aparcamiento que existe en Liérganes, hacer el corralito y sacar toldos, mesas y sillas y en amor y campaña y ante la vista de los vecinos y usuarios del aparcamiento, hacer una comida común al aire libre. ¿A alguien le puede extrañar que como estas prácticas continúen, ante tal espectáculo y ante la queja de algunos de sus vecinos, en el futuro el ayuntamiento tome la decisión de pensarse muy mucho el continuar ofreciéndonos ese espacio?.

Eso pasa en un aparcamiento común con otros vehículos, porque la experiencia que tengo de lo que pasa en algunos espacios de España y de Europa, reservados exclusivamente para autocaravanas, es vergonzoso y preocupante. A esa gente si se les acerca por allí la policía local y aparte de hacerles desmontar todo el tinglado les pone una buena sanción como se merecen, saldrían por algún espacio de internet con frases tan pronunciadas como estas "LIÉRGANES MUNICIPIO HOSTIL PARA LAS AUTOCARAVANAS".

Otro espectáculo al que hemos asistido el otro dia, en una conocida área de autocaravanas de una ciudad castellana, en la que en las proximidades del área se estaba celebrando un evento puntual y en el que una familia con su automóvil después de dar varias vueltas por allí sin éxito tratando de aparcar su coche (según su versión), se dirigen éstos a un policía urbano para ver si les orientaba donde podían aparcar  durante el tiempo que durase el evento, con seguridad de no recibir una sanción. Parece ser que ante la situación de falta de espacio y al ser conocedores la policía urbana que en el área de autocaravanas existía bastante espacio libre, indicó a estos que, puntualmente, podían dejar allí el vehículo sin problema.

La situación derivó en que la familia se dirigió allí con su vehículo y cuando estaba aparcando éste, salió de su autocaravana un vociferante energúmeno (no acierto a llamarle otra cosa mejor) que estaba aparcado allí, cargado de razones, obligando a la familia a marcharse, indicándoles sin escucharles, que aquel espacio era para las autocaravanas y que no podían aparcar, que se largasen. El dueño del coche muy respetuoso trababa de indicar, sin conseguirlo, que ante la falta de espacio les habían enviado allí los agentes municipales, pero que no se preocupase, que cuando terminase la actuación se marchaba.

No hubo nada que hacer, ante la agresividad del energúmeno y antes de que las cosas llegasen a mayores, optó por poner su vehículo en marcha y abandonar. ¿Ante esta actitud a alguien le puede extrañar que desde ese momento en adelante y después de la desagradable experiencia vivida, esta familia cada vez que vea una autocaravana la mire con cierto recelo?.

Estamos de acuerdo que un espacio reservado y señalizado para un determinado tipo de vehículos, debe de ser respetado, pero también debemos de conocer o darnos cuenta, que hay casos y casos, y que las decisiones o instrucciones de un agente municipal y siempre que estas estén justificadas, prevalecen por encima de cualquier señal y como dice el eslogan de la DGT. "si nos respetamos hay espacio para todos". De todas formas no ganamos nada con actitudes como la del "compañero" al expulsar de allí con malos modos a una familia con su vehículo, sin escuchar sus motivos y ni siquiera restarle espacio o ser molestado por ellos.

Creo que con esas actitudes lo único que estamos demostrando es que el autocaravanismo en nuestro país y aunque en algunos aspectos está avanzando, aun le queda mucho camino por recorrer para lograr que este se implemente en la sociedad y de verdad sea respetado y reconocido como una actividad de ocio que es capaz de convivir con los distintos intereses de esta, pero este reconocimiento no solo depende de la administración o ciudadanía, también nosotros y sobre todo nuestros comportamientos, estamos implicados y tenemos que demostrar que en realidad lo merecemos.


Pedro Ansorena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario