EL TURISMO EN AUTOCARAVANA.

Se trata de un turismo al aire libre, compatible con el medio ambiente más acorde con el origen de este; una modalidad de desplazamiento y tiempo libre sostenida por la tecnología de vanguardia que incorporan estos vehículos, una tecnología que los hace ser respetuosos con el medio, retornando al viaje como momento central de las vacaciones o del tiempo libre.


Con la movilidad de la autocaravana el turismo vuelve a apropiarse del significado dinámico, los lugares no se convierten en contenedores de turistas, recuperando los verdaderos valores medioambientales y culturales con una comunicación directa y acorde, sin intermediarios que limiten la libertad de movimiento o de horarios, llegando a la plenitud del termino aire libre, que bien poco tiene que ver con otras instalaciones llenas de roulottes, medios fijos y de estructuras al límite del abuso idealizado. 

No es que todo esto se haya consumido en el silencio y el anonimato, más bien todo lo contrario. Ciertos comentaristas hace años que se dejan "la garganta" en sus tribunas editoriales para el retorno a nuestras vidas de ciertos ideales. Los eslogan, que comunican, son útiles para sintetizar la posición en la alternativa de ¿que queremos? habitar viajando o habitar cimentando modificando el territorio.

Cada vez es más necesario encontrarnos con las exigencias que requiere  transferir recursos turísticos sobre el territorio sin comprometer la integridad medioambiental de este con estructuras y obras costosas de incierto futuro. Como ejemplo en una España del inicio de la década del 2000, ponemos el caso de las poblaciones de Liérganes y Bermeo, entre otras en nuestro pais, que están dando los primeros pasos en el mercado turístico de Cantabria y Vizcaya, acorde con la demanda de nuestros vecinos europeos mas vanguardistas en esto, con la creación de las primeras áreas de servicio y descanso para este tipo de turismo. Diversificando con ello su propuesta turística, promoviendo y apoyando con firmeza este tipo de iniciativas. 

No se necesita de grandes inversiones, basta con una superficie lo más discreta y tranquila posible para estacionar unos vehículos por un periodo limitado a 48 horas, en una ubicación lo más próximo posible a los lugares de interés o visita, o en su caso conectados con el trasporte público, con unas normas de uso y una correcta señalización, con la dotación de un grifo y una reja que comunique con el alcantarillado, para atraer un tipo de turismo que aporta múltiplex beneficios de todo tipo en los lugares que visita. 

Una de las falacias que utilizan contra esta actividad algunos detractores de escasa vision, reside en que como llevamos cama, cocina y alimentos que compramos en los supermercados, cuando viajamos por ahí no realizamos gasto o no dejamos ningún beneficio, por ejemplo en el sector de la hosteleria ( como si las familias que viajamos en autocaravana solo nos dedicaremos a comer y beber). Por esa misma razón, los ciudadanos locales que poseen una vivienda, como en estas tienen de todo o también compran en los supermercados, no necesitan realizar ningún gasto en la citada hostelería. Pues NO, en este mundo si nos organizamos y nos respetamos en las obligaciones y derechos que nos asisten a cada uno de nosotros, tenemos cabida todos y podemos vivir en armonía de gustos o de intereses. El gasto siempre es una consecuencia, no una obligación de la que tengamos que dar cuenta.
                                        

¿Que queremos, turismo de destinación o turismo de motivación?. El primero se concentra, el segundo se descentra. El primero urbaniza, el segundo se integra en el territorio tal como es, abriendo el gran abanico de posibilidades que tiene en el descubrimiento de lugares, tanto culturales como materiales, pasando del disfrute de los espacios naturales, al arte, a la gastronomía, de las manifestaciones, a la artesanía o de esta al disfrute ordenado del mismo. Si el turismo residencial entra en el territorio, lo diseña a su uso y abuso modificando éste, en cambio el turismo de movimiento lo disfruta y lo deja integro, volviéndose solidario y respetuoso con él. Es un turismo sostenible,  una modalidad y estilo de vida que lleva desarrollo a las zonas que frecuenta y no altera el equilibrio del lugar. Ante esas premisas, sin ninguna duda, es la autocaravana el mejor instrumento para poner en práctica esos valores. Es un turismo adaptado a todas las personas y lugares aunque estos no sean autosuficientes, porque en la extraordinaria flexibilidad de la autocaravana se pude encontrar un aliado perfecto por su autonomía y movilidad.
                                           

Por lo anteriormente expuesto, la autocaravana puede acercarse a la perfección  turística, ofreciendo una solución y alternativa a algunos de los problemas que padecemos. 

Todo lo contrario a las medidas desmesuradas y de dudosa legalidad o justificacion, que algunos Ayuntamientos  ponen en práctica contra estos turistas, sin ninguna duda, por algunos prejuicios derivados del desconocimiento de la situación real. También por la presión de algunos ciudadanos, o de intereses particulares y egoístas, que, quizás son los que motivan a algunos de nuestros administradores públicos para actuar de esa manera, dando con ello rienda suelta a algunas crónicas que vuelan sobre los autocaravanistas considerándolos como una horda de bárbaros que arrasa por donde pasa, craso error.

Pedro Ansorena.