miércoles, 17 de noviembre de 2010

Disfrutar de las bellezas y la bonanza del invierno en las Islas Canarias.

Desde hace ya unas décadas solemos disfrutar en invierno del extraordinario clima y sus bellezas de "las islas afortunadas" del archipiélago insular canario, antaño por motivos del escaso tiempo que nos dejaban nuestras obligaciones de trabajo, solíamos disfrutar diez o quince días en navidades, en principio cada año en una isla diferente, hasta visitarlas todas incluso la Isla portuguesa de Madeira. Afortunadamente yo tengo el placer de  conocerlas todas, pero a Senia aún le falta por conocer Fuerteventura, vamos a ver si este invierno nos dejamos "caer" unos días por allí, para que ella también pueda conocer e incluir en su palmarés viajero la ultima isla, que le queda por conocer del archipiélago canario.

En los últimos tiempos, después de llegar a nuestra deseada jubilación la situación ha cambiado, hemos adquirido en propiedad un apartamento en el sur de Tenerife y, sin fecha fija, ya no tenemos que preocuparnos del día o los días de retorno a la península (viajamos esporádicamente para solucionar nuestros asuntos en Santander, en viaje relámpago de ida y vuelta y otra vez a disfrutar) solemos pasar la mayor parte del invierno en Canarias. No hay duda de que este cambio de vida más relajada y con una temperatura más benigna favorece notablemente nuestra salud y nuestro organismo lo agradece, pero también lo agradece nuestra mente, ya que por muy atractiva y agradable que resulte la actividad autocaravanista, fuera de esta hay también vida y posiblemente el diversificar por unos días o meses cualquier actividad de ocio, sea en Canarias o en cualquier parte de nuestro atractivo mundo, sin duda, hacen mucho más agradable y más saludables nuestras vidas.

En Europa o en el norte y centro de España, la espera hasta la llegada del buen tiempo puede hacerse eterna, cuando el frío y la lluvia del invierno perduran semana tras semana. Pero no tiene por qué ser así. En lugar de soportar el invierno en Santander y sus alrededores, uno puede sentarse en una playa, dejándose acariciar por un maravilloso sol o por las olas cálidas del Atlántico sur en la época invernal.


Dedicarse unas fantásticas vacaciones de invierno paseando y disfrutando bajo la luz del astro rey o convivir con algunos de los turistas de varias nacionalidades, que pasan el invierno aquí, o con las amables y agradables personas nativas de Canarias, como nuestros amigos de la localidad tinerfeña de Arafo, José, Pilar y su hija Natalia, o con la buena gente chicharrera de Bajamar y su constante buen humor en las tertulias del Puf Stube o en la rutas de senderismo que nos preparan, a los cuales acompañamos encantados, ya que el llevar como guías a personas nativas del archipiélago es todo un lujo.


Estas cosas junto con otras son suficientes motivos y atractivos, no solo para disfrutar de Canarias sino para sentirse a gusto por estas tierras y amar ésta, como una segunda patria.

Las escapadas en invierno al sol resulta muy satisfactorio y enormemente gratificante para el bienestar de las personas, son un modo ideal de combatir la tristeza de los días grises y con ello una inyección que le levanta el espíritu y la moral al mas pintao.


Pero las Canarias no son solo bonanza climática o la exposición al sol del invierno, o es lo que más atrae al viajero, las Canarias son mucho más, en las Islas Afortunadas existen parajes naturales, pueblos y ciudades con arquitectura relevante y popular, tradiciones, fiestas y gastronomía muy difícil de encontrar en otras partes por mucho que uno se desplace o recorra esos mundos de dios. En cada isla canaria y en cada rincón de estas se dan las condiciones climáticas para desarrollar unas culturas diversas y un paisaje de cultivos y plantas, que en otras latitudes es necesario todo un continente para disfrutar de tanta variedad y belleza. Ninguna isla es igual, todas son diferentes y cada cual más atractiva, desde las más oriental y latitud norte, hasta las sureñas mas occidentales y oceánicas.

Nosotros y para nuestros gustos o necesidades hemos escogido el Sur de Tenerife como nuestra estancia preferida, trasladándonos de vez en cuando al resto de las islas, pero esto no quiere decir que este lugar o esta isla sea la que mas ofrece, en el archipiélago insular hay mucha belleza para considerar que tal parte o cual de este es lo mejor o más atractivo.

La Europa más periférica es también la más insólita. Nada, en España o en el resto del continente europeo, se parece a los paisajes de las Islas Canarias. Fuego y agua han modelado los contornos de un archipiélago excepcional por sus valores naturales y geológicos. Y muestra de ello es el contar con cuatro parques nacionales y una reserva de la biosfera, el mayor número de parques nacionales y espacios protegidos de España.

La isla canaria de Fuerteventura es la más árida y seca del archipiélago. Alrededor de cien kilómetros la separan del continente africano, de ese Sáhara de blancas arenas y oníricas panorámicas. Pero el influjo del desierto ha cuajado profundamente en la ínsula, que embellece su zona nororiental con un vaivén de suaves dunas que se introducen en el atlántico. El viento ha sido el causante de este singular paraje, que ha arrastrado desde el mar y la playa ingentes cantidades de arenas organogenias procedentes de los restos de caparazones de antiguos animales marinos.

Como todas las islas canarias, Lanzarote es una isla volcánica que disfruta de bajas precipitaciones y un clima soleado durante todo el año. Se puede viajar a Lanzarote tanto en verano como en invierno, donde su paisaje os sorprenderá, aún retocado por las erupciones producidas en el siglo XVIII. Su espectacular paisaje se puede describir como lunar o de otro mundo.

El parque nacional de Timanfaya tiene un paisaje casi extraterrestre, porque los estremecedores relieves que muestra son en realidad las entrañas de la tierra, que en 1730 fueron expulsadas violentamente de las profundidades en forma de lava. Durante seis años, imparables diversos volcanes lanzaron al exterior todo tipo de materiales que moldearon con fuego parte de la isla canaria de Lanzarote. El resultado de la intensa actividad volcánica queda expuesto en un cromático panorama de escorias rojizas, ocres, grises y pardas, que semejan un desierto pétreo, pero que esconde una incipiente vida. Alrededor de un centenar de especies de líquenes, de algas y de musgos que han conseguido y están consiguiendo superar las condiciones de este difícil suelo poniendo de manifiesto y en marcha la primera forma de vida del planeta tierra con una nota de color y de vitalidad en el atormentado paisaje.

Gran Canaria "el pequeño continente". Este calificativo del "pequeño continente" hace gran justicia a una isla cuya naturaleza ofrece tal diversidad de paisajes en un territorio relativamente tan pequeño. Su vegetación con especies que encontramos en continentes tan lejanos entre sí como Europa, América y África es una de las notas más excepcionales de Gran Canaria.

Lo más característico de su fisonomía son los barrancos que, con sus inmensas rocas de granito, fluyen desde sus cumbres centrales a más de 2.000 metros de altura hasta el mar. La visión de este escenario tan impresionante, es ya de por sí una razón para visitar la isla.

Hay pocas tierras que presente tal contraste de paisajes como Gran Canaria, que tiene zonas desérticas junto a montañas de frondosidad tropical; abruptos acantilados frente a extensas playas de arena, y escarpados barrancos frente a suaves valles de plataneras.


Una excursión por la isla en coche, impresiona y sorprende, cuando en pocos kilómetros se cambia tan drásticamente de vegetación y hasta de clima.

Estos contrastes son especialmente notables en invierno, cuando al mismo tiempo que los turistas se tuestan al sol en las playas, a pocos kilómetros, nos encontramos las cumbres de las montañas nevadas en la cruz de Tejeda donde presenta un paisaje impresionante, al que el famoso escritor y filósofo Unamuno calificara de Tormenta petrificada. Sus verdes valles de huertas y almendros, en contraste con las poderosas cimas de Roque Nublo y Bentayga, dominan gigantescas y extraordinarias panorámicas.la de Gran Canaria ofrece a todos sus visitantes una enorme variedad paisajística y una infinidad de microclimas que la convierten en uno de los destinos turísticos más atractivos.


Tenerife, vivir la isla de Tenerife es vivir la vida en una de sus máximas expresiones. Más de tres millones y medio de personas se acercan cada año a visitar al mayor gigante de tierra que se alza en nuestro país. Un volcán aletargado, que con sus 3.718 metros de altitud vigila altivo sus dominios marinos desde el centro de la isla de Tenerife, lo que hace que la isla de Tenerife en sus distintas vertientes presente, un clima, una biodiversidad y un paisaje totalmente distinto.

Resulta impresionante en invierno ver el Teide nevado desde las cálidas aguas de las piscinas del lago Martianez, las playas de Las Américas, Los Cristianos etc, aunque acudir al inhóspito y agreste enclave del parque nacional de las cañadas del Teide, o al frondoso parque natural de Anaga o la punta de Teno y el impresionante acantilado de Los Gigantes, es gratificante en cualquier época del año. Desde luego el invierno puede traer la decepción de no ver en flor a los sorprendentes y bellos tajinastes rojo y azul, una de las mayores bellezas vegetales del parque, junto a interesantes endemismos como alhelíes, margaritas y violetas del Teide. Pero estas ausencias se ven de sobra recompensadas con la contemplación de otras fabulosas escenas, como los mantos de nieve sobre los sobrecogedores escarpes de su cumbre cónica.


La Palma "La isla bonita", o "la isla verde" con el impresionante parque nacional de La Caldera de Taburiente, tiene la imagen de una profunda olla en forma de herradura creada por el agua, la erosión y el tiempo. Y en su cobijo, tutelada entre profundos barrancos y paredes verticales, medra la mejor representación del exclusivo pino canario.

El agua en este parque es la excepción en las Islas Canarias. Basta considerar que ha sido causante del abrupto relieve que se observa en el interior de la Caldera, donde un barranco sucede a otro y cada cual más profundo. Abundan los veneros y torrenteras salvajes, que fluyen entre los quebrados desniveles dando lugar a pintorescas cascadas, mientras caminan hacia el mar por el barranco de Las Angustias, único desaguadero de este gran valle volcánico. Los roques del Huso, Los Muchachos y Salvaje destacan sus perfiles por encima del bosque de pinos como titanes monolíticos.


La Gomera, la ultima tierra que piso el navegante Cristóbal Colon y su gente antes de descubrir las Américas, con el impresionante parque nacional de Garajonay, a la gomera hay que estar dispuesto y llegar con la predisposición de dejarse seducir por sus umbrías, por sus bosques retorcidos, por las barbas movedizas que cubren sus troncos y por esa nebulosa verde que domina su estampa, y entonces, sentir el embrujo de su abrumadora naturaleza de la época terciaria alimentada por la constante humedad de los vientos alisios.

Se trata de la mejor representación de laurisilva de Europa. De esas selvas de laurel que dominaron hace millones de años en toda la cuenca mediterránea y que desaparecieron con el enfriamiento de las glaciaciones, para quedar un reducto en las islas atlánticas. Enclavado en una elevada meseta, surcada por numerosos valles, su imagen se halla con frecuencia coronada por una densa capa de nieblas, formada por condensación de las masas de aire húmedo de los vientos alisios. Esta nebulosa que domina el paisaje provoca la sensación de irrealidad que envuelve a todo el que se introduce en el Garajonay.

El Hierro, actualmente reserva de la biosfera, es la más occidental y meridional de las Islas Canarias. Es la de menor población de todo el archipiélago 11000 Hb aproximados y se pude decir que es la mejor conservada de todas las canarias. En la Isla de el hierro parece que el tiempo se detiene y que estamos en las páginas de un libro.


El Hierro es también el paraíso del buceo y los fondos marinos, con el mero pancho como simbolo de las profundidades marinas, siendo hoy la actividad de ocio que más atrae al turismo de todo el mundo a la isla. Aunque parezca extraño, también se pueden encontrar paisajes de pradera absolutamente verdes, llenos de neblina, o bosque natural o Laurisilva, o pasar de un momento a otro a parajes llenos de pinos a un escenario lunar, gracias a las erupciones volcánicas que ha sufrido la isla en la parte sur, lo que se observa no tiene comparación, pasar de un verde extremo y contundente a un espacio lleno de colores negros, grises, tonos de tierra impresiona. Una de las situaciones que mas sorprenden de la isla es, la cantidad de horas que puedes pasar viajando sin ver ni un alma.

A las islas canarias también se puede viajar en autocaravana, son muchos los autocaravanistas de Europa que aceden con su autocaravana en barco a través del puerto de Cádiz con la compañía Trasmediterránea o desde el puerto portugués de Portimao con la compañía Armas, con destino a Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife. Es frecuente ver en varios puntos de las islas afortunadas a familias de jubilados con sus autocaravanas disfrutando del invierno y los atractivos canarios con sus autocaravanas.

Las canarias no dispones de infraestructuras para estos vehículos, pero si uno se comporta con corrección, tampoco existen grandes problemas para disfrutar de las islas con una autocaravana, los servicios, al igual que en muchos puntos de Europa, previa consulta y propina al empleado de turno, se pueden hacer en las estaciones de servicio de las carreteras o autovías y conociendo la amabilidad del pueblo canario cualquier habitante de las poblaciones te acercara la manguera y te dará un poco de agua, si esta se le solicita con amabilidad y educación.


Poco a poco y en sucesivos relatos iremos especificando y colgando aquí algunos de los atractivos de estas maravillosas islas con sus correspondientes coordenadas GPS e imágenes, con el ánimo de crear en algunos de vosotros el ánimo suficiente para si disponéis de tiempo acercaros por aquí.

Para ver otras imagenes  pinchar Aquí

Desde Tenerife os enviamos un saludo.

Pedro Ansorena y Senia Bonaechea.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que envidia sana nos dan ustedes ¡oleee por sus comentarios sobre nuestras islas!. Lo que más nos sorprende es lo bien que trata y conoce el archipiélago.

Que disfruten ustedes muchos años de las islas canarias y que Dios les de salud para ello.

Un "canarión" Arturo Gálvez.

ARO dijo...

¡Que maravilla de viajes. No te habrás ido a las Islas Canarias en una Barcocaravana...

Pedro Ansorena. dijo...

Pues no creas ARO, que por estas islas disfrutan del invierno muchos autocaravanistas europeos y estos sí que cruzan el charco en barcocaravana como tú dices je,je,je,je.

Desde las islas afortunadas te enviamos un cálido saludo.

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena Pedro!
Excelente descripción y muy bonitas fotos.
Me gusta mucho la foto de Senia en el acantilado.
Un abrazo.
Rafael Castro

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