La isla de cuba es otro de los destinos que un ciudadano o viajero Español, al ser posible, no debe de perderse nunca, son muchos los lazos que nos unen con la llamada "isla de la juventud" del mar Caribe para perderse esta.
Por motivos de trabajo, en los últimos treinta y tantos años he estado en Cuba en tres ocasiones y esta última ha sido la cuarta vez que he visitado la isla, pero Senia no había estado nunca y tenía un gran interés en conocer la isla caribeña, así que ya tocaba. Por ese motivo y porque ya hacía tiempo que no visitaba la isla caribeña, nos hemos decidido a pegar "el salto al charco" con la Compañía Aérea Cubana. Lo que más desagrada del viaje quizás sea las más de 9 horas que dura el trayecto en avión desde España, aunque el viaje también tiene sus atractivos, ya que durante este y especialmente si se hace en la compañía cubana, comienzas a ver y sentir, las formas, el carácter y la alegría que tienen y manifiestan los cubanos emigrantes, que regresan a su país, el largo viaje al final, resulta que es un poco como la antesala de lo que allí te vas a encontrar.
Conforme el vuelo se va aproximando a la isla, los cubanos, como si la presencia de la isla y sus costumbres produjese en ellos una fuerte reacción y atracción, comienzan a moverse con inquietud por los pasillos del avión, de una parte para la otra, alegres y con la característica sonrisa cubana de oreja a oreja, con sus ojos luminosos y vivarachos llenos de expresión, hasta que la tripulación no tiene más remedio que utilizar el ya socorrido truco de las turbulencias, apagando algunas de las luces internas y anunciando abrocharse el cinturón, situación en la que a pesar de que las anunciadas turbulencias nunca llegaron a aparecer, consiguieron mantener al pasaje pegado a sus asientos durante varias horas.
Cuando pones los pies en el aeropuerto de La Habana, de inmediato comienzas a percibir en el olor, en el color y en el ambiente de la gente que transita por el aeropuerto, que te encuentras en un lugar diferente, te das cuenta que las cosas no se mueven como estas acostumbrado a ver. Todo trascurre y se desarrolla en un ambiente diferente, cuando te solicita la autoridad el pasaporte y el agente te mira fijamente a la cara, cuando esperas la llegada del equipaje frente a la cinta trasportadora, cuando sales al hall principal del aeropuerto, empujando en carrillo con el equipaje, cuando ves y sientes como todo el mundo se ofrece para llevarte al hotel, cuando finalmente, entre tanto ofrecimiento, eliges un viejo automóvil taxi cualquiera al azar, igual que todos los que ves al rededor, qué más da, cuando este se pone en marcha y comienza a desplazarse por la ciudad de la Habana en dirección del hotel, donde el conductor, durante el trayecto se empeña en convencerte para que le cambies sus monedas de euro por billetes en papel, ya que es una oportunidad que tiene y aprovecha para darle salida a las monedas en metálico, que nosotros los inocentes turistas, ajenos a la situación real de la isla, le damos de propina, pero que no tienen cambio en la isla.
Entonces medio aturdido por los espontáneos y continuos acontecimientos, te das cuenta de que te encuentras en Cuba, un país diferente para nuestro actual mundo al que estamos acostumbrados, en el que todo funciona de otra manera y en otra dimensión, donde cualquier viajero curioso, si visita por primera vez a este singular país, durante el viaje del aeropuerto al hotel comienza ya a percibir y a disfrutar de algunas sensaciones, que va a vivir todos los días durante su estancia en la isla y que para un profano en la materia resultan difíciles de narrar o trasmitir, pero que recordaré toda la vida.
Mi recomendación es que quien viaje a Cuba lo debe de hacer para conocer la Cuba de los cubanos, no la Cuba de Fidel. En Cuba uno no debe de hacer comparaciones con ningún lugar conocido, aquí todo es diferente y nada comparable con lo que uno pueda conocer, pero si uno es curioso y se da cuenta de donde está, prescindiendo y dejando atrás algunos de los prejuicios o hábitos que se adquieren en nuestro a veces irreal mundo en el que vivimos, en Cuba se lo pasará de lo lindo. La espontaneidad de sensaciones, detalles o de momentos y el auténtico disfrute de estos, están asegurados y hará que nuestra estancia en la isla caribeña, por muchas veces que la visitemos, resulte inolvidable.
A Cuba se la conoce también por sus paradisíacas playas, más de 300 en todo el litoral. Con palmeras, arena fina y un mar perfecto: de aguas ligeras, tranquilas, cristalinas y cálidas ( eso sí, llevaros un buen repelente de mosquitos, especialmente para las de Varadero). Cuba se caracteriza por sus construcciones tradicionales, sus calles, avenidas y plazas rústicas y amistosas llenas de los simpáticos y animados ciudadanos cubanos. Las caminatas al atardecer a lo largo del incomparable y famoso paseo del Malecón de La Habana, o el tomar un simpático "Coco Móvil" (taxi) y el recorrido de la ciudad por las noches, es, entre otras, una de las mejores experiencias para recordar nuestra estancia en Cuba.
Un ambiente de pueblo, que interactúa perfectamente con las grandes construcciones hoteleras. Cuba cuenta con suficientes y atractivas instalaciones para hacer de la estancia una experiencia inolvidable.
La arquitectura cubana denota una fuerte influencia española, de diseño barroco y colonial, especialmente en La Habana, el arte y la educación se hacen un símbolo patrio. Aunque tristemente hay que reconocer que en Cuba y, principalmente, en La Habana hay muchas manzanas de casas con notables y relevantes motivos arquitectónicos con un gran riesgo de ruina. En cambio y para uno que ya hace muchos años que visitó La Habana, resulta muy gratificante ver la trasformación y restauración que están sufriendo algunas partes de esta gran ciudad de más de tres millones de almas, al ser declarada esta patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Ver la acertada restauración de la Plaza de Armas, del palacio de los Capitanes o de ciertas aéreas de La Habana Vieja, resulta toda una satisfacción y un consuelo de que gran parte de esta ciudad, poco a poco, se va recuperando.
El aroma del ron y el buen habano acompasa el tibio viento de las tardes cubanas, que se prolongan seguramente en algún bar para disfrutar de la bebida oficial de La Habana.
En Cuba la mayor parte del año se caracteriza por el sol, a unos 28 grados centígrados de promedio, las playas se convierten en la excusa perfecta para escapar del calor. Especialmente durante el verano.
La abundancia de playas de fina arena blanca, y un suave descenso de su plataforma hacia un mar que encierra una vistosa gama de azules, en aguas cálidas y transparentes, es otra de las razones para disfrutar de la Cuba cálida del mar Caribe.
La abundancia de playas de fina arena blanca, y un suave descenso de su plataforma hacia un mar que encierra una vistosa gama de azules, en aguas cálidas y transparentes, es otra de las razones para disfrutar de la Cuba cálida del mar Caribe.
Nosotros como destinos de la isla, aunque lo ideal hubiese sido recorrerla toda ella (lo dejamos para otro momento), hemos escogido dos puntos, La Habana y Varadero, con desplazamiento y excursión a la impresionante zona rural del noreste de la isla, Viñales.
La ciudad balneario de Varadero se encuentra localizada en el punto más septentrional de la isla, cuya playa se extiende a lo largo de la estrecha Península de Hicacos, una maravilla para disfrutar del agua caribeña y de su radiante sol.
En la península de Varadero a uno de sus más preciados recursos, que es la playa, se han añadido atractivos naturales como las cuevas y escarpes, un rosario de cayos vírgenes y de fácil acceso, las riquezas de un paisaje natural característico que se conserva en la porción más oriental del territorio, y otros de carácter cultural, histórico y ambiental estrechamente relacionados con las ciudades de Matanzas y Cárdenas, la Península de Zapata y el balneario de San Miguel de los Baños.
Resulta conmovedor cuando uno se desplaza por el territorio cubano, ver a las personas en las orillas de las carreteras o debajo de los puentes para resguardarse del calor del sol, esperando con una total paciencia y resignación, la posibilidad de que algún vehículo, que transita, se detenga y los acerque a sus puntos destino. Una de las peores situaciones que hoy está viviendo y soportando la población cubana, quizás sea la deficiente y escasa infraestructura de trasporte que tiene o dispone la isla. Trasladarse de un sitio para otro, para los habitantes de las zonas rurales, puede resultar toda una odisea, aún así y con estos motivos o contrates, la isla de Cuba es una parte de este mundo que hay que visitar.
En el caso de La Habana, capital de la isla, es una síntesis de toda Cuba, y una de las más hermosas ciudades de Latinoamérica. El encanto de la “Perla del Caribe” sigue actuando, y quien la conoce, regresa enriquecido, conquistado y como nosotros con ganas de repetir.
La Habana es el esplendor tropical, que reúne lo mejor de España, África y las Antillas. Con sus antiguos e increíbles automóviles americanos, su bullicio, sus edificios desconchados, su historia, sus gentes y sus ritmos, La Habana se convierte en un destino sin igual.
Son imprescindibles de visitar sus parques, las relajantes playas del Este, es muy interesante hacer un recorrido por La Habana Vieja, recorrer los alrededores de la plaza de Armas, sin olvidar una visita al Museo de la Ciudad, el Palacio de los Capitanes. No hay que olvidar darse un paseo por la catedral y sus alrededores, los palacios del Capitolio, centro Gallego y centro Asturiano, el café "La Floridita" y "La Bodeguita del Medio" y un paseo por el Malecón Habanero viendo zambullirse en el mar a los alegres y atléticos muchachos cubanos, la imponente explanada frente al Ministerio de Industria, fundado por el mítico Che Guevara, etc.
Otro sitio que uno no debe de perderse es el Barrio del Vedado en su visita al Museo de Artes decorativas, sin olvidar tomar un exquisito helado en Compelía. Para ver un poco de verde, nada mejor que ir al Jardín Botánico Nacional o el parque Lenin etc.
El Valle de Viñales, en la provincia de Pinar del Río, es uno de los paisajes emblemáticos de Cuba, su belleza se enriquece con la conservación de las tradiciones de sus pobladores, la gran variedad de su flora y fauna, las abundantes y tradicionales plantaciones, las características formaciones de "Los Mogotes" y sus sitios de trascendencia histórica, son suficientes motivos para darse una vuelta por tan significativo lugar o provincia.En definitiva y para terminar, la gente en Cuba es otro de los motivos suficientes para viajar, allí se podrá encontrar un pueblo sencillo, pero extraordinario, en todo su sentimiento, el carácter alegre y risueño de los cubanos te envuelve y de deja llevar entre el baile y el sonar de la música cubana, son una de las maneras de divertirse en Cuba, especialmente al ritmo de la salsa, un baile sensual y caliente, que se disfruta con una buena copa de ron, un mojito o un daiquiri y en medio de la algarabía de los mejores centros de baile de la vida cubana. Si no se sabe bailar, en la isla seguro que se aprende, pero si uno no sabe divertirse, entonces, sin duda, habrá llegado al mejor lugar para empezar a aprender.
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Buen viaje a Cuba.
Pedro Ansorena y Senia Bonaechea.
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