Cualquiera que observe el panorama del autocaravanismo español, sean estos autocaravanistas o no, se dará cuenta que existe una confusión sobre lo que realmente significa esta actividad. Unos a la autocaravana (término definido en el diario de sesiones de Las Cortes Generales de nuestro país y también en la ley de tráfico) le llaman caravana y a su actividad campismo o campistas, otros lo llaman viajar habitando o turismo itinerante, otros parece que rizando el rizo, a la oficialmente denominada como autocaravana o actividad autocaravanista, la llaman albergue móvil y a su actividad alojamiento turístico.
No hay duda que esta confusión de nombres o definiciones sobre un vehículo y su actividad que ya está sobradamente definida, algunas personas, no sé por qué extraña manía o razón, se empeñan en asignarle las más descabelladas definiciones. Esta extraña situación, parece que, entre otras cosas, esté creando una confusión generalizada en la sociedad, los políticos y también entre nosotros mismos los autocaravanistas, que estoy seguro algunos desafortunadamente parece que aun no son capaces de valorar las consecuencias que tanto nombre nos acarrea.
No hay duda que esta confusión de nombres o definiciones sobre un vehículo y su actividad que ya está sobradamente definida, algunas personas, no sé por qué extraña manía o razón, se empeñan en asignarle las más descabelladas definiciones. Esta extraña situación, parece que, entre otras cosas, esté creando una confusión generalizada en la sociedad, los políticos y también entre nosotros mismos los autocaravanistas, que estoy seguro algunos desafortunadamente parece que aun no son capaces de valorar las consecuencias que tanto nombre nos acarrea.
Ante esta confusa situación no es de extrañar que unos nos envíen al camping directamente y otros nos ubican entre las más curiosas o variopintas actividades, entre las que destacan, los del circo, los del mercadillo, los gitanos o los mas descabellados, que al no conocer quiénes somos y a que nos dedicamos, nos cuelgan el san Benito de gente de poco fiar de la que hay que tener cuidado y mantener a raya o distancia, prohibiendo nuestra estancia o aparcamiento en algunas ciudades y pueblos.
En fin, que aunque esto parezca curioso y rocambolesco, algunos por alguna experiencia vivida sabemos que no lo es tanto y somos conscientes que ante la ignorancia de definición en la que se mueve la autocaravana y el autocaravanismo, que a juzgar por los hechos parece que es bastante más generalizada de lo que pensamos, quizás seamos nosotros mismos quienes con nuestros extraños comportamientos y multiples definiciones, estamos colaborando a esa más que preocupante desinformación que la sociedad tiene de quiénes somos y realmente a que nos dedicamos.
Nunca he entendido porque algunos se empeñan en no llamar a las cosas por su nombre o se les ocurren esas cosas, cuando la realidad es que por encima de todo la renombrada autocaravana es un vehículo que está tipificado en el RGC y en las propias Cortes Generales como autocaravana, vehículo vivienda y actividad autocaravanista.
A mi modo de ver estas cosas, si no queremos que esta absurda escalada de nombres o definiciones, creo que injustificadas, nos acarreen una mayor confusión y como consecuencia más desconocimiento de la realidad, es absolutamente necesario que los propios autocaravanistas tengamos en cuenta que una autocaravana, no es ni caravana, ni turismo, ni albergue móvil, ni alojamiento turístico ni todas esas cosas que se dicen por ahí. Una autocaravana por encima de todo es un vehículo a motor que sencillamente se llama AUTOCARAVANA y que, entre otras cosas, si lo deseamos se utiliza como trasporte de personas, bien sea para hacer turismo, para nuestro trabajo, para desplazarnos a ver a los familiares y amigos o para otras multiples aplicaciones o usos.
Además de los ejemplos que he comentado de desplazamiento, la autocaravana nos permite comer, dormir, usar el aseo, ver la tele, escuchar música o leer un libro etc, al igual que otros elementos de trasporte de personas o mercancías, llámense camiones, autobuses, barcos, ferrocarriles, aviones etc, que tambien le dan ese uso u otros, sea en el aire, el mar o en la tierra firme. Esta situación a nadie le extraña y a ninguno se le ocurre pensar que son albergues móviles o alojamientos turísticos. Se aprovechan y se utilizan para lo que son, para el desplazamiento y para dar comodidad o descanso a sus usuarios y basta.
Esta situación parece que se desarrolla con la mayor normalidad y a nadie se le ocurre pensar que los aviones, camiones, barcos, autobuses o los ferrocarriles y sus camas, literas, sillones de recostar, aseos, cafeterías o comedores, le hacen la competencia a los hoteles, pensiones, casas rurales o camping, ni tampoco se le ocurre a nadie tener la ocurrencia de inventarse otros nombres y denominarlos como Albergues móviles o alojamientos turísticos.
Estimados compañeros autocaravanistas, creo que, o tenemos claro lo que nos traemos entre manos y de una vez por todas le llamamos al pan, pan y al vino, vino y a las cosas por su nombre, o nos costara mucho más de lo razonable salir del agujero de desconocimiento y confusión al que desafortunadamente está sometido el uso de las autocaravanas.
Pedro Ansorena.
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