domingo, 9 de junio de 2013

"El vendedor de motos".

"Ahí están vendedor y comprador. Mueca de triunfador, sonrisa de encantado de la vida. “Pruebe, pruebe sin compromiso”, parece decir Mas a Rajoy, convencido del negocio

He aquí un señor que vende un coche y otro que se lo compra. El que se lo vende ha salido esta mañana de casa perfectamente disfrazado de vendedor de coches, incluso de vendedor de motos. Observen el corte de pelo, el corte de traje, la combinación de colores, convencional hasta la náusea, de la camisa, la corbata y la chaqueta. Podría confundírsele con un jefe de departamento, con un jefe de negociado, con un agente de la propiedad inmobiliaria.

 Mientras se afeitaba se ha dicho a sí mismo: hoy vendes el coche, tío, hoy sacas ese automóvil de segunda mano que se pudre desde hace meses en el escaparate. El hombre ha escupido sobre la punta de los zapatos y les ha pasado el cepillo. Luego ha compuesto la sonrisa típica de agente comercial positivo, de individuo lector de Paulo Coelho, y se ha ido a la tienda repitiéndose por el camino que puede, que es capaz, porque, como asegura el escritor brasileño, cuando tienes un deseo, el universo entero conspira para que se cumpla.

No llevaba ni una hora en el concesionario cuando ha entrado un tipo con cara de ingenuo. Ahí lo ves, dentro del coche, encantado de la vida, convencido de que está a punto de llevarse a casa una ganga. El vendedor le ha dicho que puede probarlo sin compromiso, porque sabe que tiene al pájaro en la jaula.

–Dese una vuelta por ahí si quiere. Quédeselo hasta mañana, que lo vean su mujer y sus hijos, no hay prisa, amigo.

De ahí ese gesto de triunfador con el que se apoya en el automóvil. Por días como este, se dice el vendedor de motos, vale la pena levantarse de la cama".

JUAN JOSÉ MILLÁS.

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