domingo, 9 de febrero de 2014

Caminando por la isla de Tenerife disfrutando de su bella e increíble naturaleza.

Cuando llegamos a la isla en el mes de noviembre de 2013 para disfrutar de nuestra habitual etapa  invernal, en el recorrido en autobús desde el aeropuerto a nuestro apartamento en el sur, nos encontramos con un paisaje amarronado y triste, que fruto de la abundante sequía, que la isla estaba soportando durante mucho tiempo, aparecía ante nuestros inquietos y curiosos ojos, como aletargado y con una sed de agua alarmante, muy diferente al que habíamos dejado en la isla en el mes de abril, pero como no hay mal que cien años dure, para reparar la situación,  el invierno de 2013 - 2014 ha sido generoso y lluvioso en las Islas Canarias, especialmente en Tenerife, una de las islas afortunadas del archipielago, en la que se ha hecho presente una pluviometría que hacía tiempo no aparecía por la isla, unos 90 lit. m2 caídos en apenas 3 horas, en una jornada del mes de diciembre en el sur de la isla.

La situación de abundantes lluvias ha propiciado un inicio primaveral que en el  mes de febrero,  la isla nos ofrece  un paraíso vegetal. Hacía mucho tiempo que sus habitantes y visitantes no asistíamos a tal manifestación de vida y color,  manifestada por cada rincón y cada paso por el que uno se mueve por la isla.

Con la sensación y atractivo que nos ofrece el momento, aunque hace ya algún tiempo que vengo realizando paseos por distintos lugares, el viernes dia 7 de febrero, un grupo de pensionistas entusiastas de la naturaleza y el senderismo de varias regiones de la península que disfrutamos del invierno en Tenerife, siendo conscientes y administrando nuestras limitaciones físicas, decidimos hacer un recorrido a pie de unas 6 horas de duración por una de las zonas de la isla,  que en este momento nos ofrece una variedad natural de plantas y flores en plena eclosión de extraordinaria belleza. 

Caminar y descubrir un destino en el paisaje rural de Canarias en compañía y armonía de buenos amigos o buena gente, es vivirlo desde dentro, vibrar a su ritmo, cada paso, cada momento y cada esquina del territorio isleño que recorres, te ofrece y se convierte en un torrente de sensaciones y belleza difíciles de narrar, por lo tanto y como no deseo extenderme más, a continuación os muestro unas imágenes de la jornada del pasado y disfrutado dia para que los que leéis este blog, aunque sea en la distancia, también podáis disfrutar de tal derroche de  entusiasmo, vida y naturaleza.

Pedro Ansorena.