La mayoría de las personas que en el mes de julio contemplamos en el televisor las imágenes diarias, que nos ofrece el tour de Francia, de una manera u otra quedamos un poco cautivados por la belleza y el cromatismo de las imágenes de tan destacado evento deportivo, en mi opinión, detrás de esas imágenes hay algo más que traspasa lo puramente deportivo.
Nos damos cuenta de inmediato que algo grande debe de esconder la carrera ciclista gala para que por todas las partes que discurre, esta arrastra un gran despliegue de personas y medios, sin duda, en el Tour de Francia los autocaravanistas curiosos por descubrir cosas y sensaciones tenemos una cita, estoy convencido que hoy no hay mejor medio para vivir y disfrutar durante unos días del ambiente, del paisaje alpino y del ciclismo de la alta montaña que una autocaravana, el espectáculo está servido.
A la vista de las imágines que ofrecen en las televisiones, ni que decir tiene, y salta a la vista que la autocaravana se erige en el medio rey de la ruta, están por todas partes del recorrido y por todos los sitios, pero donde desbordan las previsiones de todo lo imaginable es en las etapas alpinas y en sus míticos puertos, ahí la serpiente de color blanco de las miles de unidades, visto desde lo alto de los puertos, de casas rodantes es donde más significativo o destacado es, todo el recorrido diario de los esforzados de la ruta está perfilado del característico color autocaravanero perfectamente durante días y a veces semanas como fieles testigos de lo que allí va a ocurrir. Cualquier lugar es idóneo para colocar una autocaravana, a veces en situaciones increíbles, para gozar del espectáculo de los ciclistas, sus acompañantes y del paisaje, algunas colocadas o asomadas en situaciones increíbles como si de una cabra alpina se tratase.
Senia y yo desde hace algunos años asistimos con nuestra autocaravana a disfrutar de alguna de las etapas pirenaicas y este año, al igual que otras veces, nos decidimos a desplazarnos hasta el pirineo francés en compañía de nuestros familiares Pepe y Juani, en principio hacia el Tourmalet o el Aubisque, ya que la idea de disfrutar del centenario del Tour de Francia en unos puertos tan míticos nos seducía bastante.
Salimos de Santander el Domingo día 18 de julio con la idea de disfrutar de la 16ª etapa, Bagneres de Luchón - Pau, que se celebraba el martes día 20, llegamos a la población de Luz-St-Saveur el mismo domingo a las 6 de la tarde, el tiempo estaba muy bueno e iniciamos el ascenso al Tourmalet con idea de pernoctar en las primeras rampas en un aparcamiento de la población de Bareges, que en otras ocasiones habíamos utilizado, pero inmediatamente nos dimos cuenta que no podía ser, la caravana y el atasco de vehículos en el puerto era impresionante y eso que aun faltaban dos días para la primera etapa y cuatro para la que finalizaba en el mítico Tourmalet, después de intentarlo durante un buen rato, decidimos desistir y regresar nuevamente a Luz-St-Saveur, donde aparcamos y nos dimos un paseo por la animada población y sus concurridas terrazas, entre otras cosas para proveernos en un comercio especializado de los típicos productos franceses que tanto nos satisfacen y que siempre que tenemos ocasión compramos.
En Luz, decidimos trasladarnos hasta la población de Pierrefite Nestalas para pernoctar en el área de servicio para autocaravanas y subir al otro día el Col de Soulor y el Aubisque para ver la prueba el martes día 20 desde este último puerto, esos eran nuestros planes de última hora, pero nada, todo estaba lleno a rebosar de autocaravanas y otros medios, en el área nos limitamos a llenar los depósitos de agua de nuestra autocaravana y vaciamos el poti (situación que hay que tener muy en cuenta cuando se van a pasar algunos días en un puerto de montaña) y nos dirigimos al Soulor.
Durante toda la subida cualquier espacio próximo a la carretera de paso del Tour estaba ocupado, era todo un espectáculo ver la cantidad de autocaravanas a ambos lados de la carretera, así que continuamos ruta, llegamos a la cima del Soulor con el espectáculo de la presencia de aficionados en el borde de la carretera con la luz del atardecer en un día muy despejado y desde allí hasta la cima del Aubisque ya con la noche y las estrellas encima de nuestras cabezas, donde en el aparcamiento de la cima del Aubisque, afortunadamente aún quedaba algún sitio para aparcar la autocaravana y pernoctar.
Por la mañana del lunes día 19 me levanté temprano a disfrutar del espectáculo del amanecer en lo alto del Aubisque y me di cuenta que había un hueco en un espacio aterrazado al lado de otro compañero vasco, en un sitio desde donde se divisaba prácticamente toda la serpenteante subida al Aubisque, no me lo pensé dos veces, con la familia todavía en la cama, les di un toque de atención, me desplacé un centenar de metros y finalmente aparqué la autocaravana en un sitio ideal, culminado por un desayuno a la francesa fuera de la autocaravana con el espectáculo alpino delante de nuestros ojos y a nuestros pies.
En los días siguientes, además del paisaje y el senderismo de montaña, disfrutamos del ambiente y del espectáculo y colorido que ofrecen los miles de cicloturistas aficionados venidos desde todas las partes del mundo que y se acercan hasta estos puertos de montaña motivados para poner en práctica su afición, subiendo en bicicleta los mismos y hasta el día y y unas horas antes del paso de los profesionales de la ruta.
El Aubisque es junto con el Tourmalet uno de los puertos con más solera de los Pirineos Centrales y por lo tanto del Tour de Francia. Dentro del mundillo aficionado y profesional se plantea frecuentemente el debate de cuál de los dos puertos es más duro. Desde mi humilde opinión y en mi parecer he de decir que es más duro el Tourmalet. Esto no quita para reconocer que el Aubisque es uno de los “cocos” pirenaicos no exento de una gran belleza paisajística.
Es precisamente en este año 2010, donde se cumple el centenario pirenaico del Tour y como homenaje, la 16º etapa del Tour de Francia proveniente de Bagneres de Luchón pasa por este puerto, con su caravana ciclista después de haber superado los puertos de Peiresourde, L' Aspin, el Tourmalet, el Soulor, el impresionante Circo de Littor, y finalmente el Aubisque, finalizando la prueba en la ciudad de Pau.
Esta cuota de categoría especial, se encuentra situado en el entorno de la ciudad francesa de Lourdes, no muy lejos de la frontera española. Si tomamos como referencia la ciudad de Sabiñánigo como localidad más importante cercana a la frontera española, debemos subir en dirección a la estación de esquí de Panticosa, cruzar la frontera y descender el bonito y largo puerto del Portalet (parque nacional galo) hasta el pueblo de Laruns, a pie del mismo comienza el Aubisque por la cara sur.
Está situado a 1.709 m. de altitud, en el departamento Pyrénées Atlantiques. Se encuentra entre Eaus Bonnes y Arrens. El lo alto junto a la carretera han homenajeado a una personalidad del Tour de Francia, monumento a André Bach.
Por todo lo comentado, os recomiendo que para disfrutar y vivir una etapa del Tour de Francia en uno de los míticos puertos por los que pasa esta carrera profesional, el disponer de un poco de tiempo y desplazarse a los mismos con varios días de antelación.
Y como una foto, a veces, vale más que mil palabras aquí os dejo este reportaje fotográfico y algunas coordenadas GPS de algunos de los puntos importantes.
Área de autocaravanas de Laruns, N-42º59'22'' W-0º25'28''.
Área de Pierrefite Nestales, N-42º57'37'' W-0º04'37''.
Área de Arrens Marsous, N-42º57'30'' W-0º12'27''.Luz-St- Saveur, aparcamiento, N-42º52'25'' W-0º00'06''.
Alto del Col d' Aubisque, N-42º58'36'' W-0º20'23''.
Alto del Col d' Soulor N-42º57'38'' W-0º15'38''.
Alto del Col dú Tourmalet, N-42º54'29'' W-0º08'42''.
Que tengáis buena ruta. Pedro Ansorena.
2 comentarios:
¡Qué envidia me das! Un viaje maravilloso, a pesar de esas aglomeraciones de que hablas.
No lo dudes AROBOS, La Sierra de Grazalema y en especial el paseo por el rio Majaceite, sin duda, es un lugar muy bonito para disfrutar de la naturaleza, pero si alguna vez tienes la oportunidad de vivir una etapa alpina del Tour de Francia (a pesar de las aglomeraciones) o fuera del Tour, tu cuerpo te lo agradecera.
Saludos.
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