El dia 19 de enero, de nuevo, participé junto con una treintena de compañeros en una nueva ruta de senderismo por la isla de Tenerife. En esta ocasión por primera vez hacia una ruta con el grupo senderista tinerfeño Caminantes de Aguere.
Sobre las 10 de la mañana, conforme habíamos quedado por teléfono, estos me recogieron con el autobús en la parada junto a la autovía en el empalme de esta con la población de Guaza, donde Juan Carlos, el responsable de la ruta, me recibió entregándome un folleto explicativo sobre la ruta a realizar.
Durante el trayecto hasta Tamaimo, Juan Carlos, por la megafonía del autobús, nos estuvo explicando algunas de las particularidades y atractivos que presentaba la ruta.
Tras la llegada a Tamaimo, al filo de las 11 de la mañana, iniciamos la ruta en el casco urbano de la población donde nos dejó el autobús. Apenas superadas las casas del pueblo y después de cruzar el barranco de Santiago tomamos un empinado sendero de aproximadamente 1 Km en dirección oeste, sendero por el que se accede a las proximidades de la denominada "Cruz de Los Misioneros", ubicada en lo alto del barranco de Santiago y Las Laderas de Ñifa.
La acusada pendiente del sendero, aunque no muy largo, quizás por afrontarlo al inicio y apenas sin calentar, se hizo notar en nuestras piernas más de la cuenta, aunque una vez en lo alto con las espléndidas vistas que nos obsequió el paisaje, mereció la pena el esfuerzo, hacia el oeste el perfil y la profundidad de los barrancos de "Los Gigantes" y sus crestas con el mar Atlántico al fondo y hacia el este la magnífica vista del Teide, el Pico Viejo, las laderas que descienden desde este hasta el barranco de Santiago y las distintas poblaciones que se divisan desde lo alto.
La mañana se presentaba con un viento del norte algo frio, lo que nos obligó a ponernos la ropa de abrigo, que portábamos en nuestras mochilas. Tras superar la pendiente y llegar al alto nos reagrupamos todos, demorando la marcha un buen rato para atender a una compañera que había sufrido bastante en la subida y fruto del esfuerzo tubo una desafortunada caída sin consecuencias, aunque si estaba un tanto asustada y nerviosa. Hay que tener siempre presente que el desarrollo de actividades físicas en la naturaleza, no todos los participantes están físicamente preparados o disponen de las mismas condiciones físicas que otros para afrontar ciertas rutas, que requieren determinados esfuerzos físicos o mentales en la práctica de estas, por ello, a mi modo de ver, ante cualquier contratiempo que le suceda durante una marcha a un compañero, para evitar más problemas, el resto de participantes debemos de colaborar con los responsables de las marchas aunque solo sea teniendo comprensión, paciencia o dando ánimo a estos, ya que entre otras cosas la seguridad de todos reside precisamente en la integración y unión del grupo y la buena armonía de este.
Al final con la profesionalidad y buen hacer de los responsables de la ruta y la colaboración del grupo, ayudando a la compañera a descender hacia la parte baja, la situación se resolvió satisfactoriamente para todos. Después del contratiempo continuamos caminando por la cresta de los barrancos y acantilados para tomar un descenso prolongado por un sendero, no en muy buenas condiciones de piso y con bastante pendiente, pero asequible para nuestras esforzadas piernas.
Durante el descenso realizamos una parada, para ayudar a que la compañera afectada, que caminaba con dificultad fuese lo más próxima al grupo, donde también aprovechamos para reponer nuestras fuerzas dando cuenta de las viandas que portábamos en las mochilas, momento que por mi experiencia de senderista considero muy importante para la convivencia y relación entre los participantes, que como en mi caso no conocía a nadie del grupo y tras ese momento y después de algunos comentarios o risas entre nosotros parecía que ya nos conocíamos de tiempo.
Después del descanso continuamos descendiendo hasta la parte baja disfrutando de las vistas y del verdor que nos ofrecía la vegetación circundante, cardones, tabaibas, bejeques, escobones, vinagreras etc. hacían la delicia de nuestra vista, donde en algunas de estas plantas comenzaba a percibirse el despertar de la floración primaveral, una maravilla.
Disfrutando del paisaje y la buena armonía del grupo llegamos a la parte baja de la ruta donde abordamos la última parte de ésta, entre cultivos de plataneras, mangos etc. llegando finalmente alrededor de las 5 de la tarde al espléndido mirador de "Los Gigantes" situado al lado de la carretera en la parte alta de Puerto de Santiago, final de la ruta, donde disfrutamos de la belleza de los acantilados desde la terraza de la cafetería tomando una cerveza.
Par finalizar la jornada y durante el regreso en autobús, se realizó por parte de la organización un sorteo de 3 camisetas con el logo de Caminantes de Aguere y una inscripción gratuita para la próxima ruta.
Como siempre he disfrutado de una espléndida jornada de senderismo en la isla de Tenerife, esta vez en compañía de un grupo de senderistas que no conocía, pero que en todo momento he sido bien acogido y me he sentido a gusto con ellos. Gracias amigos, nos vemos en otra ruta.
Pedro Ansorena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario