miércoles, 3 de septiembre de 2025

✅ Autocaravanas: entre la hospitalidad y el rechazo.

El turismo itinerante crece, pero también las quejas y restricciones. ¿Qué hay detrás del rechazo a las autocaravanas? Experiencia, argumentos y propuestas para tratar de entenderlo mejor.



  Reflexión sobre el rechazo de una parte de la sociedad y de algunos administradores públicos a la presencia de autocaravanas

Como viajero en autocaravana junto con mi mujer durante 25 años, recorriendo más de 400.000 km por Europa y fuera de ella, me hago hoy una reflexión. Durante todo ese tiempo, el trato y la acogida que hemos recibido por parte de ciudadanos y administradores públicos de los diversos países recorridos, con alguna excepción, ha sido en general positivo.

Sin embargo debo matizar que el 95% de nuestros viajes los hemos hecho solos. Y esto, a la hora de aparcar o pasar la noche con una autocaravana en un espacio público, marca la diferencia: una autocaravana en solitario pasa más inadvertida que varias juntas, aunque desde luego no se trata de esconder nada. Nuestros derechos de aparcar un vehículo —incluso de pernoctar en él— son los que son, y también lo son nuestras obligaciones y las de los demás con respecto a nosotros.

Con esta premisa, a lo largo de los años sí hemos notado en ocasiones cierta desconfianza o extrañeza de algunos ciudadanos que (no solo en nuestro país, también en algunos otros por los que hemos viajado) al ver una autocaravana aparcada o pernoctando cerca de sus casas, ante lo desconocido de nuestra presencia parecen poner "frenos y barreras" y sienten invadido lo que consideran “su territorio”, aunque se trate de un espacio público. Sin embargo, quizá por nuestra forma de viajar y nuestro comportamiento basado en el respeto a las cosas y las personas, nunca hemos sido expulsados ni sancionados en ninguno de los lugares visitados.

La situación cambia cuando viajan conforme a su derecho, varias autocaravanas juntas. Nosotros también en algunas ocasiones hemos viajado en grupo, y por ello tenemos una opinión: la presencia de varias autocaravanas impacta más y suele generar recelos en quienes desconocen nuestros derechos y nuestra manera de viajar y de entender la vida.

Por otra parte, en conversaciones con personas de nuestro entorno ajenas a la autocaravana, también surge con frecuencia la pregunta: ¿con una autocaravana podéis aparcar en cualquier sitio?, ¿no está prohibido?, ¿por la noche vais siempre a un camping? Estas dudas reflejan el desconocimiento que todavía existe en buena parte de la sociedad sobre la realidad de esta forma de viajar.

La sociedad “contra” las autocaravanas

Este concepto describe la aversión o rechazo que algunos sectores sociales manifiestan hacia este tipo de turismo. Las razones son diversas:

 El Impacto ambiental: la crítica al vertido de aguas, la generación de basura o los daños a entornos naturales por masificación es recurrente. Conviene recordar, sin embargo, que las autocaravanas a diferencia de los otros vehículos que habitualmente están en el entorno, están equipadas con váter, ducha, lavabo, fregadero y depósitos para la recogida de líquidos, y quizá sean los únicos vehículos que incorporan de serie hasta un cubo de basura.

 Ocupación de espacios: algunos vecinos o comerciantes se quejan de que ocupamos plazas de aparcamiento público que consideran “suyas” y que dificultamos la circulación, olvidando que las autocaravanas son vehículos como los demás, con los mismos derechos y obligaciones, y que sus ocupantes son también potenciales clientes de sus negocios.

Falta de ingresos: persiste la creencia de que los autocaravanistas no gastan en la localidad porque no usan hoteles o restaurantes y porque “lo llevan todo dentro”. Pero conviene aclarar también que ningún turista o ciudadano está obligado a gastar de una forma determinada: el gasto es siempre una consecuencia y no una obligación, cada viajero lo hace en función de sus necesidades. Y los autocaravanistas también en función de las nuestras gastamos, en gasolineras, supermercados, lavanderías, talleres, bares o en disfrutar de un helado, etc.

Problemas de convivencia: se habla de ruido o de actitudes incívicas. Ante ello aclarar que nosotros también nos regimos por nuestro código de conducta, de todas formas, las administraciones y sus agentes responsables de velar por el comportamiento y la seguridad, disponen ya de herramientas legales para sancionar y reprimir comportamientos inadecuados, como es su obligación. No es responsabilidad de los ciudadanos convertirse en policías de otros.

Este rechazo, trasladado en forma de quejas a las autoridades, aparte de algunas presiones por parte de intereses como los de algunos empresarios de campings, que también reciben éstos, a menudo deriva en restricciones de estacionamiento y pernocta en muchos municipios, injustas y arbitrarias.

La postura de los autocaravanistas

Falta de regulación y persecución: denunciamos prohibiciones arbitrarias y la ausencia de áreas específicas o puntos ecológicos de vaciado y llenado conforme a las obligaciones y el compromiso de las administraciones con el medio ambiente, que faciliten un turismo responsable y ordenado.

Contribución económica: recordamos que nuestro gasto, en gastronomía o servicios, aunque diferente al de otros turistas, es un gasto a tener en cuenta puesto que también contribuye a impulsar la economía local.

Turismo diverso y accesible: el perfil del autocaravanista —hablando siempre de personas que viajan en  vehículos homologados  como vivienda— es amplio y diverso, muy lejos del estereotipo al que por desconocimiento o intereses, algunos nos intentan meter a todos, del “hippie de furgoneta” o del coche con colchón sin homologar. El autocaravanismo regulado no tiene nada que ver con esos otros usos y comportamientos.

Propuestas de solución: pedimos que, allí donde viajemos, como ciudadanos europeos que somos, encontremos una situación unificada y acorde con las necesidades de la actividad: áreas ecológicas de servicio, estacionamiento regulado y una normativa clara y homogénea que permita un desarrollo normalizado del turismo itinerante.

  Una realidad sin resolver

Pese a que el Poder Legislativo ha hecho su labor en el Congreso y el Senado de nuestro país, debatiendo y aprobando hasta cuatro iniciativas parlamentarias sobre autocaravanismo. Pese a que la DGT, como organismo responsable máximo del RGC, reglamento dependiente de la ley de Seguridad Vial, después de estudiar las leyes que afectan a las autocaravanas, ha emitido la instrucción de tráfico PROT 2023/14. 👉 Ver documento. En la que aclara los derechos y las obligaciones que a una autocaravana le asisten como vehículo que es y por lo que se rige. A pesar de las recomendaciones plasmadas en la Ordenanza de movilidad tipo, elaborada y recomendada por la FAMP.👉Ver documento.

La realidad es que el poder ejecutivo —y sobre todo los ayuntamientos— aún no han cumplido el mandato de las Cortes Generales o del poder legislativo, desarrollando una regulación clara y homogénea. La falta de criterios comunes en las ordenanzas municipales considero que es una desobediencia democratica a lo aprobado por el  rango superior, motivando una de las situaciones  que alimentan el conflicto.

La disparidad de criterios en el ámbito municipal, motiva que mientras algunos municipios han apostado por crear infraestructuras y regular positivamente, otros, sin buscar alternativas, se han limitado a prohibir. Esta disparidad genera tensiones y dificulta la convivencia.

La clave está en buscar un equilibrio: reconocer el derecho a la movilidad y al estacionamiento de las autocaravanas, y al mismo tiempo garantizar el respeto al entorno y a los vecinos.

📌 Conclusión: 

El rechazo social hacia las autocaravanas no es un fenómeno generalizado, pero desde la pandemia y el aumento de la presencia de estos vehículos, sí es creciente en algunos lugares. Solo con información, normas claras y un comportamiento respetuoso por parte de todos podremos avanzar hacia una convivencia normalizada.

 ✍️ Pedro Ansorena Antón.