Cuando
la DGT (organismo dependiente del Ministerio del Interior) prepara
una reforma del Reglamento General de Circulación (RGC), lo hace
mediante un Proyecto de Real Decreto.
Ese
proyecto se somete a información y audiencia pública para recoger
alegaciones de colectivos, asociaciones y ciudadanos.
Pero esas
alegaciones no son vinculantes. El Gobierno puede aceptarlas,
modificarlas o simplemente ignorarlas.
✅El
RGC de julio de 2025
El
pasado 1
de julio de 2025
entró en vigor la última reforma del RGC. Para muchos
autocaravanistas había motivos para la esperanza: el borrador
inicial de esta reforma incluía dos cambios muy relevantes para
nuestro colectivo.
El
borrador de 2024 contemplaba:
Sin
embargo, durante la tramitación y pese a las alegaciones
presentadas (más de 1000), el Gobierno decidió no incorporarlas en la versión
final. Por tanto, en el texto aprobado por Real Decreto el 1 de
julio, esos cambios no aparecieron.
✅ Situación
actual: el GT-53 y su “reactivación”
El
Grupo
de Trabajo 53 (GT-53 Autocaravanas)
de la DGT se creó en 2006 tras la moción del Senado impulsada por
Ana Chacón. Fue un espacio técnico con asociaciones, FEMP,
fabricantes, etc., para definir criterios comunes. Tras presentar sus
conclusiones, se dio por concluido y oficialmente quedó cerrado.
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Conclusiones
del GT-53
Ahora,
si la DGT convoca a algunas asociaciones o entidades (algunas participantes en
su día) no parece tratarse de una reactivación formal (porque está
extinguido), sino más bien de una mesa
de trabajo ad hoc o “una reunion” sectorial,
presentada bajo el mismo nombre, con el propósito quizás de preparar un posible nuevo Real
Decreto específico sobre autocaravanas.
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Comunicado
de ASEICAR
Esta
maniobra puede entenderse como una forma de gestión política:
primero se aprueba la reforma del RGC sin tocar los artículos
polémicos (92 y 93), y en paralelo se abre una vía alternativa y
específica para el régimen de las autocaravanas.
La participación institucional de FEMP, Medio Ambiente, etc., refuerza que esto es un proceso multidisciplinar, no solo de tráfico, lo cual aumenta la complejidad (y el riesgo de discrecionalidades o recortes). Esa es una de las situaciones que se presentan cuando se gestiona en un sistema de poder compartido.
✅¿Por
qué esta aparente contradicción?
Porque
parece que el Gobierno tenía prisa en sacar adelante la reforma
global del RGC y no quería “atascarla” con un asunto complejo
como el de las autocaravanas, que afecta a las competencias de los
más de 8.000 ayuntamientos que regulan movilidad urbana en nuestro
país.
Debemos
entender que, con el aumento del parque móvil, la circulación y el
aparcamiento en espacios urbanos presentan un problema difícil de
abordar, en el que la FEMP
(Federación Española de Municipios y Provincias) tiene mucho peso.
Ante
esta situación, al no haber consenso suficiente, se dejó el tema
fuera del RGC. Y ahora, para “compensar”, se intenta abordar el
asunto de forma sectorial con un nuevo proyecto reglamentario
específico.
✅En
conclusión:contradicción política
La
decisión no es una contradicción en lo jurídico: la reforma del
RGC es un Real Decreto aprobado con un contenido concreto, y aparte
el Gobierno puede iniciar otro Real Decreto distinto sobre
autocaravanas.
Sí es, en cambio, una contradicción en lo
político: primero se excluyen las alegaciones autocaravanistas en la
norma general y después se convoca a asociaciones en medio de un grupo sectorial para hablar de un
nuevo marco regulador. Eso genera desconfianza y confusión en el
colectivo.
✅La misma dinámica, veinte años después
Lo que vivimos entonces se repite ahora: se nos convoca a una mesa, forzados por el mandato del Poder Legislativo, se nos consulta, pero las decisiones reales siguen en manos de la DGT. Se nos muestra un borrador, se generan expectativas, y al final el resultado puede quedar reducido a un gesto simbólico o directamente desaparecer del texto definitivo.
Han pasado casi dos décadas desde aquellas reuniones del GT-53, pero la dinámica parece inalterable: consultar sin comprometerse, escuchar sin ceder y mantener siempre el control del resultado final.
La opacidad como constante
Más allá del contenido concreto de los borradores, hay un problema que se repite y que lo se porque lo he vivido en primera persona: la falta de transparencia en el modo de proceder de la DGT. Los grupos de trabajo, como el GT-53, se reúnen y generan expectativas, pero rara vez se hacen públicos los textos completos que se discuten o las actas de esas reuniones. El resultado es que las asociaciones salen con comunicados ambiguos, a veces incluso con errores o contradicciones, y los autocaravanistas de a pie quedan en la incertidumbre. Esa opacidad alimenta la desconfianza: no se sabe qué se negocia en qué términos, ni qué posibilidades reales hay de que lo hablado se traduzca en una norma efectiva. En definitiva, resulta evidente la falta de transparencia.
✅ Línea
de tiempo del proceso actual
1. Antes
de 2025
El
RGC (Real Decreto 1428/2003) seguía vigente con sus artículos 92 y
93, que afectan de forma indirecta a las autocaravanas. El debate
histórico: derogación del 93 y matización del 92.
Borrador
de la reforma del RGC (2024)
Incluía
derogación del 93 y nueva redacción del 92. Se abrió información
pública con alegaciones de asociaciones y usuarios.
No tenemos que olvidar que todo esté proceso parte de 4 iniciativas parlamentarias presentadas por los autocaravanistas y aprobadas en Las Cortes Generales. Porque si la DGT no hubiese recibido el mandato del Poder Legislativo, visto el recorrido que está dando, posiblemente no hubiesen abordado este proyecto que al parecer le resulta incómodo.
3.
Tramitación y aprobación (1 de julio de 2025)
En
la versión final aprobada:
4.
A los tres meses (30 de septiembre de 2025)
La
DGT, bajo el nombre del extinto GT-53, convoca a entidades y
asociaciones. Hablan de un nuevo Real Decreto específico para
autocaravanas. No es un grupo oficial como en 2006, sino una mesa
consultiva ad hoc.
✅Posible
alcance de esta maniobra
Lo
aprobado el 1 de julio es definitivo.
El
RGC ya está en vigor. Solo se podrá modificar mediante otro Real
Decreto, y no de forma inmediata.
El
tema de las autocaravanas queda fuera del RGC.
Se
evita tocar los artículos 92 y 93 para no abrir conflictos
competenciales. Se abre la vía de un reglamento específico
separado.
Estrategia
de la DGT.
Evitar
bloqueos del RGC, rebajar la presión del colectivo con la promesa
de un texto propio, pero sin plazos ni garantías.
✅ Posibilidades
reales
Modificar
de nuevo el RGC:
difícil a corto plazo ( a no ser que se presente una situación de urgencia, cada reforma suele abordarse casa diez años o más).
Un
Real Decreto específico de autocaravanas:
más probable, pero dependerá de la presión del sector y de la
coordinación entre Interior y Movilidad. Puede tardar meses o años.
✅ Una
historia que se repite
Personalmente
esta situación no me resulta nueva. Después de trabajar junto con
Ana María Chacón en la moción del Senado de 2006, formé parte
durante un año del primer GT-53
Autocaravanas
de la DGT. Allí trabajamos, entre otras coas, en un texto específico sobre
autocaravanas que llegó a figurar en un borrador de reforma del RGC.
Sin embargo, cuando el Reglamento entró en vigor, aquel texto
desapareció.
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Documento
del GT-53 sobre autocaravanas
La
comparación con lo ocurrido ahora es inevitable: otro tiempo, la
misma jugada. Se ilusiona al colectivo con un borrador y un diálogo
abierto, se le hace trabajar, pero el resultado es siempre el mismo: el RGC se aprueba sin
cambios de fondo.
? Una
oportunidad perdida: la reforma del RGC
✅Lo
que aprendimos en el primer GT-53
Aquella
experiencia dejó lecciones claras. En una de las reuniones, Ramón
Ledesma Muñiz,
Subdirector de Normativa y Recursos, nos advirtió que el RGC
era “como un puzle: al tocar una pieza se podía venir todo abajo”.
Esa metáfora resume bien la resistencia de la DGT a modificar artículos clave como el 92 y el 93: temen que un cambio puntual desajuste el conjunto.
Por su
parte, Anna
Ferrer Jiménez,
directora del Observatorio de Seguridad Vial, nos recordó: “vosotros
estáis aquí como personas de consulta, no de decisión; las
decisiones las tomamos nosotros que somos quienes tenemos la responsabilidad y las competencias”.
Estas
frases retratan la filosofía que, casi veinte años después, sigue
marcando la forma de actuar de la DGT.
✅ Las
posibles motivaciones de la DGT
Conflicto
competencial.
Regular de forma clara el estacionamiento y la pernocta de
autocaravanas afecta a competencias municipales y autonómicas.
Evitar
bloqueos políticos.
Incluir el tema podría retrasar o paralizar una reforma global.
Mantener
la discrecionalidad local.
Sin norma estatal clara, cada municipio aplica su criterio.
Ganar
tiempo.
Se ofrece un borrador con avances, luego se eliminan, y después se
promete un reglamento futuro sin plazos.
En
definitiva, parece una estrategia de inacción
calculada:
reconocer el problema en borradores, pero evitar plasmarlo en normas
efectivas que limiten la autonomía de ayuntamientos y CCAA.
✅ Conclusión
La
historia se repite: se consulta, se promete y se generan
expectativas, pero al aprobarse el RGC, el texto desaparece. Después
se abre un nuevo proceso con promesas de reglamento futuro.
Veinte
años después seguimos en la misma dinámica: la DGT escucha, pero
decide en solitario; abre mesas, pero mantiene la opacidad; genera
expectativas, pero evita comprometerse. Todo queda en manos de una
estrategia que prioriza la prudencia política sobre la seguridad
jurídica del colectivo autocaravanista.
La experiencia y el bagaje de conocimiento adquirido durante más de 20 años demuestran, que para sacar adelante un proyecto tan complejo y con tantos intereses por el medio, el colectivo autocaravanista tendrá que mantener la presión y la unidad si quiere que este no se quede en papel mojado o nos metan por el lugar que no nos corresponde o no queremos.
✍️ Pedro
Ansorena Antón.