lunes, 19 de septiembre de 2011

El Museo de Bellas Artes de Bilbao, una joya de los museos para disfrutar.

Aprovechando las diversas visitas a un familiar ingresado por enfermedad en el hospital bilbaíno de Cruces. Nos hemos acercado tres ratos, de dos horas cada uno, a visitar el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo que no conocíamos y que nos ha sorprendido gratamente por su gran colección de arte y por su buena presentación.


En otra entrada de este blog ya comentamos los atractivos turísticos que reúne la recién remodelada y restaurada ciudad de Bilbao, entre ellos el ya famoso  museo Guggenheim, que quizás hoy en dia sea quien acapare la mayor atención y fama para los visitantes de la ciudad del Nervión.


Sin embargo y sin desmerecer a lo anterior, muy cerca del Guggenheim en la plaza del museo Nº2, N-43º15'56'' W-2º56'16'' se encuentra la que por muchos motivos podemos denominar "la joya de la corona", el Museo de Bellas Artes de Bilbao, una maravilla que os aconsejamos no debéis de perderos su visita.


Es evidente que para un visitante foráneo la visita al Guggenheim es de obligado cumplimiento, pero el museo por excelencia de los bilbaínos será siempre el museo de Bellas artes, un Museo que ya forma parte de su historia, donde se aloja y nos ofrece una las más importantes colecciones de arte de Europa.


Dispone de una exposición permanente muy interesante, aunque las colecciones temporales que nos ofrecen y que se suelen renovar en plazos que van sobre los 3 o 4 meses suelen ser de gran interés y muy completas.


La colección permanente del Museo de Bellas Artes de Bilbao tiene su origen en la unión de los fondos procedentes del primer Museo de Bellas Artes, inaugurado en 1914, y del Museo de Arte Moderno, en 1924. Las numerosas aportaciones de las instituciones, de particulares y las adquisiciones del propio Museo han determinado los rasgos esenciales de la colección y sus líneas de crecimiento entre pinturas, esculturas, dibujos, grabados y artes decorativas, más de 6.000 obras, con una cronología que se expande desde el siglo VI ac. hasta nuestros días.


Aparte de las adquisiciones del propio museo, es justo destacar y reconocer, que los notables legados y aportaciones de las familias de empresarios vascos, que su poder económico en los S-XVIII y XIX y sus refinados gustos por el arte, les ha permitido y motivado la adquisición de determinadas obras, de las cuales algunas han proporcionado al museo y hoy forman parte de sus impresionantes fondos de los cuales podemos disfrutar todos los ciudadanos.

Pedro Ansorena y Senia Bonaechea.

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