El crecimiento del autocaravanismo trae consigo la necesidad de ampliar los servicios que acompañan a esta forma de viajar. En ello tienen cabida tanto las iniciativas públicas como las privadas, siempre que se planteen como una opción y nunca como una obligación.
En los últimos tiempos han proliferado áreas con acceso automatizado mediante barrera, reserva previa y pago online. Una modalidad que, en mi opinión, supone una limitación ya que muchos de nosotros cuando estamos viajando, en función del viaje y lo que en este te encuentres en el camino, la mayoría de las veces no sabemos en dónde vamos a pasar la noche o donde vamos hacer los servicios. Por lo tanto, de alguna manera, este modelo nos devuelve al pasado. Quienes elegimos la autocaravana lo hicimos en gran parte para dejar atrás la rigidez de los recintos cerrados de camping, buscando una mayor libertad de movilidad.
✅El riesgo de convertir la opción en imposición
Algunos ayuntamientos, en su afán por externalizar servicios, están confiando la gestión de las áreas a empresas privadas. El problema surge cuando estas instalaciones se imponen como la única alternativa, acompañadas de la prohibición de aparcar autocaravanas en el resto del espacio urbano.
De este modo, lo que debería ser un servicio complementario y voluntario, se transforma en una obligación encubierta, que resta libertad al viajero y condiciona la esencia misma del autocaravanismo.
✅El sentido original del viaje en autocaravana
Para la mayoría de nosotros, viajar en autocaravana es practicar un turismo al aire libre, respetuoso con el medio ambiente y acorde con el origen de esta forma de viajar. Son vehículos equipados con tecnología de vanguardia que permiten una mejor gestión y ahorro de la energía, el agua y los residuos, una experiencia sostenible, donde el viaje en sí recupera protagonismo frente a la mera estancia en un lugar.
La movilidad convierte el turismo en algo dinámico: los destinos no son simples contenedores de turistas, sino escenarios vivos que se disfrutan viajando de un lugar a otro, en contacto directo con su entorno cultural y natural. Esa libertad de movimiento se ve comprometida cuando entran en juego reservas online obligatorias, horarios rígidos o áreas cerradas que recuerdan más al camping tradicional.
✅Un negocio en expansión
Resulta llamativo que incluso dentro del propio sector —autocaravanistas, fabricantes o distribuidores— haya quienes ven con buenos ojos estas iniciativas empresariales de áreas automatizadas, motivados solo por el lucro o por tratar de hacer negocio con los autocaravanistas. Sin duda, aún así la instalación de estos espacios puede ser útil, pero siempre desde la perspectiva de la libre elección del viajero.
✅Conclusión: opción sí, obligación nunca
Las áreas automatizadas con reserva previa pueden ser válidas para quienes quieran utilizarlas. El problema aparece cuando se convierten en la única posibilidad.
Si queremos garantizar un futuro mejor para el autocaravanismo, debemos reclamar:
Puntos ecológicos de carga y descarga, públicos o privados, gratuitos o de pago según proceda.
Derecho a aparcar nuestras autocaravanas en los destinos, en igualdad de condiciones con el resto de vehículos.
Áreas públicas o privadas concebidas como una opción complementaria, nunca como una imposición.
La esencia de la autocaravana es la libertad de movimiento, y esa libertad debe seguir siendo el eje central de nuestra forma de viajar.
✍️ Pedro Ansorena Antón.
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