El pasado día 31 de Marzo de nuevo participé junto, con un grupo de 28 senderistas, en la 6ª ruta del año, organizada por el Aula de Naturaleza del Ayuntamiento de Arona. La citada ruta de unos 13 Km de recorrido y unas 6 horas de duración, se desarrolló por las localidades y espacios naturales de Tigaiga- Mirador del Lance- Icod El Alto- Barranco de Ruiz y Las Aguas.
A las 8 de la mañana como de costumbre nos dimos cita frente al Centro Cultural de Los Cristianos, desde donde partimos en el autobús, que nos trasladó hasta la parte alta de Los Realejos, en el norte de la isla, donde aproximadamente a las 10 de la mañana en la población de Tigaiga, nos pusimos en marcha, para después de cruzar esta, tomar un antiguo camino real empedrado y con bastante pendiente, que nos llevaría hasta el Mirador Del Lance, en donde después del esfuerzo inicial nos pudimos tomar un exquisito café que nos supo a gloria, acompañado este por las extraordinarias vistas del valle de La Orotava, El Puerto de la Cruz, Los Realejos y la perfilada costa norte, que desde este lugar se alcanza a ver hasta el Parque Rural de Anaga.
En el mirador de El Lance se alza una magnífica escultura de bronce rindiendo tributo al Mencey Bentor, éste fue uno de los últimos menceys de Tenerife, hijo del Mencey Bencomo que murió en la Batalla de Agüere. La historia nos cuenta que Bentor siendo nuevo Rey de Taoro se enfrentó al conquistador Fernández de Lugo y fue vencido en la Batalla de Acentejo, esta derrota provoca su suicidio, antes de su rendición, despeñándose por la ladera de Tigaiga, precisamente desde el lugar donde hoy se erige el monumento.
Aprovechando la espectacular vista del valle de La Orotava, el Monitor Jose Pedro Martín, nos estuvo hablando sobre las formaciones de los edificios volcánicos y los distintos materiales que componen estos, explicando el origen del valle que teníamos delante y la gran plataforma costera de El Puerto de la Cruz, fruto de un derrumbe volcánico que junto con el del valle de Güimar (antiguo valle de Las Higueras) son los derrumbes más importantes que se han dado en la isla de Tenerife, los cuales no solo han modelado y creado estos valles y la plataforma costera, sino que fruto de los diversos materiales volcánicos arrastrados han creado los espacios más fértiles de la isla. Para más información sobre la formación del archipiélago canario
A las 8 de la mañana como de costumbre nos dimos cita frente al Centro Cultural de Los Cristianos, desde donde partimos en el autobús, que nos trasladó hasta la parte alta de Los Realejos, en el norte de la isla, donde aproximadamente a las 10 de la mañana en la población de Tigaiga, nos pusimos en marcha, para después de cruzar esta, tomar un antiguo camino real empedrado y con bastante pendiente, que nos llevaría hasta el Mirador Del Lance, en donde después del esfuerzo inicial nos pudimos tomar un exquisito café que nos supo a gloria, acompañado este por las extraordinarias vistas del valle de La Orotava, El Puerto de la Cruz, Los Realejos y la perfilada costa norte, que desde este lugar se alcanza a ver hasta el Parque Rural de Anaga.
En el mirador de El Lance se alza una magnífica escultura de bronce rindiendo tributo al Mencey Bentor, éste fue uno de los últimos menceys de Tenerife, hijo del Mencey Bencomo que murió en la Batalla de Agüere. La historia nos cuenta que Bentor siendo nuevo Rey de Taoro se enfrentó al conquistador Fernández de Lugo y fue vencido en la Batalla de Acentejo, esta derrota provoca su suicidio, antes de su rendición, despeñándose por la ladera de Tigaiga, precisamente desde el lugar donde hoy se erige el monumento.
Aprovechando la espectacular vista del valle de La Orotava, el Monitor Jose Pedro Martín, nos estuvo hablando sobre las formaciones de los edificios volcánicos y los distintos materiales que componen estos, explicando el origen del valle que teníamos delante y la gran plataforma costera de El Puerto de la Cruz, fruto de un derrumbe volcánico que junto con el del valle de Güimar (antiguo valle de Las Higueras) son los derrumbes más importantes que se han dado en la isla de Tenerife, los cuales no solo han modelado y creado estos valles y la plataforma costera, sino que fruto de los diversos materiales volcánicos arrastrados han creado los espacios más fértiles de la isla. Para más información sobre la formación del archipiélago canario
Tambien nos habló de los antiguos Aborígenes, el suicidio de Bentor, la conquista de la isla, la forma de vida hace unos años de los habitantes de la zona etc.
Continuamos ruta por los barrios de El Lance hacia Icod el Alto, donde en una plaza al lado de su iglesia se encuentra el monumento en bronce de un burro con su jinete y la carga, erigido en recuerdo de "Los Criadores de Cochinos", actividad que se desarrollaba en la zona, por mujeres y hombres que caminando o en burro o mulo se trasladaban desde Icod el Alto a otras poblaciones para vender, entre otras cosas los cochinillos, que después se criaban en las casas. Los trasportaban en típicas cestas hechas de secta de palo, dos en cada una, sobre la albarda de los mulos.
Continuamos ruta por las calles y caseríos de Icod el Alto, entre pequeños cultivos de altramuz (chocho como se le llama en algunos lugares), millo y papas canarias, hasta detenernos en un cruce de caminos con sus correspondientes banderolas de señalización y donde se toma el desvío al Barranco de Ruiz. En este lugar de nuevo el Monitor Jose Pedro Martín, nos estuvo explicando algunos aspectos de los cultivos y la agricultura de la zona, entre ellos el de la papa canaria, que según nos contó, las primeras papas las trajo del Perú don Juan Bautista de Castro por el año 1622. Este señor las hizo sembrar en sus tierras de Icod el Alto, desde donde tan felizmente se han difundido por todas las Canarias.
Aunque la presencia de la papa en Canarias a partir de 1560 parece confirmada, su cultivo se hizo, probablemente, de forma esporádica, sin mucha difusión (como ocurrió en Europa, donde comenzó siendo una curiosidad de jardín), por lo que parece lógico pensar que fuera la introducción de 1622, sembrada en un suelo y en un clima óptimos como el del paraje que estamos visitando, la que tuvo un efecto impactante y contribuyó a difundir el cultivo en las Islas. Hoy en dia, el lugar de introducción de la papa, Icod el Alto, sigue siendo una de las zonas donde el cultivo goza de mayor arraigo, con presencia de variedades primitivas desaparecidas de otros lugares de la isla.
Con la llegada del cultivo de la papa a Icod el Alto también llegaron los conocimientos básicos de su cultivo. La papa se adaptó al clima y al suelo de las islas y los campesinos canarios la adoptaron como uno de sus cultivos importantes y que hoy es una de las bases de la alimentación en las islas y tambien en Europa.
Continuamos por el cómodo camino por llano y cuesta abajo hasta llegar a un balcón situado sobre el barranco de Ruiz con una vista del impresionante paraje, que se nos ofrecía a nuestros pies, continuando por el sendero que nos llevaba a la parte baja del barranco y donde, nada más comenzar este, pudimos disfrutar del espectáculo de los más variados colores que nos ofrecían algunos de los distintos materiales que componen el edificio volcánico y que en este lugar se pueden apreciar las distintas capas de piroclastros compuestos de pumitas, arenas fosilizadas, picón, lapilli, conglomerados etc, como en pocos lugares.
El Barranco de Ruiz es otro de los lugares espectaculares que el visitante puede disfrutar en la isla. El Barranco de Ruiz fue declarado sitio de interés científico y área de sensibilidad ecológica por la Ley Autonómica en el año 1994 y se trata de la franja del curso medio bajo del Barranco, que presenta una topografía cuyos perfiles en general superan el 30% de pendiente media. Asimismo, se caracteriza por la existencia de un espectacular reducto de laurisilva, comunidades rupícolas (plantas que viven sobre rocas con ausencia casi total de suelo) y bosques termófilos en buen estado de conservación, que a pesar de la fuerte sequia que vive la isla en las zonas umbrías se puede apreciar la humedad de un suelo rico de humus vegetal y minerales.
Sobre la una y media de la tarde, paramos al lado de un gran castaño, en medio de la abundante y frondosa laurisilva, a comer el bocata y los ya tradicionales chocolates y pastas que comparten y nos ofrecen algunos de los compañeros de marcha, para después de media hora de descanso, continuar ruta.
Es de destacar el gran madroño centenario existente en la zona, considerado como uno de los arboles más singulares del archipiélago, que guiados por el Monitor Nicolás Trujillo, nos desviamos de la ruta por un sendero en medio de la abundante vegetación y pudimos admirar su impresionante porte, el de mayores dimensiones que he visto nunca, una maravilla de árbol centenario del que pudimos disfrutar un rato.
Continuamos ruta, primero ascendiendo hacia la otra parte alta del barranco para cruzar por unas poblaciones con pequeños cultivos de papas y hortalizas y descender hasta la costa por un sendero bien acondicionado, con protección por medio de vallas de madera, disfrutando de extraordinarias vistas al barranco, la costa, las impresionantes paredes de basalto y el paisaje que nos ofrecía el barranco rodeado del colorido en el que destacaba los abundantes granadillos que por consecuencia de la sequía sus hojas nos ofrecían a los caminantes el característico y bonito color cálido otoñal.
Con este extraordinario paisaje y el color azul del océano al fondo, alcanzamos la parte baja y tras cruzar la carretera del norte en el final del municipio de San Juan de la Rambla, continuamos por el antiguo camino de la costa, para al filo de las cuatro de la tarde llegar a nuestro destino y punto final de la ruta en la población costera de Las Aguas, donde después de tomar las apetecidas cervezas que nos estaban esperando, acompañadas del ya tradicional y exquisito plato de pulpo que se sirve en la isla de Tenerife, tomamos el autobús que nos trasladó a nuestro punto de partida de la mañana en Los Cristianos (Arona).
Como en otras ocasiones, hemos disfrutado de lo que nos ofrece el senderismo por la isla, con los indudables atractivos en la ruta de la actividad física, la belleza y el disfrute del paisaje y el espacio natural, el interesante patrimonio rural y cultural de las poblaciones o del territorio que cruzamos o recorremos, pero sobre todo, el pasar un buen día en la compañía de otras personas que comparten la misma inquietud o afición común.
Lo peor de todo, que esta es mi última ruta senderista (por el momento), ya que nuestro tiempo de estancia invernal en la Isla de Tenerife se termina, aunque espero que para el próximo regreso, en el otoño de este año, disponer de la salud y la forma necesaria para continuar haciendo rutas y para quienes les interese, continuar dándoos la lata escribiendo estos relatos.
Agradecer al Ayuntamiento de Arona, al Aula de Naturaleza, a los Monitores que organizan estas rutas y nos acompañan en ellas, a todos los compañeros de afición con los que he compartido las distintas jornadas y rutas, la oportunidad que me habéis ofrecido de conocer el territorio más profundo de la Isla de Tenerife, en donde caminando por sus senderos y poblaciones he aprendido muchas cosas de esta isla que no conocía y con ello a quererla como si fuese mi propia tierra. Gracias amigos, espero encontraros para las próximas. Un saludo.
Pedro Ansorena.
Continuamos ruta por los barrios de El Lance hacia Icod el Alto, donde en una plaza al lado de su iglesia se encuentra el monumento en bronce de un burro con su jinete y la carga, erigido en recuerdo de "Los Criadores de Cochinos", actividad que se desarrollaba en la zona, por mujeres y hombres que caminando o en burro o mulo se trasladaban desde Icod el Alto a otras poblaciones para vender, entre otras cosas los cochinillos, que después se criaban en las casas. Los trasportaban en típicas cestas hechas de secta de palo, dos en cada una, sobre la albarda de los mulos.
Continuamos ruta por las calles y caseríos de Icod el Alto, entre pequeños cultivos de altramuz (chocho como se le llama en algunos lugares), millo y papas canarias, hasta detenernos en un cruce de caminos con sus correspondientes banderolas de señalización y donde se toma el desvío al Barranco de Ruiz. En este lugar de nuevo el Monitor Jose Pedro Martín, nos estuvo explicando algunos aspectos de los cultivos y la agricultura de la zona, entre ellos el de la papa canaria, que según nos contó, las primeras papas las trajo del Perú don Juan Bautista de Castro por el año 1622. Este señor las hizo sembrar en sus tierras de Icod el Alto, desde donde tan felizmente se han difundido por todas las Canarias.
Aunque la presencia de la papa en Canarias a partir de 1560 parece confirmada, su cultivo se hizo, probablemente, de forma esporádica, sin mucha difusión (como ocurrió en Europa, donde comenzó siendo una curiosidad de jardín), por lo que parece lógico pensar que fuera la introducción de 1622, sembrada en un suelo y en un clima óptimos como el del paraje que estamos visitando, la que tuvo un efecto impactante y contribuyó a difundir el cultivo en las Islas. Hoy en dia, el lugar de introducción de la papa, Icod el Alto, sigue siendo una de las zonas donde el cultivo goza de mayor arraigo, con presencia de variedades primitivas desaparecidas de otros lugares de la isla.
Con la llegada del cultivo de la papa a Icod el Alto también llegaron los conocimientos básicos de su cultivo. La papa se adaptó al clima y al suelo de las islas y los campesinos canarios la adoptaron como uno de sus cultivos importantes y que hoy es una de las bases de la alimentación en las islas y tambien en Europa.
Continuamos por el cómodo camino por llano y cuesta abajo hasta llegar a un balcón situado sobre el barranco de Ruiz con una vista del impresionante paraje, que se nos ofrecía a nuestros pies, continuando por el sendero que nos llevaba a la parte baja del barranco y donde, nada más comenzar este, pudimos disfrutar del espectáculo de los más variados colores que nos ofrecían algunos de los distintos materiales que componen el edificio volcánico y que en este lugar se pueden apreciar las distintas capas de piroclastros compuestos de pumitas, arenas fosilizadas, picón, lapilli, conglomerados etc, como en pocos lugares.
El Barranco de Ruiz es otro de los lugares espectaculares que el visitante puede disfrutar en la isla. El Barranco de Ruiz fue declarado sitio de interés científico y área de sensibilidad ecológica por la Ley Autonómica en el año 1994 y se trata de la franja del curso medio bajo del Barranco, que presenta una topografía cuyos perfiles en general superan el 30% de pendiente media. Asimismo, se caracteriza por la existencia de un espectacular reducto de laurisilva, comunidades rupícolas (plantas que viven sobre rocas con ausencia casi total de suelo) y bosques termófilos en buen estado de conservación, que a pesar de la fuerte sequia que vive la isla en las zonas umbrías se puede apreciar la humedad de un suelo rico de humus vegetal y minerales.
Sobre la una y media de la tarde, paramos al lado de un gran castaño, en medio de la abundante y frondosa laurisilva, a comer el bocata y los ya tradicionales chocolates y pastas que comparten y nos ofrecen algunos de los compañeros de marcha, para después de media hora de descanso, continuar ruta.
Es de destacar el gran madroño centenario existente en la zona, considerado como uno de los arboles más singulares del archipiélago, que guiados por el Monitor Nicolás Trujillo, nos desviamos de la ruta por un sendero en medio de la abundante vegetación y pudimos admirar su impresionante porte, el de mayores dimensiones que he visto nunca, una maravilla de árbol centenario del que pudimos disfrutar un rato.
Continuamos ruta, primero ascendiendo hacia la otra parte alta del barranco para cruzar por unas poblaciones con pequeños cultivos de papas y hortalizas y descender hasta la costa por un sendero bien acondicionado, con protección por medio de vallas de madera, disfrutando de extraordinarias vistas al barranco, la costa, las impresionantes paredes de basalto y el paisaje que nos ofrecía el barranco rodeado del colorido en el que destacaba los abundantes granadillos que por consecuencia de la sequía sus hojas nos ofrecían a los caminantes el característico y bonito color cálido otoñal.
Con este extraordinario paisaje y el color azul del océano al fondo, alcanzamos la parte baja y tras cruzar la carretera del norte en el final del municipio de San Juan de la Rambla, continuamos por el antiguo camino de la costa, para al filo de las cuatro de la tarde llegar a nuestro destino y punto final de la ruta en la población costera de Las Aguas, donde después de tomar las apetecidas cervezas que nos estaban esperando, acompañadas del ya tradicional y exquisito plato de pulpo que se sirve en la isla de Tenerife, tomamos el autobús que nos trasladó a nuestro punto de partida de la mañana en Los Cristianos (Arona).
Como en otras ocasiones, hemos disfrutado de lo que nos ofrece el senderismo por la isla, con los indudables atractivos en la ruta de la actividad física, la belleza y el disfrute del paisaje y el espacio natural, el interesante patrimonio rural y cultural de las poblaciones o del territorio que cruzamos o recorremos, pero sobre todo, el pasar un buen día en la compañía de otras personas que comparten la misma inquietud o afición común.
Lo peor de todo, que esta es mi última ruta senderista (por el momento), ya que nuestro tiempo de estancia invernal en la Isla de Tenerife se termina, aunque espero que para el próximo regreso, en el otoño de este año, disponer de la salud y la forma necesaria para continuar haciendo rutas y para quienes les interese, continuar dándoos la lata escribiendo estos relatos.
Agradecer al Ayuntamiento de Arona, al Aula de Naturaleza, a los Monitores que organizan estas rutas y nos acompañan en ellas, a todos los compañeros de afición con los que he compartido las distintas jornadas y rutas, la oportunidad que me habéis ofrecido de conocer el territorio más profundo de la Isla de Tenerife, en donde caminando por sus senderos y poblaciones he aprendido muchas cosas de esta isla que no conocía y con ello a quererla como si fuese mi propia tierra. Gracias amigos, espero encontraros para las próximas. Un saludo.
Pedro Ansorena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario