miércoles, 12 de octubre de 2011

Segundo día de viaje en autocaravana al patrimonio románico catalán del Pirineo.

Dormir en una autocaravana en el aparcamiento de una ciudad, sobre todo si el aparcamiento esta cerca del centro histórico, situación casi imposible en las grandes ciudades, siempre presenta algún inconveniente de falta de espacio o poca tranquilidad, ya que estas ciudades casi siempre viven un ritmo diferente a las pequeñas y tranquilas poblaciones rurales y presentan, tanto  de noche como de dia, una notable actividad.



En este caso y en el aparcamiento elegido para pasar la noche en la ciudad de Huesca, no ha sido así, solo ha habido un poco de ruido hasta la media noche, a partir de ese momento todo normal, por lo que hemos dormido bastante bien y en un espacio bastante adecuado a las dimensiones de una autocaravana para aparcar esta correctamente sin molestar al resto de usuarios, tanto de la vía como del aparcamiento.



Por la mañana sobre las diez, como es habitual en nosotros y después de desayunar y comprar algunas cosas para nuestra despensa en el súper de al lado del aparcamiento, nos ponemos en marcha rumbo a la población leridana de Pont de Suert, inicio de nuestra ruta al valle de Boí.



Llegamos al medio día, aparcando nuestra autocaravana en el aparcamiento, que está en la parte baja de la población junto a otra autocaravana de nacionalidad inglesa. N-42º24'18'' E-0º44'27''. Paseamos un buen rato por el pequeño y bello casco antiguo de la población, nos sorprendió por su entarimado de casas apretujadas unas contra las otras, comunicadas entre sí por una serie de arcos y pasadizos dignos de visitar y destacar.



Desde esta población y después de la comida, como ya teníamos previsto, iniciamos nuestra ruta de las iglesias románicas, algunas de ellas declaradas Patrimonio de la UNESCO, por algunas de  las poblaciones y aldeas del Valle de Boí, orientados la guía que maneja Senia que, conociendo nuestra afición a la visita del patrimonio cultural, sobre todo a los monumentos del románico, nos regalaron ya hace tiempo nuestros amigos de Cataluña. La citada guía, nos ha acercado a lo más interesante que se pude ver por estos valles del Pirineo catalán y nos ha venido muy bien para planificar nuestras rutas diarias.



En primer lugar, ya en el valle de Boí, visitamos la aldea de Cóll, una aldea a la que se accede por una empinada carretera, como casi todas las que nos vamos a encontrar en el valle, siempre que pretendamos acceder a alguna pequeña población situada en las laderas de este, en la que antes de llegar a esta se encuentra la iglesia románica de La Asunción S-XII, N-42º28'19'' E-0º46'22''.



Después de la visita, continuamos ruta hasta la aldea de Cardet, donde visitamos su iglesia románica de Santa María, acabada en el S-XII. N-42º29'54'' E-0º47'05''. Cardet no solo nos ofrece su iglesia románica, desde este privilegiado enclave situado en lo alto del valle, el visitante puede disfrutar de unas esplendidas vistas del valle y del rio La Noguera de Tor.



Continuamos la visita por el valle con parada en la que, por los servicios que cuenta, podemos considerar que es "la capital del valle de Boí" o por lo menos su hoy aspirante, la  población de Barruera, donde se localiza en el mismo pueblo la iglesia románica de San Feliu, S-XI. N-42º30'16'' E-0º48'07''. Si tenemos la intención de visitar las iglesias del valle, en cualquiera de ellas que se encuentre abierta a la visita, se puede obtener el billete ahorro con un precio reducido  que sirve para todas las visitas.



Continuamos la visita por el abundante patrimonio cultural que nos ofrece este privilegiado enclave, esta vez en dirección a la población de Durro y la iglesia Románica de la Natividad del S.XII. N-42º29'55'' E-0º49'10''.



La población de Durro, aparte de su iglesia nos ofrece un extraordinario conjunto medieval digno de visitar. Una de las cosas que más nos llama la atención de la comarca, que estamos visitando, es la buena conservación y restauración de los núcleos urbanos, el acertado tratamiento que le han dado a la restauración de algunas casas, empleando para ello los materiales nobles de la zona es, en nuestra opinión, muy interesante y acertado.



Aunque ya lo hemos comentado en otras ocasiones, nunca viene mal recordar de nuevo, que hacer un viaje por el territorio visitando su patrimonio cultural, no es el estar constantemente visitando iglesias u otros monumentos, es vivir los recorridos diarios que hacemos con nuestra autocaravana, disfrutando de todo lo que lo rodea y de aquello que se nos presenta en cada esquina del recorrido, el esplendor de la naturaleza en las distintas estaciones del año, la arquitectura de los pueblos o ciudades, el contacto con las gentes cuando nos damos un paseo por un parque, calle, o nos aproximamos a un bar, mercado, restaurante o comercio en general, o la simple y llana variedad de espontáneos momentos que se nos presentan y se nos ofrecen cada dia o en cada momento de nuestra visita, es ya una invitación y un atractivo más que suficiente para ponernos en marcha y disfrutar plenamente de todo ello.



Continuamos nuestra ruta en dirección a la población de Erill La Vall, donde se encuentra la iglesias  románica de Santa Eulalia S-XII y donde tambien podemos visitar en centro de interpretación de las iglesias románicas del valle de Boí, N-42º31'31'' E-0º49'34''.



Con la tarde ya en el ocaso y con la noche ya pisándonos los talones y como el dia ya no daba para más, pusimos nuestra autocaravana rumbo a Taull, la población más alta del valle y según he leído en alguna guía, también de toda Cataluña, situada a 1500 Mt de altitud, donde están ubicadas unas de las iglesias románicas más impresionantes del Pirineo y posiblemente de toda Cataluña, destacando sus elevados campanarios y pinturas románicas de algunas de ellas. Nuestra intención es la de pasar allí la noche disfrutando de la iluminación nocturna que nos ofrecen las iglesias y tambien del pueblo.



Aparcamiento pernocta, con WC. públicos. N-42º31'01'' E-0º50'54''.


Para ver otras imágenes del viaje  Pulsar aquí

Pedro Ansorena y Senia Bonaechea.

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